Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en la Argentina y representan cerca de un 28% del total, según datos del Ministerio de Salud de la Nación. La última encuesta nacional publicada indica que el exceso de peso es el factor de riesgo que más frecuentemente se detecta, con una prevalencia del 66%. Por su parte, la hipertensión arterial, con un 46%, el colesterol elevado, con un 29%, y la diabetes, con un 13%, también se encuentran en aumento al comparar sus prevalencias con encuestas anteriores.
En ese sentido, la prevención, el control de estos factores y el diagnóstico temprano son las claves para vivir más y mejor, algo que se torna aún más urgente en tiempos de coronavirus, en los que la falta de controles médicos, el sedentarismo y la mala alimentación amenazan con modificar aún más estos registros.
“La Argentina se encuentra con un nivel médico de excelencia desde el punto de vista cardiovascular y diría general en cuanto a diagnósticos y tratamientos”, sostiene Alberto Cafferata, Cardiólogo universitario, director de la Diplomatura de Lípidos de la Universidad del Salvador (MN. 65772). “Disponemos actualmente de todo o casi todos los fármacos y dispositivos necesarios para prevenir y tratar a cualquier individuo que lo requiera, evitar tener un evento cardiovascular menor o mayor, y también aquellos elementos que se necesitan para tratar durante un proceso agudo, infarto o accidente cerebrovascular y tratamiento de sostenimiento, como la angioplastia cardiovascular”.
Uno de los tratamientos para enfrentar la situación es un novedoso desarrollo que permite atender las necesidades de miles de personas con riesgo cardiovascular aumentado. Se trata de una combinación innovadora y efectiva para la prevención cardiovascular primaria, indicada para pacientes con riesgo intermedio sin enfermedad cardíaca.
Una combinación innovadora para prevenir enfermedades cardíacas
La multiplicidad de medicamentos que muchos de nosotros debemos ingerir por diferentes enfermedades de acuerdo a nuestra edad hace difícil cumplir con la toma los mismos. La facilidad de los olvidos y el agotamiento que genera ingerir fármacos suele observarse con mucha frecuencia según el especialista, y por esto la simplificación de los tratamientos es un aspecto en el que se viene trabajando para unificar en un mismo comprimido diferentes productos.
Una combinación, cuyo desarrollo comenzó hace 10 años, es una ayuda significativa para mejorar la adherencia y fomentar la disminución del costo del tratamiento. “Se considera que esta combinación ayuda a beneficiar la salud de la población al utilizar fármacos de probada eficacia que a su vez reducen el costo”, sostiene Cafferata.
Estos medicamentos no solo se encuentran disponibles en el país sino en diferentes países de Latinoamérica y de Europa, como España, que también ha trabajado mucho en el desarrollo y ensayo de este tipo de productos.
“Los pacientes de riesgo intermedio son los que más abundan en la consulta médica habitual”, apunta Cafferata. “Es el individuo común, como cualquiera de nosotros, tal vez entre los 40 y 60 años, que cumple con alguno de los factores de riesgo cardíaco: estrés marcado, es fumador, sedentario. Por definición los pacientes de riesgo intermedio son los pacientes que deben ser controlados frecuentemente y los que más eventos cardiovasculares pueden tener en el mediano plazo”.
La prevención cardiovascular, una de las claves
Ante esta realidad, los médicos enfatizan la importancia de la prevención, como forma de evitar eventos cardíacos en un futuro. “La prevención cardiovascular es aquello que hacemos para tratar de evitar que la exposición permanente a los factores de riesgo provoque daños en nuestro aparato cardiovascular que luego se harán definitivos y no podrán ser modificados por los tratamientos habituales”, asegura Cafferata.
“La dividimos habitualmente en: prevención primaria, cuando el individuo no ha tenido un evento cardiovascular, y prevención secundaria, que es cuando ya ha padecido un accidente cerebrovascular, un infarto agudo de miocardio o una obstrucción de alguna arteria, ya sea carótida o de miembros inferiores. Es decir, cuando ya existe un daño evidente y evidenciable por los métodos que utilizamos para evaluar los mismos”.
Cuidar la salud cardíaca durante el aislamiento social
“La mejor recomendación en este periodo de encierro, de aislamiento parcial obligatorio, es tomar conciencia de nuestro propio ser, de nuestra edad y de nuestras dolencias padecidas y que podríamos contraer, de ese modo no evitar la consulta médica ya sea telefónica o vía internet o presencial”, explica el especialista.
“Continuar con nuestros tratamientos médicos habituales, ingiriendo los medicamentos indicados ya previamente por nuestros médicos, y en caso de duda efectuar la consulta correspondiente para ajustar esos tratamientos con la finalidad de que nos protejan de cualquier evento sorpresivo o reagudización de alguna dolencia crónica que nos puede llevar a contraer una incapacidad permanente por el simple hecho de no efectuar la consulta a tiempo”, concluye.
Alberto Cafferata (MN. 65772) es cardiólogo universitario, Director de la diplomatura de lípidos Universidad del Salvador, Director fundador de la Revista Argentina de lípidos y miembro del área de Prevención Cardiovascular en la Sociedad Argentina de Cardiología.