Los peronistas encontramos en la espontaneidad de lo ocurrido este 17 de octubre del 2020, la mejor analogía con aquella misma fecha de 1945. Así como entonces los trabajadores no esperaron al día 18 en que estaba formalmente convocada la huelga general y 24 horas antes en forma silvestre y no solemne salieron a las calles, este sábado miles de argentinos eligieron distintas maneras de expresar sus pareceres. Todas las formas fueron impactantes, válidas, respetables. Qué mejor manera de homenajear la fecha que coincidiendo, con las distancias del caso, en simbologías parecidas.
Alenté el acto virtual. ¡Cómo no iba a hacerlo si hace 15 años vengo insistiendo en el uso político y movilizador de las nuevas tecnologías!
Y como no iba a hacerlo si estaba de por medio el cuidado de la salud de los argentinos y esta alternativa "a distancia" resolvía el problema de evitar peligrosas cercanías de contagio.
Desconozco cómo se organizó y qué variables se tuvieron en cuenta en la elección de las plataformas para realizarlo. Tal vez, solo tal vez, habría que haber pensado en que usar Google y Amazon u otras similares no auguraba el control y dominio del escenario virtual. Existe algún problema, jurídico y político, con Google y no poseemos las capacidades técnicas necesarias para ejercer "soberanamente" el manejo de las plataformas algorítmicas. Sobre esta carencia, también hace 15 años que bregamos por la construcción nacional de conocimiento que nos permita no depender de la importación de tecnologías que llegan con códigos, software y sucesiones matemáticas que no están en nuestro alcance controlar.
Pero bueno, de cualquier forma y en todos sus modos, este 17 de octubre fue magnífico. Fue un baño masivo y colectivo de identidad y de revitalización peronista. Tanto en lo virtual desde las redes ya sin acto común para todos, como en lo original y espontáneo de las caravanas, que con cuidado y respeto se hicieron en todo el país.
Participé en la de Bariloche y vi por TV la de CABA. Las dos se unen en la emotividad que expresan, en la masividad y en la paz y calma con que se realizaron.
En Bariloche, como en Roca, Viedma, Catriel, Choele y mas localidades, salieron en caravanas (insisto: con cuidado, barbijos y ventanillas abiertas) miles de rionegrinos. Miles de peronistas que volvieron en muchos casos a verse las caras luego de siete meses de correcto aislamiento. Hubo en los cruces de miradas, en los ojos asomados por sobre el tapabocas, mas de una lágrima que se abría paso mostrando la emoción del momento.
Dedos en V, aplausos, banderas, bocinazos, saludos y gritos de reencuentro. En Bariloche fue impresionante como nuestras calles se vistieron de peronismo responsable y respetuoso. Ninguna agresión, ningún insulto. Muchos vecinos que no participaban, igual saludaban con amabilidad.
El peronismo tiene esa creatividad histórica. Muestra su vitalidad cuando más se lo considera débil. Ayer lo hizo. Una vez más. No solo fue recordar nuestra magna fecha de nacimiento. No solo fue homenajear a aquellos participantes del octubre original como Perón, Evita y los trabajadores que ese día asomaban, con coraje y decisión, para escribir su propia historia. No fue solo un recuerdo. También, y muy importante, fue un presente. Fue apoyar al gobierno nacional. Fue darle musculatura política y social a este gobierno encabezado por Alberto y Cristina que hace lo imposible por resolver en nuestro país los dramas de la economía y del Covid.
Fue mostrar, también y por qué no, a esa parte de la sociedad que cada 15 días sale a la calle a insultar y tratar de desestabilizar a nuestro gobierno, que no somos actores de reparto, que nadie nos va a llevar puestos, que estamos para acompañar, junto a quienes gobiernan, la necesaria tarea de mejorar las condiciones de vida de los argentinos.
El 17 salimos sin odios. Salimos con cierta alegría que no puede ser total porque estamos tristes en virtud de nuestros miles de compatriotas que han muerto por el virus. Porque todos tenemos algún amigo, compañero o vecino que se abate en estos dolores.
Pero salimos a poner el corazón y la energía en superar instancias críticas y queremos hacerlo junto a quienes hace apenas 10 meses el pueblo, con su voto que legitima y legaliza, les dio la tarea de conducir la Nación. Y no vamos a caer en descalificaciones ni broncas, aun contra aquellos que “nos piden que hagamos en diez meses y con pandemia, lo que no supieron ni pudieron hacer en 4 años y sin pandemia!”
En Rio Negro se vivió como un renacer peronista. Es una provincia donde no gobernamos. Dónde venimos, desde hace mucho, de fuertes derrotas electorales que expresan sin duda, derrotas más profundas como las de la representación social y el deterioro de liderazgos que no funcionan. Hechos estos que motivan un presente de gobierno provincial ajeno y merecedor de extensas y serias críticas.
Este 17 de octubre fue autogestionado por les propies compañeres. Mas allá de convocatorias autorizadas y buenas como de espacios agrupacionales, juveniles y gremiales. La gente fue porque quiso ir. Porque necesitaban verse con otros peronistas y porque sacaron de sus mochilas “aquel famoso bastón de mariscal del que hablaba el general”.
Con estos nuevos mariscales, debemos construir en Rio Negro el peronismo que convoque, que crezca y que triunfe. Habrá 2023 si seguimos este buen camino.
*Diputado Nacional (mc). PJ–Rio Negro.