El alcalde de Copenhague, Frank Jensen, renunció este lunes después de que dos mujeres lo acusaran de haberlas acosado sexualmente. La dimisión se produce en el medio del despegue del movimiento #MeToo en Dinamarca, cuando se multiplican los testimonios y las denuncias de víctimas de agresiones sexuales en el país.
El viernes, Jensen se había disculpado después de que se publicara una nota en un medio local en la que dos mujeres -una de ellas compañera dentro de la fuerza política del alcalde- relataban que el político las había manoseado en 2012 y 2017. Jensen, integrante del Partido Socialdemócrata, era alcalde de Copenhague desde 2010.
A pesar de que afirmó que no iba a renunciar, Jensen dejó el cargo. El domingo, la responsable de la sección de la juventud del Partido Socialdemócrata danés, Cecilie Sværke Preiss, informó que había otras ocho personas que habían sido acosadas por el alcalde o que habían sido testigos de sus abusos.
“Hoy queda comprobado que tiene sus consecuencias -también para un alcalde- no estar consciente de su poder y, en consecuencia, su responsabilidad”, tuiteó Sværke Preiss y calificó la renuncia de Jensen como una victoria tardía del movimiento #MeToo en Dinamarca.
La primera ministra danesa, la socialdemócrata Mette Frederiksen, pidió este lunes un cambio de mentalidades. "El acoso y las agresiones no pueden ser defendidas. Juntos debemos crear una cultura en la que esto no sea aceptado. Ni en palabras ni en actos", aseguró la mandataria en un comunicado.
Por su parte, la ministra de Igualdad de Género, Mogens Jensen, sostuvo que la renuncia del alcalde fue “difícil, pero también necesaria”.
En 2017, después del despertar del #MeToo -con las denuncias contra el ex productor hollywoodense Harvey Weinstein-, mujeres danesas comenzaron a relatar historias de los abusos que habían sufrido.
Sin embargo, el movimiento recién despegó en Dinamarca en agosto de este año cuando la presentadora de televisión local, Sofie Linde, contara que un alto dirigente de la televisión pública le había propuesto ayudarla en su carrera profesional a cambio de favores sexuales.
A partir del testimonio de Linde, más de 300 mujeres, incluyendo actuales y ex integrantes de partidos políticos, firmaron una carta abierta para apoyar a la periodista y denunciar que el sexismo sigue vigente en la política danesa.