Desde Santa Fe

Ricardo Nissen dijo que las Sociedades por Acciones Simplificadas (SAS) fueron inventadas por el gobierno de Mauricio Macri en reemplazo de las sociedades offshore, armadas en guaridas fiscales para el lavado y la fuga. “Cuando aparecen los Panamá Papers y los Paradise Papers en 2017, se quedaron sin sociedades fantasmas, fundamentalmente el macrismo, porque todos aquellos que defendían las offshore pertenecían al mismo a ese espacio político. Gente de dinero, de muy buena posición económica, que ocultaba sus ingresos clandestinos, en negro, a través de la operatoria offshore”, recordó.

“A raíz de los Panama Papers y Paradise Papers, las offshore quedaron descalificadas en el mundo y la gente de la calle las empezó a ver como un instrumento de maniobras fraudulentas. Y así, aparecieron, insólitamente, las SAS legisladas en una ley de Emprendedores, casualmente un mes después de la aparición de los Paradise Papers, donde se había descubierto que Macri tenía decenas de sociedades offshore”.

Entonces, en una ley de apoyo al emprendedor metieron las SAS. “Las llamaron Sociedades por Acciones Simplificadas, en vez de incluirlas en la Ley de sociedades. Una cosa insólita”. ¿Con eso qué lograron? Que la gente las viera con simpatía, como un instrumento para los emprendedores, que es normalmente gente con poca plata, que puede iniciar su desarrollo empresario”.

Las SAS no eran sólo para emprendedores. “Fueron utilizadas por cualquier persona. Porque no tenían control de la Inspección General de Justicia, se constituían en 24 horas, prácticamente no había que desembolsar capital, se podían utilizar en todas partes del mundo y no estaban sujetas a ningún organismo” de control. “Cualquier sociedad de la ley de Sociedades está sometida a normas de orden público para la protección de terceros y evitar un fraude a la ley y a terceros. En cambio, las SAS no. Una total incongruencia”.

“Y por ahí se colaron todas aquellas actividades que precisaban una sociedad como instrumento para la ocultación. Por ejemplo, todo lo que descubrimos en Buenos Aires. Sociedades que se constituían con dos sueldos mínimos vitales y móviles y a los cinco, diez días o veinte días compraban inmuebles por 300 mil, 500 mil o un millón de dólares. Se utilizaron para eso. Hemos descubierto como 30 o 40 de ese tipo, mal utilizadas”.

“A eso súmele la banda de Los Monos de Santa Fe, que tenían sociedades que se hacían en Buenos Aires para operar en Santa Fe, sin capital social y con los mismos accionistas, con domicilios ficticios”.

“Si quiere calcular la cantidad que hay, son muchas realmente. Entre 2017 y 2020, se inscribieron en la ciudad de Buenos Aires 11.800 SAS. En CABA no hay 11.800 emprendedores. Es imposible. Son monotributistas, comerciantes individuales. El dueño de una florería, de un maxiquiosco y por muy poca plata, en 24 horas, sin ningún control y sin tener que hacer balance, hacía una SAS. Y la responsable por las deudas era la sociedad y no él. El ya no respondía con sus bienes por las obligaciones particulares de esta sociedad que controlaba en un cien por ciento”, concluyó Nissen.