Solo 24 horas duraron las vacaciones de los reyes Guillermo y Máxima de Holanda. A pesar de que el Gobierno de los Países Bajos había decretado una cuarentena parcial y recomendó no viajar en medio de la pandemia, los monarcas y sus hijas se fueron el viernes a su lujosa casa en Kranidi, en la península del Peloponeso. El rechazo que causó la noticia en la población holandesa obligó a la Familia Real a volver rápidamente a su país.
“Abortamos nuestras vacaciones. Hemos visto la reacción de la gente en la prensa, es intensa y nos afecta. No queremos dejar ninguna duda al respecto: para que el covid-19 esté bajo control es necesario que se sigan las pautas y el debate sobre nuestras vacaciones no ayuda”, afirmaron los reyes en un comunicado. El viaje de Guillermo I, Máxima y sus tres hijas se produjo justo después de que el Gobierno pidiera a la población que no viajara durante las vacaciones de otoño.
La fugaz escapada de los monarcas complicó también al primer ministro, Mark Rutte, quien sabía de las vacaciones y no se lo comunicó a su ministro de Sanidad, Hugo de Joge. Durante una conferencia de prensa, al ser consultado por el paradero de los reyes Joge se vio obligado a admitir: “No tengo ni idea de las vacaciones del rey”.
Esta es la segunda vez que las vacaciones de los reyes de Holanda son tema de conversación y generan el rechazo popular durante la pandemia de coronavirus. Durante el verano europeo, los monarcas también viajaron a su casa en Grecia y, cuando salieron a un restaurante, se sacaron una foto con el propietario en la que no estaban respetando el distanciamiento social ni usaban tapabocas.
“Apareció una foto en los medios en la que mantenemos muy poca distancia. En la espontaneidad del momento, no le hicimos caso a la medida. Por supuesto que deberíamos haberlo hecho. Porque el cumplimiento de las reglas de la Corona también es esencial en vacaciones para derrotar el virus”, publicaron en la cuenta oficial de la Casa Real en ese entonces.
Según los medios locales, Guillermo y Máxima compraron su lujosa mansión en Grecia en 2012 por 4,5 millones de euros. Los reyes adquirieron su casa de vacaciones en Kranidi -ubicada a 160 kilómetros de Atenas y al borde del mar Egeo- después de vender la mansión que comenzaron a construir en Mozambique en 2007, cuando su país atravesaba una crisis económica.