“Hay millones de personas que votan habiendo recibido información errónea, especialmente proveniente de las redes sociales”, dijo la escritora estadounidense Joyce Carol Oates en la apertura del 12° Filba Internacional, el festival de literatura que se realizará de manera virtual hasta el próximo sábado 24. La autora de la novela Persecución (recientemente publicada por Fiordo), conocida por su militancia contra el actual presidente Donald Trump, está preocupada por lo que sucederá en las elecciones presidenciales del próximo 3 de noviembre. “La democracia depende de que las personas estén educadas y reciban la información correcta. ¿Cómo se va a solucionar eso? No lo sé, está fuera del alcance de una novelista intentar comprenderlo”, planteó Oates en el inicio de una edición que contará con la participación online de la escritora antiguana Jamaica Kincaid, las estadounidenses Siri Hustvedt y Vivian Gornick, el rumano Mircea Cartarescu y el británico M. John Harrison, entre otros.
En un Filba atravesado por la pandemia de coronavirus en el mundo, la escritora estadounidense reflexionó sobre lo que ocurrirá en el futuro inmediato y volvió a cuestionar a Trump. “No creo que haya un cambio en la sociedad después de la pandemia. No hubo un cambio en la humanidad después de la gripe española de 1918. Creo que la ciencia aprenderá; los científicos se están enfocando en las epidemias y enfermedades infecciosas. Pero lamentablemente las naciones están gobernadas por políticos y muchas veces los políticos son anticiencia. Donald Trump, que es extremadamente ignorante, desprecia la ciencia”, precisó la escritora de 82 años, autora de novelas, libros de cuentos, poemas y ensayos, entre los que se destacan Amores profanos, Blonde, La hija del sepulturero, Ave del paraíso, Memorias de una viuda y Del boxeo.
Estoica candidata al premio Nobel de Literatura, con esa palidez gótica que irradia la extraña ternura de un misterio infranqueable, como si hubiera escapado de las páginas de alguna de sus novelas, Oates recordó que un libro que le cambió por completo la vida fue Alicia en el País de las Maravillas y Alicia a través del espejo. “Me los dio mi abuela cuando tenía ocho o nueve años, era muy pequeña. Yo ya sabía leer y me transportó a otro mundo, tan distinto a mi vida en la granja y tan maravilloso. Devoré ese libro muchas veces, lo memoricé sin intención de hacerlo, podía recitar los poemas, estaba fascinada. La lección de Alicia es que la imaginación es abrumadora”. En la escuela secundaria descubrió a Ernest Hemingway. “Su minimalismo fue y sigue siendo muy importante para mí”, reconoció la escritora.
En el itinerario que trazó Oates, no faltaron algunas aproximaciones. No es una oradora categórica, con un discurso grandilocuente y cerrado. “Para mí la literatura empieza con un estado de misterio”, aseguró la escritora que, desde muchas de las ficciones que escribió, se ha preocupado por la violencia contra las mujeres y las niñas. Tenía veinticinco años cuando empezó a escribir sobre cómo las niñas y las adolescentes debían lidiar en un mundo violento contra las mujeres y cómo pronto se dio cuenta de que es necesario la unión. “No tengo dudas de que debe existir una sororidad: las personas aisladas son víctimas, las personas que se unen con otras son mucho más fuerte”, comparó Oates y destacó la importancia que tuvieron escritoras “en los márgenes”, como Eudora Welty, Flannery O’Connor, Edith Wharton y Elizabeth Bishop.
La escritora estadounidense continúa dando clases en la Universidad de Princeton, desde su casa, a través de plataformas virtuales. “A veces trabajo mucho en una hoja y a la mañana siguiente la vuelvo a leer y pienso que es relativamente buena, y siento una chispa de entusiasmo y de esperanza –confesó para reforzar su fama de autora prolífica-. Creo que todos tenemos este momento de sorpresa y de felicidad a través de una oración, de un diálogo, de un personaje, una historia o un final sorpresivo. Tal vez es la emoción de algo profundo. Las obras a veces son muy profundas y oscuras, pero también muy bellas”, explicó la escritora estadounidense para reforzar su fama de autora prolífica que escribe como poseída por la voluntad de un tifón. “El cambio y la transformación son la columna vertebral de la literatura”, concluyó Oates.