Libros, revistas, diarios íntimos, fotos, remeras, posters, panfletos, flyers, notas sin publicar, prendedores, grabaciones en casettee, fanzines, cartas, videos porno. Todo eso y mucho más colecciona y preserva el archivo lésbico Lesbian Herstory Archives.

En su cuenta de instagram (@lesbianherstoryarchives) las “archivettes” suben fotos de los hallazgos que sus numerosas coordinadoras coleccionan desde los años 70, trazando un collage que cuenta una historia lésbica contada por muchas voces distintas. El archivo combate la invisibilización rescatando pedazos de historia de la basura, de los rincones llenos de polvo menos pensados. Invitan a lesbianas de todas partes del mundo a documentar sus experiencias, y a enviar ese material al archivo. LHA es una organización que se maneja de manera colectiva y voluntaria. Las habilidades de archivo se enseñan de una generación de lesbianas a otra, rompiendo con el elitismo de los archivos tradicionales.

Las organizadoras del archivo tienen sus principios bien claros. Uno de ellos es dedicarse a construir puentes intergeneracionales entre comunidades lésbicas, comprender qué significa la experiencia lésbica en diferentes contextos y períodos históricos. Otro de sus principios tiene que ver con incluir todas las expresiones y prácticas de las identidades lésbicas, documentar la amplia gama que es la experiencia torta en todos los contextos geográficos, políticos, culturales y económicos, y no centrarse únicamente en las vidas de personajes famosos, conocidos o publicados.

El archivo se fundó en 1974, cuando un grupo de mujeres involucradas en la Gay Academic Union (un grupo de activismo gay neoyorkino) sintió la necesidad de generar espacios políticos propios. Deborah Edel, la co-fundadora, tenía la sensación de que la historia de las lesbianas “estaba desapareciendo a medida que ocurría”. Una enorme parte de la cultura lésbica era precaria y solo estaba vista a través de una mirada patriarcal. Tenían que coleccionar sus propias historias ante la falta de material, encontrar y preservar ese patrimonio lésbico para que las generaciones futuras tuvieran acceso a material relevante para sus vidas.

Las fundadoras, Deborah Edel y Joan Nestle, empezaron a juntar material en su departamento. Guardaban flyers, fotos y panfletos dentro de una caja de leche. Cuando el material desbordó la caja, trasladaron el pequeño archivo a la despensa, al dormitorio, al living. La calidez de ese espacio de pertenencia lésbica atraía y convocaba miles de voluntarias y visitantes. “Al principio, la gente no entraba tanto para investigar como para encontrar un lugar que se sintiera como un hogar”, contaba Deborah. Ella y Joan estaban dispuestas a mantener gratuitos todos los servicios del archivo. Con el pasar del tiempo, el material del archivo se apoderó de toda la casa y a mediados de los 80 decidieron darle su propio espacio. Llevaron a cabo una recaudación de fondos, hasta que lograron comprar un hogar en Brooklyn, el mismo edificio donde aún está ubicado. Hoy en día, 45 años después de su apertura, contiene más de 20.000 fotos, además de miles de libros, colecciones masivas de revistas, cassettes, posters y otros artefactos. Estas son algunas de sus joyas más preciadas.

El dyktionary

Es un diccionario lésbico japonés que está escrito y atado a mano, circulaba en el ambiente lésbico de Tokio alrededor de los 80. Pensado como una resistencia al control patriarcal del lenguaje, el diccionario contiene frases y palabras como “femme”, “butch” y “clitoris” en tres idiomas: inglés, japonés casual y japonés formal. Incluye las traducciones de frases como “¿te puedo dar un beso?” o “butch on the streets, femme between the sheets (de apariencia butch, pero sexualmente femme)”. En palabras de la escritora, Van Dyke, “mientras que los hombres mantengan palabras como clítoris o heterosexualidad compulsiva fuera de sus diccionarios, va a ser difícil hablar entre nosotras sobre esas áreas de nuestras vidas. Este es un intento por llenar esas brechas comunicativas, esas estrategias patriarcales que bloquean la DYKE ENEGY! (energía torta)”

cortesía de Lesbian Herstory Archives

Los secretos Marge McDonald

McDonald fue una lesbiana tímida y solitaria, vivió en un pequeño pueblo de Ohio en los años 50. Tras su muerte donó al archivo todos sus escritos y poemas, incluyendo 1500 páginas de un diario íntimo donde describía con detalle su vida enclosetada, el descubrimientto de su sexualidad, y su incapacidad para hablar de eso en el mundo heterosexual que habitaba. Una de las crónicas de su vida diaria es la primera visita a un bar de lesbianas, donde también tiene su primer beso con una chica: “Nunca podría describir mis sentimientos así que ni siquiera lo voy a intentar. Es suficiente decir que, mientras esté viva, nunca voy a olvidar ese momento ni ese beso”. Marge cuenta a su lector imaginario que la chica que besó, Lynn, le habló de su vida en la armada, donde “le hubiesen hecho un corte marcial si se enteraban de lo que ella era”. El archivo asegura que, si Marge no les hubiese dejado todos sus textos, su familia los hubiera destruido.

Gemas porno

En los años 80, las posibilidades de grabar producciones con bajo presupuesto permitieron la súbita aparición del primer porno lésbico hecho por lesbianas. El equipamiento y el espacio eran relativamente accesibles, y eso permitió filmar estos videos independientemente y sin hombres de por medio. Fatale Media fue una de las primeras compañías en hacer porno de lesbianas. Siguiendo con la típica tradición lésbica, los videos terminaban con una escena de ellas hablando de sus sentimientos, de cómo vivieron la filmación del video. Bathrooms Sluts, una de las películas filmadas por Fatale Media, tiene escenas grabadas en el Lesbian Herstory Archives.

Una lesbiana en Vietnam

Entre sus prendas más preciadas, el archivo conserva una chaqueta del ejército, usada por una lesbiana que fue médica y oficial no comisionada en la guerra de Vietnam. Si bien no pueden dar su nombre, las archivadoras aseguran que ella y su pareja, que también fue parte del ejército, sobrevivieron la época de “caza de brujas” y estuvieron muy, muy, dentro del closet hasta que ambas se retiraron. Incluso después de retirarse, no hablaron abiertamente de que eran lesbianas.

cortesía de Lesbian Herstory Archives

La furia lavanda

El término “lavender menace” (que podría traducirse como “amenaza lavanda”) fue usado por primera vez en 1969 cuando Betty Friedan, fundadora de la Organización Nacional de Mujeres, lo usó para referirse a las lesbianas, a quienes no quería dentro del movimiento feminista. Como respuesta, un grupo de lesbianas radicales comandado por la activista Rita Mae Brown organizó una intervención en el congreso.

Apenas la primera oradora llegó al micrófono, las lesbianas apagaron las luces y desenchufaron el micrófono de esa sala que ya conocían bien. Algunas se reían, otras lanzaban gritos rebeldes. Cuando prendieron las luces de vuelta, los dos pasillos estaban llenos de lesbianas alineadas en fila, usando sus remeras de Lavender Menace y sosteniendo unos placards que ellas mismas habían construido. Una de ellas se paró y gritó “estoy harta de estar en el closet con la excusa del movimiento de las mujeres” y, para horror de la audiencia, se desabrochó la blusa que llevaba puesta, la dejó caer mostrando la remera de Lavender Menace que llevaba debajo. “¿Quién quiere unirse a nosotras?” preguntaron las menaces, “¡yo quiero!” respondían distintas voces desde la muchedumbre. Después de esa sorpresa inicial, las lesbianas tomaron el escenario. Su manifiesto empezaba así: “¿qué es una lesbiana? Una lesbiana es la furia de todas las mujeres condensada al punto de la explosión”.

La escalera

Fundada en 1955, The Ladder fue la primera revista lésbica que se distribuyó a nivel nacional en Estados Unidos. La publicaba “The Daughters of Bilitis”, una asociación defensora de los derechos civiles de las lesbianas que se fundó como alternativa a los bares lésbicos, donde el acoso policial se hacía cada vez más presente. Se promocionaban a sí mismas como “una organización de mujeres con el propósito de integrar Lo Gay en la Sociedad”. Una de sus metas era brindarle a la comunidad lésbica un foro de intercambio de ideas dentro de su propio espacio, y por eso mantenían una biblioteca entera de ficción y no ficción lésbica. Cuando se disolvieron, en 1972, el grupo donó toda la biblioteca a LHA.

Folletines

El término pulp hace referencia a libros con encuadernaciones rústicas, baratos y de consumo popular. Portadas llamativas, sugerentes y llenas de color. LHA, por supuesto, no perdió la oportunidad de coleccionar “pulp novels” con contenido lésbico de los años 50 y 60. Joan Nestle, una de las fundadoras del archivo, le dio un nombre nuevo a esta clase de novelas: “literatura de supervivencia”. Las novelas llevan títulos como Dulce Tormento, La amistad malvada o El camino extraño. Hasta los años 60, estos eran los únicos libros donde una lesbiana podía encontrar algún reflejo de sí misma, a pesar de que los personajes lésbicos casi siempre terminaran sufriendo un castigo por su inmoralidad, contrayendo matrimonios heterosexuales, perdiendo sus trabajos o incluso sus vidas. Los hombres heterosexuales que escribían estas historias se veían obligados a dar finales trágicos a sus personajes para evitar la censura. Aun así, las lesbianas codiciaban estas gemas, y aún las codician hoy en día.

Samois

Fundada en San Francisco, fue la primera organización pública que se dedicó al sadomasoquismo lésbico. En 1979 publicaron una guía de sexualidad BDSM para lesbianas. El título era “¿De qué color es tu pañuelo?”, aludiendo al código de pañuelos que se usaba en el ambiente gay de ese entonces, una forma de comunicación no verbal que servía para definir roles, fetiches o prácticas de interés.

SAMOIS sufrió fuertes censuras de WAVPM (mujeres contra la violencia en la pornografía y los medios de comunicación), un grupo de feministas en contra de la pornografía que, en un afán que recuerda al abolicionismo actual, incluso organizó piquetes en su contra, acusándolas de “ritualizar la violencia a la mujer”. Lxs miembrxs de Samois, pionerxs del feminismo pro sexo, argumentaban que su forma de practicar BDSM era compatible con el feminismo, y que la forma de sexualidad defendida por las corrientes anti porno era conservadora y puritana.

El legado de Lorde

El archivo preserva fotos y discursos grabados de Audre Lorde, ícono del feminismo antiracista, definida por sí misma como “negra, lesbiana, madre, guerrera y poeta”. Lorde se consideraba ante todo poeta, pero también fue una teórica conocida por plantear la interseccionalidad entre el lesbianismo, el feminismo de las mujeres negras, y la literatura femenina. Lesbian Herstory Archives permite que estos fragmentos de historia les sirvan a los movimientos de justicia social para aprender sobre su pasado y poder habitarlo como un hogar cálido. Y esas frases poderosas que escribió Audre Lorde, como “tu silencio no te protegerá”, resuenan con el contexto estadounidense actual, impregnado de racismo y brutalidad policial. Las archivettes evocan las palabras de Lorde, “las herramientas del amo nunca destruirán la casa del amo”, y recuerdan a sus seguidoras la importancia de ser inventivas, creativas y revolucionarias usando nuestras propias herramientas.

cortesía de Lesbian Herstory Archives

Más info en lesbianherstoryarchives.org