Lo escribió Friedrich Nietzsche en 1886 y la afirmación filosófica sigue vigente: "No hay hechos, sólo interpretaciones". Y la interpretación que hacen en el Gobierno del acto de este sábado en la CGT en el que el Presidente fue el único orador es que salió fortalecido. "Sintetiza, contiene, conduce. El discurso fue preciso y en modo campaña, para que quede claro que aunque el Gobierno tenga modos gentiles los que lo integran son todos animales de poder", sintetizaron a PáginaI12 cerca de Alberto Fernández.
Nadie niega, del Presidente para abajo, la enorme centralidad que la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner tiene en la coalición. De hecho, en el acto todos los medios levantaban apuestas sobre su presencia o ausencia y ganaron los que interpretaron que se iba a correr. La pregunta del millón es cómo interpretar esa ausencia y se abren tres posibilidades, algunas no excluyentes entre sí: que no haya estado para marcar cierta disconformidad con la gestión de Fernández, que no haya ido para no darles el gusto a los medios hegemónicos y a la oposición de subirse al ring para que hagan uso del deporte nacional de pegarle o que haya decidido no estar para "empoderar" a Alberto Fernández, pero sí marcar con la presencia del jefe del bloque del Frente de Todos Máximo Kirchner que está dentro del Gobierno; pero le quiere dar centralidad al Presidente. En Casa Rosada se inclinan por la tercera opción. "Ella fue la arquitecta del Frente de Todos, la que cedió el primer puesto y se bancó el segundo lugar para garantizar el lema de la época: todos adentro. Su ausencia en el acto ayudó a Alberto a sumar más centralidad. Y estuvieron en las primeras filas Máximo, Wado, Massa. Todos adentro", reflexionaron cerca del primer mandatario.
La reaparición de Macri
En el Gobierno creen que la serie de entrevistas que el expresidente dio en medios amigos y después de sus largas vacaciones en plena pandemia los ayudó a revalorizar lo que hizo el Frente de Todos en estos meses, en los que tiene que lidiar a diario con la peor crisis de la humanidad Según el Fondo Monetario Internacional (FMI) y desde 1900 según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). "Hay que leer el discurso de Alberto en clave política: `ahora me toca gobernar a mí´dijo sin sonrojarse. Para que quede claro, tiene uña para rato contra las operaciones de desánimo y los ataques especulativos del establishment financiero", comentó a este diario un funcionario cercano al Presidente. Sin embargo, no dejan de reconocer que hay problemas de comunicación, de gestión y de coordinación que es necesario solucionar rápidamente.
El mensaje a los ministros
Cerca del Gobierno hablan de un relanzamiento de la gestión que permita mejorar el trabajo y garantizar el triunfo electoral las elecciones de medio término de 2021. En ese sentido, el jefe de Gabinete Santiago Cafiero instruyó a los ministros a salir a defender más la gestión y a trabajar fuertemente sobre tres ejes: la vacuna contra el coronavirus, la recuperación económica y unidad del peronismo. Hubo encuentros para mejorar la comunicación e insistir una vez más con la idea de que "con esta harina hay que hacer el pan". Esto es: la plata es la que hay, hay que trabajar en clave política de octubre a octubre y minimizar el margen de error en todos los órdenes.
Si todo sale bien, piensan en un triunfo el año próximo que sería especialmente importante porque, como dijo Alberto Fernández en la CGT, este gobierno va a ser recordado como "el gobierno de la pandemia".
En su discurso del sábado, el Presidente llamó también a terminar con el "odio" del sector antiperonista de la sociedad e hizo un paralelismo entre los ataques actuales que recibe el Gobierno por parte de la derecha y los que sufrió Perón. Le parece que a 75 años del 17 de octubre, la sociedad argentina no puede seguir en esa lógica, pero el desafío es enorme porque la tendencia a la repetición es una constante en la política argentina y la lucha desigual entre explotadores y explotados una constante en la historia mundial.
Pero si el Frente de Todos se mantiene unido, las posibilidades de ganar la elección el año próximo, coinciden los especialistas, son altas. Porque la gestión no es fácil para el Gobierno, pero tampoco es fácil para la derecha(que tiene una interna en la que Mauricio Macri no está colaborando cada vez que aparece públicamente) pedirle una nueva oportunidad al electorado después de los cuatro años de Gobierno del expresidente. El tiempo dirá si empieza a despuntar un repunte económico clave porque, como dice el politólogo Julio Burdman, "el peronista te perdona todo, menos que no le cuides el bolsillo".