“Hoy no hay políticas de estado para acceder a un lugar donde hacerse la casa. Y eso no se soluciona con represión; el Estado no puede responder con violencia por fallas propias, como la falta de loteos sociales”, dice Juan Carlos Alderete sobre la situación en la toma de Guernica, donde empezó a correr el nuevo plazo para el desalojo: podría ocurrir cualquiera de estos días hasta el 30 de octubre. Diputado nacional, Alderete integra la camada de referentes sociales que en diciembre llegaron al Congreso con el voto al Frente de Todos, en su caso con una biografía política inescindible de la izquierda y de la lucha por el acceso a la tierra. Militante del Partido Comunista Revolucionario, se formó como dirigente social en la ola de tomas de principios de los ‘80, cuando se sumó a una ocupación en La Matanza, donde levantó con sus vecinos el barrio María Elena, lugar en el que sigue viviendo. En diálogo con PáginaI12, Alderete habló de la urbanización de los barrios populares, de su proyecto de Ley por Tierra, Techo y Trabajo y de los discursos encontrados que las tomas generan al interior del Frente de Todos. “Las declaraciones que viene haciendo Sergio Berni sólo se explican por una apetencia política”, asegura.
--¿Cómo ve la respuesta del Gobierno a las ocupaciones?
--Todos sabemos que la situación empuja a miles de familias que viven hacinadas, que no tienen posibilidad de acceder a un pedazo de tierra para construir. Creo que el gobierno de la provincia está encarando bien el tema, aunque encuentra resistencia por algunos intereses políticos e incluso por algunos intereses económicos, porque en las tomas siempre hay alguno que va a ocupar al solo efecto de venderle ese terreno a tres o cuatro que no se animaron a ocupar en el primer momento. Es algo que pasó siempre. Cuando el Estado interviene, las situaciones se solucionan y se evita un mal mayor.
-¿Y el gobierno nacional? ¿Está conforme con lo hecho para el acceso a la tierra?
-No, no... viene muy lerdo. Se anuncia, se anuncia, pero no hay una política de Estado frente la crisis que tenemos, que es una crisis habitacional de muchos años. Hoy no hay políticas de Estado para acceder a un lugar donde hacerse la casa. Y esto no se soluciona con represión, al contrario, la represión empeora las cosas.
--¿Qué es lo que frena que se implementen medidas para el acceso a la tierra?
-Está frenando porque se tienen que poner a trabajar en todos los municipios, en todas las gobernaciones. Hay secretarías de Tierra que tienen que actuar cuando se toman terrenos. Lo conozco bien porque me tocó vivirlo: en el ‘83 me sumé a una toma, con mi familia. Me había pasado lo que les pasa hoy a tantos, porque incluso tenía trabajo, pero no podía pagar el alquiler. El Estado intervino, hizo una negociación con los dueños y pudimos comprar la tierra en cuotas. Así nació el barrio María Elena, hoy tenemos las escrituras de nuestras casas.
--¿El estado compró las tierras al dueño?
-Sí. Compró las tierras de tres barrios, el María Elena que son 1157 lotes, el 17 de octubre que son 520 y el barrio Latinoamérica que son 1880 lotes. Todo era del mismo dueño. Después nos vendió las tierras a cada uno de los ocupantes.
--¿Tuvieron desalojos?
-Hubo una orden, pero con una ley de expropiación de la legislatura bonaerense se paró. Después no fue necesario aplicar la expropiación, porque el estado hizo un acuerdo con el dueño. Y nos vendió la tierra con cuotas de hasta diez años.
--¿Era frecuente ese modo de resolver las ocupaciones?
-Sí. Muchos barrios se han regularizado así en la provincia de Buenos Aires, ha sido un modelo de cómo regularizar la situación dominial de los ocupantes.
-En aquel momento había un gobernador radical, Alejandro Armendáriz.
-También en los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner hubo una decisión política de solucionar las ocupaciones dando acceso a la tierra y la vivienda. Nosotros, como Corriente Clasista y Combativa, hemos intervenido en las provincias en ocupaciones, durante el kirchnerismo, y siempre se llegó a una solución. En algunos casos, la gente que estaba ocupando un terreno privado se tuvo que trasladar a tierras estatales, pero también se llegó a una solución. Lo hemos hecho junto con Sergio Berni. Por eso me llama la atención que Sergio ahora esté haciendo las declaraciones que hace.
--¿A qué lo atribuye?
-Sólo se explican por alguna apetencia política. Cuando Sergio trabajaba en el ministerio de Desarrollo Social, con Alicia Kirchner, ha recorrido tomas con nosotros. Me acuerdo del caso de Jujuy, donde hubo una toma sobre tierras privadas, las recorrimos con él y hubo una solución y allí mismo se construyeron viviendas. Nosotros fuimos muy críticos de los gobiernos de Néstor y Cristina, y sin embargo en esos años pudimos hacer 7200 viviendas. Siempre lo digo públicamente porque es algo que reconocemos a los gobiernos kichneristas.
--Hace unos días presentó un proyecto de ley por Tierra, Techo y Trabajo.
--Es un proyecto para crear 375 mil soluciones habitacionales, entre viviendas y ampliaciones de viviendas. Con eso se podrían generar un millón 500 mil puestos de trabajos directos, y otra cantidad de manera indirecta. También tiene un aspecto rural, porque la ley de reparación histórica a la agricultura familiar no fue reglamentada nunca. Nosotros hicimos una investigación y encontramos que en la provincia de Buenos Aires hay 180 mil hectáreas en manos del estado.
--Esa ley fue aprobada en 2015, pero no se creó el banco de tierras.
--Y es muy importante para la agricultura familiar, una actividad que tuvo un impulso durante los gobiernos de Néstor y Cristina pero que hoy necesita del acceso a la tierra.
-Su proyecto también busca reactivar la urbanización de los barrios populares. El Renabap empezó algunas obras, en septiembre.
--Se está haciendo, pero a una escala chica, muy poco. Hay que acelerarlo porque la gente está desesperada, necesita donde trabajar. Lo vemos en los comedores y merenderos; cuando la tarjeta Alimentar es recargada la gente deja de ir, pero sólo por cuatro o cinco días.
-Como diputado del Frente de Todos, ¿cómo vive que las políticas de tierra y vivienda estén frenadas?
-- Vemos trabas burocráticas que hay que sortear con decisiones políticas. Aunque reconocemos, también, que hoy el Estado tiene presencia en todo el país, algo que antes no pasaba. Si no hubiera pandemia, ya estaríamos en la calle, por nuestros reclamos y también para salir al cruce de las marchas de los sectores reaccionarios que quieren desestabilizar al Gobierno. Porque hemos sufrido tremendamente los cuatro años de Macri, y todavía la gente sigue teniendo esperanzas, sigue teniendo sueños. Por eso le decimos a nuestro propio Gobierno que hay que apurarse, acelerar las cosas y tomar medidas. Muchos compañeros vienen de trabajar toda la vida haciendo changas, sin haber entrado nunca al trabajo formal, y cada vez encuentran menos trabajo, mucho menos. Es clave que podamos salir de la pandemia generando trabajo, y el acceso a la vivienda es un gran movilizador.