Todo el aparato de Cambiemos juega a que las causas por espionaje viajen a los tribunales de Comodoro Py, donde el macrismo siempre jugó de local. Lo curioso es que en el traslado empujan no sólo los acusados, como el secretario de Mauricio Macri, Darío Nieto, sino también los que fueron espiados por la maquinaria armada por la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), bajo el mando de Gustavo Arribas y el propio Macri. Hasta Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal y Diego Santilli, a quienes mandó a vigilar la AFI porque aparentemente querían armar la candidatura presidencial de la exgobernadora, se sumaron al pedido de que el expediente viaje al edificio de Retiro. Este martes, el camarista federal Mariano Llorens les dio el gusto y resolvió que el juez de Lomas de Zamora, Juan Pablo Augé, debe dejar la investigación para que pase a Comodoro Py. Lo más probable es que el magistrado rechace esa postura, la controversia se traslade a la Cámara Federal de La Plata y, en última instancia, resolverá la Cámara de Casación. Por ahora, se sigue investigando en Lomas.
El puntapié inicial lo dio el defensor de Nieto, José Gervasio Caviglione Fraga, quien argumentó que la AFI funciona en la Ciudad de Buenos Aires, frente a la Casa Rosada, y que casi todos los hechos ocurrieron en CABA, por lo que corresponde que la causa se instruya en Comodoro Py.
La cuestión es polémica. El grupo protagónico de espías, conocido como Super Mario Bros, tenía en realidad su base en Villa Martelli, del otro lado de la General Paz, y además espiaban ilegalmente a Vidal, al obispo Jorge Lugones y muchos otros referentes políticos y sociales, todos en la Provincia de Buenos Aires. También en territorio bonaerense viven la hermana menor de Mauricio Macri, Florencia, y su pareja, Salvatore Pica, otro objetivo de las operaciones de los espías. Y a todo esto se agrega que los agentes de Super Mario Bros iban centralmente a los actos de la oposición en La Matanza, Morón, San Martín, Quilmes y otros polos del conurbano bonaerense, sacaban fotos y después armaban informes para entregar a sus jefes en la AFI o a Susana Martinengo, funcionaria con oficina en la Casa Rosada.
Justamente la jueza María Eugenia Capuchetti, la más nueva de Comodoro Py, rechazó hacerse cargo de la causa por esa misma razón: que los escenarios fueron muy diversos y que en ese caso pesa que los dos fiscales de Lomas, Cecilia Incardona y Santiago Eyherabide, junto al juez Augé, tienen la investigación mucho más adelantada, por lo que traerla a Comodoro Py implica dilatarla y demorarla.
Más allá de los discursos con impronta judicial, lo concreto es que los ex funcionarios de Cambiemos quieren sacar la investigación de Lomas donde no controlan ni a los fiscales ni al juez. Las pruebas obtenidas respecto de los espías son tan nítidas que el macrismo busca refugio como sea: del celular del ex policía Leandro Araque, por ejemplo, salieron fotos, informes, grabaciones y detalles de una enorme cantidad de operaciones ilegales. Como es obvio, la forma de frenar la investigación es llevar el expediente a Retiro.
Ni a Rodríguez Larreta ni a Vidal ni a Santilli les importó ser víctimas del espionaje: les sacaron fotos en reuniones, pretendieron meterse en sus vidas personales, armarles relaciones amorosas y hasta les monitorearon con quiénes se encontraban a tomar un café. Nada impidió que aún así se presentaran para pedir el traslado a Py. Suponen que una investigación a fondo abre un gigantesco boquete en la nave de Juntos por el Cambio y entonces prefieren que la causa se empantane.
Este martes, a sola firma, el camarista Llorens, en nombre de la Cámara Federal de Comodoro Py, revocó lo decidido por Capuchetti y ordenó que la causa vaya a CABA. Argumentó lo mismo que los abogados de Cambiemos: que la AFI funciona en Capital, que el armado --si existió-- se hizo en la calle 25 de Mayo, donde funciona la central de espías, y que la mayoría de los hechos tuvieron escenario porteño. Para salvar un poco el decoro, Llorens dijo que no debía trasladarse el caso del espionaje a los ex funcionarios y empresarios que estuvieron presos en el penal de Ezeiza, porque eso sí que está claro: la cárcel de Ezeiza no queda en CABA.
La lógica es que cuando a Augé le pidan la causa, el juez le dé vista a Incardona, Eyherabide y a todas las víctimas del espionaje. Tambien es lógico que la gran mayoría conteste que la causa debe quedar en Lomas porque allí se investigó a fondo hasta ahora. Sobre esa base, es casi seguro que el juez rechazará el traslado a Retiro. La siguiente parada estará en la Cámara Federal de La Plata, superior del juez de Lomas, y podría plantearse un conflicto entre La Plata y Comodoro Py. La última palabra la tendrá, dentro de un tiempo, la Cámara de Casación.
Mientras tanto, el expediente lo seguirán instruyendo Augé, Incardona y Eyherabide.