"Macri sigue diciendo que él la hizo gobernadora a Vidal. Y no se da cuenta, aún hoy, de cómo fueron las cosas: ella lo hizo presidente a él." La definición viene de lo profundo del entorno de la ex gobernadora María Eugenia Vidal y muestra cómo terminaron las cosas entre ella y el expresidente. Esas diferencias se profudizaron con una mirada muy distinta sobre el presente: mientras Vidal reitera que hace falta autocrítica y refundar el espacio sumando nuevos actores, Macri apuesta a la polarización con Cristina Fernández de Kirchner. Por el momento, Vidal no contesta la pregunta que se hacen en Juntos por el Cambio: ¿será candidata el año que viene? Hasta marzo no piensa definirlo. Las opciones son tres: reincidir en la provincia de Buenos Aires, volver a la Ciudad de Buenos Aires o directamente no jugar.
Vidal no abandonó un segundo la actividad política. La pandemia convirtió lo que eran reuniones políticas en un sinfín de Zooms en los que la ex gobernadora habla con dirigentes de todas las latitudes. Incluso retomó el diálogo con alguien del que se había distanciado: el ex presidente de la Cámara de Diputados Emilio Monzó. Cuando se contagió el coronavirus, trascendió una reunión que había tenido con él, con Martín Lousteau y con Horacio Rodríguez Larreta.
El destino de Vidal parece ir en tándem con el del jefe de Gobierno: comparten la mirada, la estrategia y --todo indica-- el futuro. Es probable que las decisiones que ella tome sean consensuadas con las movidas que irá haciendo Larreta camino a su candidatura a presidente en 2023. Y lejos del armado que Macri busca imponer, con Patricia Bullrich como presidenta del PRO.
Con el expresidente, con quien siempre Vidal tuvo una buena relación, la separan una mirada muy distinta sobre lo que ocurrió en 2019 y los llevó a ambos a la derrota y también una diferencia estratégica sobre el presente. En su raid de entrevistas, Macri no ocultó que tiene una valoración positiva de su gobierno y que intenta convencer de que dejó el país mejor de lo que lo recibió, incluso haciendo volteretas argumentativas (como cuando dice que su gobierno terminó en agosto de 2019; antes había dicho que no aceptaba que lo evaluaran por los primeros seis meses de gobierno). Eran planteos que Macri hacía en privado, cuando les reprochaba a otros dirigentes de Juntos por el Cambio que no defiendían lo que fue su presidencia.
"Cada vez quedan más clara las difencias entre ella y Macri. Lo que no quita que no puedan trabajar en conjunto. Creo que la idea es diferenciarse y apuntar a públicos distintos", señalan en su entorno.
Vidal suele hacer silencio sobre esas consideraciones. Y cada vez aparece menos por los Zoom de Juntos por el Cambio. "No lo hace para generar rispideces. Pero está claro que no le interesa escuchar una hora hablar a Patricia", indican en su entorno. Está claro que piensa que son más productivas las reuniones virtuales (algunas de ellas, muy masivas) con dirigentes de distintas provincias. Allí insiste con la idea de una autocrítica y con que hay que refundar el partido. "Las elecciones de medio término van a construir liderazgos", les dice, en un guiño a lo que será el 2021.
Ni Vidal, ni Larreta lo quieren a Macri jugando en esas elecciones y deben haber celebrado en privado que el expresidente comenzara admitir que el año que viene no será candidato (si bien no cerró del todo la puerta). A su vez, prefirieron no opinar sobre la decisión del ex mandatario de hacer un raid mediático que comenzó la misma noche del banderazo del 12 de octubre.
¿Y Vidal? ¿Será candidata? Ella no lo tiene definido y ya dejó en claro que hasta marzo no tomará ninguna decisión. "Hasta marzo del año que viene, vamos a repetir que puede ser candidata en cualquier lado y que puede también no ser candidata", señalaba un dirigente de su confianza. A su vez, también está claro que no descarta nada. Las opciones son tres:
1. No ser candidata. "Ella no necesita ser candidata en este turno, a lo sumo la necesita el espacio", indican en su entorno. Vidal podría no jugar en ningún distrito, lo que no le impediría conservar la buena imagen con la que todavía cuenta y volver a la carga en 2023 en donde ella decida.
2. Ser candidata bonaerense. Esta es la opción para la que hacen lobby tanto el intendente de Vicente López, Jorge Macri, como otros dirigentes del Grupo Dorrego, que reúne a intendentes PRO del conurbano. En el entorno de Vidal sospechan que esa candidatura la fogonea también Monzó para ser segundo en la lista. Les interesa no sólo porque traccionaría la boleta, sino porque postergaría cualquier discusión sobre las internas por quien será gobernador. Un pase del vicejefe Diego Santilli para ser candidato en provincia de Buenos Aires adelatarían sus aspiraciones. Esa jugada es resistida por los intendentes. Vidal aún no dijo nada al respecto.
3. Volver a la Ciudad. Otra opción es que abandone su carrera bonaerense y retorne a la Ciudad donde fue vicejefa de Gobierno y en donde sigue teniendo alta aprobación. "Uno de nosotros va a tener que ser el tapón de Pato Bullrich", dicen en el sector de los moderados. Allí las opciones son Vidal o de nuevo Santilli --que debería dejar, entonces, la vicejefatura como lo hizo hace años Gabriela Michetti-- o bien otra opción de la gestión de Larreta, como el ministro de Salud, Fernán Quiros, que rankea bien en las encuestas.
Un retorno de Vidal a la Ciudad, no obstante, le adelantaría la jugada a Lousteau, que ya dijo que quiere ser candidato a jefe de Gobierno en 2023. Vidal podría ser la opción para impedirle que él --un hombre de la UCR, hoy por hoy-- les quite la conducción del Gobierno porteño, al que el PRO considera su bastión.
Ya sea en provincia de Buenos Aires, en la Ciudad o en ningun lado, Vidal parece lejos de querer retirarse de la actividad política. Lo que está claro es que se guardará las cartas el mayor tiempo posible.