En las vísperas del primer paro general que le tocará afrontar, el presidente Mauricio Macri incrementó la agresión contra la CGT y los sindicatos que harán el paro. El mandatario envió a sus ministros en masa a cuestionar los motivos de la medida de fuerza y, en particular, le ordenó a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que haga un despliegue de fuerzas de seguridad para reprimir los piquetes que distintos grupos de izquierda piensan hacer hoy. El Presidente ordenó que se garantice a rajatabla la posibilidad de circular para quienes quieran romper la huelga. En privado, fue todavía más enfático contra los sindicalistas, según trascendió: “O metemos preso a los mafiosos o nos voltean”, afirmó en la reunión de gabinete en la que evaluaron el paro general y en las que les planteó que hay que ir a fondo.
Una cantidad inusual de ministros salieron a opinar sobre el paro ayer. Quizás recordando sus épocas como ministra de Trabajo de la Alianza, la más entusiasta fue Patricia Bullrich: “El paro está quebrado porque gran parte de la sociedad no lo quiere”, aseguró. “Para nosotros hay un paro totalmente ilegítimo y sin sentido. Hay mucha gente que está planteando de darle batalla a ese paro, una batalla de decir: ‘A mí no me van a hacer parar a la fuerza’”, afirmó la ministra, quien no pareció escuchar las denuncias de empresas que obligan a sus trabajadores a no hacer paro. Bullrich aseguró que los paros generales “ya no existen en ninguna parte del mundo”.
La ministra especificó que harán operativos en todos los accesos a la Ciudad de Buenos (Puente Pueyrredón, Puente Alsina, Puente Saavedra, Puente La Noria) Aires para evitar piquetes, que –según Bullrich– disimularían el fracaso del paro general. “El objetivo es amedrentar al que quiere ir a trabajar con libertad. Ya bastante con que han hecho un paro para que además quieran bloquear”, aseguró la ministra de Seguridad, que indicó que el sindicalismo “es violento y quiere mantener el poder”. Bullrich también dio más detalles sobre la reunión de gabinete en la que Macri llamó a meter presa gente: contó que el Presidente les explicó que “hay privilegios, mafias de gente que quiere vivir del Estado, a costa de la gente, y nos dijo que nos han votado por el cambio, aunque nos cueste las elecciones”.
Todos los participantes de la reunión de gabinete, con distintas palabras, describen la actitud de Macri como de una mayor dureza hacia sus adversarios: habló de impedir los cortes de rutas, de ir a fondo contra las “mafias” en los sindicatos, de profundizar la respuesta política en los medios. En concreto, una arenga para ir por las cabezas de quienes paran. Lo que busca el oficialismo es no perder la iniciativa política que siente que ganó con la concentración del sábado pasado, aún si eso implica ganar en niveles de agresividad. El video del titular del gremio de los Peones de Taxi, Omar Viviani, hablando de “voltear autos” que no paren fue utilizado por el Gobierno como una forma de mostrar que quienes paran son “violentos”. El sindicalista fue velozmente imputado en una causa penal, como una demostración de lo que puede venir.
Por su parte, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, aseguró que “no hay hoja de ruta para el día después del paro, porque no hay consignas claras de por qué se está parando. El diálogo nunca se rompió y hace incomprensible el paro”. En tanto, el ministro de Justicia, Germán Garavano sostuvo que el “paro es una pena. Es un derecho constitucional que el Gobierno respeta, pero desde el momento en que la economía está empezando a arrancar y a mostrar signos alentadores, parece un paro a destiempo, por problemas internos (de la CGT), que tiene que ver con la lógica de las elecciones y los partidos de la oposición”. “Los dichos de Viviani tienen una gravedad inusitada. Un dirigente gremial que arengue a sus compañeros de sindicato a destruir los autos es algo que nos lleva a épocas de violencia que debemos dejar atrás”, afirmó Garavano.
El titular de los medios públicos, Hernán Lombardi, sostuvo que “algunos sindicalistas siempre fueron parte de una mafia” y “desde el primer día nos reservaron la salida del helicóptero”, en referencia al final que tuvo otro gobierno que integró: el de Fernando de la Rúa. “Pongámosle nombre concreto, Viviani hace 32 años que es secretario general del gremio”, sostuvo Lombardi, quien evitó recordar desde cuando es titular de su gremio Gerónimo “Momo” Venegas, el sindicalista oficialista. Para Lombardi, las marchas que hicieron en marzo las mujeres, los docentes, los trabajadores y los organismos de derechos humanos son parte de un “avance antidemocrático”. “Hace siete meses estábamos peor y no había paro”, aseguró Lombardi, quien evitó referirse a las presiones denunciadas por la comisión interna de Télam para que trabajen durante el paro general. Ayer esa misma comisión advirtió que los despachos de la agencia que se emitan durante el día de hoy no serán hechos por periodistas ni cumplirán con los estándares mínimos de calidad de un medio público.
Por su parte, el ministro de Modernización, Andrés Ibarra, defendió el endurecimiento por parte del presidente Macri: “En determinado momento hay cierta cristalización de políticas que debemos enfatizar y defender. Cuando se ponen en duda algunas cosas, tenemos que ser más enfáticos porque no hay ninguna duda de que venimos a transformar la Argentina”, aseguró el funcionario que, junto con Lombardi, estuvo a cargo de la mayor cantidad de despidos en el Estado.
El ministro de Producción, Francisco Cabrera, advirtió que el paro “no va a tener impacto en la llegada de las inversiones”. Por su parte, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, calculó el costo del paro en 15 mil millones de pesos. “Este paro le cuesta muchísimo al país en un momento en que estamos tratando de ponerlo en marcha”, destacó. No hizo, como le pidió el gremialista bancario Sergio Palazzo, la cuenta de cuánto costó la quita de retenciones agrarias y mineras (70 mil millones). El funcionario aseguró que “gran parte del sindicalismo está siendo arrastrado por el kirchnerismo, que tiene posiciones agresivas contra el Gobierno”. “Este paro responde a una interna gremial, a una gimnasia preelectoral de cara a las elecciones de este año”, afirmó.