Con enorme alegría festejamos la recuperación de la democracia en el Estado Plurinacional de Bolivia. Saludamos y deseamos el mayor de los éxitos a las autoridades electas.
Ha sido para nosotros un verdadero honor prestar la asistencia jurídica que estuvo a nuestro alcance a Evo Morales y denunciar las violaciones de Derechos Humanos cometidas por el régimen “de facto”.
No podemos ocultar que, en algún momento, temimos que el triste ejemplo del régimen boliviano pusiese en marcha una cadena de violaciones masivas regresivas a tiempos fatales para las democracias latinoamericanas. Por fortuna, el acto electoral boliviano despeja ese temor.
En el nuevo amanecer para Bolivia y la región no cabe ningún rencor, pero como juristas no podemos callar que deploramos el triste papel de quienes, en el plano internacional, no supieron estar a la altura de lo que demandaba la gravedad de los hechos.