"La vida está llena de heroísmo”, lee el escritor Santiago Llach una frase de la novela ¿Quién se hará cargo del hospital de ranas? al comienzo de Cómo hablar con Lorrie Moore, escrito y dirigido por Majo Moirón, que se estrenará este martes a las 23 horas en el 12° Filba Internacional. La visita de la escritora estadounidense al festival de literatura en septiembre de 2019 generó una gran expectativa entre sus lectores, que peregrinaron del Teatro Cervantes, donde dialogó con Llach, hasta el Malba (Museo de Arte Latinoamericano), para verla y escucharla, para saludarla y pedirle que les dedique algunas de sus novelas o colecciones de cuentos. El cortometraje explora las pasiones que despierta tempranamente la lectura de ciertos libros en la vida de sus lectores. “¡El amor es perenne como la hierba!”, se podría decir, parafraseando a un personaje de la propia Moore.
“¿Por qué tengo esta obsesión con ella?”, se pregunta Llach (Buenos Aires, 1972) y el eco de ese interrogante resuena también en la escritora y realizadora Majo Moirón (Buenos Aires, 1985), que se calzó la cámara al hombro para seguir a Moore a todas partes. “Me gusta como escribe, principalmente. Me gusta su estilo, algo musical, melódico, casi poético, cómo juega con las palabras. Eso me conmueve mucho”, explica Llach en su casa, rodeado de los libros que leyó de la escritora estadounidense, como si tuviera un pequeño altar profano de páginas que vuelve a leer incluso para practicar el inglés. El cortometraje revela, acaso involuntariamente, la otra faceta de la intensidad que implica el amor hacia una escritora: el miedo o temor a no ser correspondido, a que algo de la comunicación falle o no resulte como se la imaginaba. Que esa misma pasión sea un obstáculo a la hora de entrevistar a la autora de la colección de cuentos Autoayuda (1985), donde el uso de la segunda persona le permite desplegar “una sátira sobre el discurso de la autoayuda”; o Como la vida (1990), con varios personajes que lidian con los mandatos de la maternidad y el matrimonio.
León Llach, el hijo de Santiago Llach, deconstruye la intimidad de la casa en la previa a la llegada de Moore al país: “Es muy fuerte que se haga realidad el hecho de conocer a una tipa cuya foto tenemos desde que somos chiquitos en el living de casa”. Las fotos de la escritora estadounidense están sobre la biblioteca como si fuera un familiar más para los Llach. Las escritoras y escritores amados por lectoras y lectores son como parientes de una familia ensamblada, que se va integrando a través de una constelación de lecturas tan arbitrarias como azarosas. Llach ensaya lo que podría preguntarle en un teatro Cervantes sin espectadores; están el escritor y lector devoto y Moirón, dos fanáticos que intentan exorcizar la timidez probando alternativas sobre cómo aproximarse: uno poniendo el cuerpo y los cuadernos con sus anotaciones; la realizadora, en cambio, experimentando con la cámara y su voz desde la trastienda. “Qué complicado es todo, ¿no Lorrie? La vida es muy complicada; por eso hacés literatura”, le habla Llach a una silla vacía, en el escenario de ese teatro cuya capacidad total es 740 personas.
Cómo eclipsar los nervios y entrevistar a la escritora admirada es una zona significativa de este cortometraje. “Buenas noches, Lorrie, ¿alguna vez habías llenado un teatro?”, practica Llach lanzando una seguidilla de posibles preguntas: “¿Por qué la necesidad de escribir? Parece que te divirtieras, parece que sufrieras, ¿será que te pasan las dos cosas al mismo? Elegí un cuento tuyo y contame cómo fue que lo escribiste. ¿Cuál es el cuento que más te costó escribir y por qué?”. Entonces llegó Moore, en su primera visita a la Argentina, y concitó tanto interés, como nunca antes había pasado con una escritora, recuerda Gabriela Adamo, la entonces directora del Filba, que armaron un encuentro con varios periodistas en la librería Eterna Cadencia para poder conversar con la escritora estadounidense. “Si la novela realmente funciona, sentís que querés estar cerca del libro todo el tiempo, querés que te abrace, incluso después de terminarlo querés dormir cerquita del libro; es ese tipo de intimidad, querés el libro en tu mesa de luz; es una compañía humana, una conexión, una intimidad. No sé si tengo las palabras precisas”, reconoció Moore durante una lectura que realizó en el Malba.
El momento de mayor intimidad se produce cuando Moore termina de firmar libros con una delicadeza y dedicación que conmueven. Entonces Benita, la hija de Llach de 16 años, le cuenta que antes leía solo ensayos, pero a partir de ¿Quién se hará cargo del hospital de ranas?, sobre la amistad entre dos adolescentes, volvió a leer novelas. Un libro regalado por un padre, una madre o una amiga puede ser el terreno fértil donde se siembra el gusto por algunas ficciones y escritoras; una genealogía heredada o elegida siempre en construcción.
*Cómo hablar con Lorrie Moore se podrá ver en este link, que se reactivará a partir del martes 20 a las 23, solo por 24 horas.
Los límites de la narrativa
El Filba Internacional, que se realizará online hasta el próximo sábado 24, desplegará una programación que incluye un ciclo de películas sobre diferentes escritores y sus obras, pero también acerca de experiencias que exploran los límites de la ficción y el documental. Beatriz Portinari. Un documental sobre Aurora Venturini, la escritora platense que ganó con Las primas el concurso Nueva Novela, organizado por Página/12 en 2007, se podrá ver el miércoles 21 a las 23. En este documental, con guión y dirección de Fernando Krapp y Agustina Massa, la narración está a cargo de Rosario Bléfari (1965-2020), quien va repasando la vida Venturini, que trabajó con Eva Perón en un centro de minoridad y que a lo largo de noventa y un años nunca paró de escribir.
Otro trabajo que se presentará en el marco del Filba es 327 cuadernos, donde Ricardo Piglia (1941-2017), uno de los grandes narradores de lengua hispana, se propone revisar exhaustivamente, por primera vez, su diario íntimo; un registro de 50 años, el archivo de una vida que va desde el golpe a Perón hasta el difícil trance del autor de Respiración artificial, que murió como consecuencia del ELA (esclerosis lateral amiotrófica), una enfermedad que le diagnosticaron en 2014. El documental con guión y dirección de Andrés Di Tella estará disponible el jueves 22 a las 23.
Cinco personajes reales, cinco historias de ficción. La cámara sigue a cada uno durante un día de sus vidas. Los acompaña en sus actividades cotidianas registrando todo, incluso los pequeños detalles o momentos de soledad. Con estas imágenes, y sin otro dato más que lo que ven, Pedro Mairal, I Acevedo, Fabián Casas, Romina Paula y Mauro Libertella imaginan quiénes son y qué piensan cada uno de los personajes, narrando con su propia voz cada historia. Catálogo, una idea de Diego Bliffeld y Javiera Pérez Salerno que se estrenará en el Filba el viernes a las 23, es un experimento audiovisual donde documental y ficción flexibilizan sus límites, se unen y se encastran para generar una nueva narrativa.