Tras una semana en la que volvió a mostrarse en escenarios mediáticos, el ex presidente Mauricio Macri dejó agitadas las aguas internas de Juntos por el Cambio. La semana pasada, el habitual encuentro de Juntos por el Cambio se realizó --por Zoom-- sin la participación de Horacio Rodríguez Larreta ni María Eugenia Vidal; este lunes directamente se suspendió y se resolvió que desde ahora se hará cada 15 días. Mientras tanto, Macri tuvo una discusión subida de tono con Elisa Carrió por su estrategia de subir el perfil y apuntar a la polarización del kirchnerismo. La charla no terminó bien. "Lilita le dijo barbaridades", indicaban en la Coalición Cívica. Como frutilla del postre, a Macri lo siguieron cruzando desde el espacio de Emilio Monzó por lo que dijo hace una semana. "El problema fue la subestimación de la política", dijo Nicolás Massot, quien supo ser jefe de bloque de diputados del PRO durante la presidencia de Macri.
A partir de la última movilización opositora, Macri resolvió levantar el perfil con cuatro entrevistas en medios afines. En la decisión de salir a hablar, según dicen en el PRO, hay involucrados dos libros: a uno Macri le teme y el otro es parte de su idea de limpiar la imagen de lo que fue su gobierno. Al que le teme es al libro del periodista Santiago O'Donnell, producto de sus conversaciones con Mariano Macri, hermano del ex presidente. El que forma parte de su operación para reinvindicar su gobierno se lo está preparando Hernán Iglesias Illa, autor del libro Cambiamos y asesor presidencial en comunicación durante los cuatro años de su mandato. Según confirman en el entorno del ex presidente, llevará un título más que sugestivo: Primer tiempo.
El título no augura nada bueno a quienes, dentro del espacio, quieren a un Macri jubilado o que no interfiera con la reconstrucción de Juntos por el Cambio en torno a nuevos dirigentes. No parece ser la idea del ex presidente: si bien dijo que no se ve como candidato el año que viene, tampoco lo descartó del todo, y aunque elogió a Larreta, también alentó una interna entre él y Alfredo Cornejo, posible candidato del radicalismo.
El raid mediático de Macri le trajo una discusión no en el mejor tono con Elisa Carrió. "Ellos tienen una relación sincericida. Se dicen de todo", la disculpaban en la Coalición Cívica. Lo cierto es que tuvieron un diálogo en mal tono, donde ella le reprochó que esté alentando la polarización en un momento de la Argentina que ella considera crítico. Le planteó que está invitando a que se generen situaciones de violencia, por mera especulación electoral. El ex presidente y su aliada terminaron mal esa conversación y no se volvieron a hablar.
Cerca de Macri no quisieron hacer comentarios al respecto. En el entorno de Carrió dejaron en claro que no es personal, pero que hay una clara diferencia de estrategias: "Lilita cree que hay sectores en Juntos por el Cambio que apuestan al 'cuanto peor, mejor'. Y piensa que eso favorece al kirchnerismo. Hay que ser prudentes".
Además de las conversaciones privadas, Macri recibió comentarios negativos que fueron públicos. El primero vino del monzoismo, luego de que Macri señalara a Monzó y a Rogelio Frigerio como dos de los responsables de su fracaso. El ex número dos del Ministerio de Interior Sebastián García de Luca lo cruzó a Macri y reinvindicó la tarea de sus armadores políticos. En las últimas hora lo siguió Nicolás Massot, quien discutió la idea de Macri de que su problema fue "haber delegado la negociación en el ala filoperonista". "No se trató de un problema de delegación, se trató de un problema de subestimación de la política", le retrucó Massot en C5N.
"Con todos los errores que pudimos haber cometido, nosotros entendimos que él estaba conforme. En 2017, el propio presidente me llamó para pedirme que vaya a tres programas de televisión a defender la reforma previsional. Macri reconocía en Frigerio y en mí a hombres que defendían su gestión en los medios", advirtió Massot.
No fue el único en diferenciarse de Macri: el vicejefe Diego Santilli sostuvo que Frigerio y Monzó eran personas valorables dentro del espacio político. El radical Ernesto Sanz aseguró que la autocrítica de Macri había pasado más a ser una crítica.
Otros se mordieron los labios, como el jefe del gobierno porteño o la ex gobernadora bonaerense. De forma sugestiva, ambos faltaron al último Zoom de Juntos por el Cambio, el martes de la semana pasada, que ocurrió luego del banderazo opositor y de que Macri diera su primera entrevista. A este gesto de distanciamiento se suman nuevos: las reuniones del espacio, que eran todos los lunes, ahora se distanciarán y se harán cada quince días. El objetivo es que no vuelvan a estallar las internas, como cuando --en los primeros meses de la cuarentena-- Macri intentó reeditar las reuniones de la mesa chica del PRO de los lunes y terminó recibiendo más pases de factura que otra cosa.