Evgeny Afineevsky, el director del documental "Francesco" en el cual el Papa dio vuelta una de la páginas sobre la mirada de la Iglesia católica la unión civil entre personas del mismo sexo, definió a su trabajo como una historia en la que Jorge Bergoglio “con humildad y sabiduría trata de guiarnos para construir un futuro mejor".
En “Francesco”, estrenado en el Festival de Cine de Roma, el Papa definió que “las personas homosexuales tienen derecho a estar en la familia, son hijos de Dios, tienen derecho a una familia”. Y marcó una nueva posición en la Iglesia católica: “No se puede echar de la familia a nadie ni hacer la vida imposible por eso”.
Afineevsky habló de su trabajo. “No lo veo como un documental sobre el Papa. Lo veo como un documental sobre todas estas personas, sobre nosotros, sobre la humanidad” que abusó del clima y de la naturaleza, que creó todas estas guerras que comenzaron a mover a los refugiados y a los inmigrantes”, dijo.
El cineasta de 48 años es nacido en Kazán (antigua Unión Soviética), vive en Estados Unidos y en su historial recibió una nominación al Premio Oscar en 2016, por “Winter on fire: Ukraine’s Fight for Freedom”, y tres al Emmy por “Cries from Syria” en 2017.
Esta vez, su film sobre Francisco fue un trabajo que le demandó tres años de entrevistas, rodajes y producción en distintos lugares del mundo para contar algunos aspectos de Jorge Bergoglio.
También se muestra al jesuita en Buenos Aires antes de ser Papa, gracias a imágenes antiguas -sentado en el transporte público, por ejemplo- y testimonios de sus allegados y amigos, como uno de sus sobrinos, el padre Pepe, el rabino Skorka, o el imam Omar Abboud, además del premio Nobel Pérez Esquivel o Estela de Carloto, de las Abuelas de plaza de Mayo.
“Creo que en la película traté de enseñar al mundo que es importante aceptar todos los errores, como él hizo, como líder y ser humano que no teme ponerse de rodillas y decir ‘lo siento”, definió Afineevsky, durante una entrevista con la agencia EFE. "Bergoglio, y eso es lo fascinante, sigue abierto a aprender de sus errores, de la gente que le rodea", añadió.
Durante el rodaje transcurrieron viajes de Francisco por el mundo, visitas de líderes al Vaticano y hechos que sacudieron a la Iglesia Católica, como las denuncias por pedofilia de sacerdotes y obispos.
Dos meses después de comenzada la filmación “vimos los primeros frutos de la cumbre de los abusos. Vimos que el Papa publicó los primeros cambios de la ley vaticana que obliga a todo el mundo a denunciar” esos hechos, contó el documentalista.
“Es una cosa drástica. El Vaticano, que usualmente no toma medidas tan duras y rápidas, de repente después de un par de meses publica esa ley”, destacó.
Afineevsky reconoció que él, como judío que creció en Israel, “lo importante fue ver” a Francisco “desde una perspectiva distinta y mostrarle al mundo lo que mi punto de vista no religioso puede ver”.
Por eso, no pretendió mostrar a Francisco como una celebridad. No aborda cuestiones religiosas, sino las ideas del Papa sobre los grandes desafíos de nuestro tiempo. "Él pone su trabajo y sus pensamientos en su encíclica, yo pongo mi trabajo y mis ideas y mi manera de contar historias como director de documentales, hago un monumento cinematográfico dedicado a nosotros, que creamos drama y desastres, y a él, que le gusta ir a la línea del frente", dijo.
Con imágenes conmovedoras de sus viajes -como su visita al campo de refugiados de Lesbos- y frases de gran impacto -"quien piensa solo en hacer muros y no puentes no es cristiano", "no hay santo sin pecado ni pecador sin futuro"- el cineasta muestra a un hombre "que llora con la Humanidad", como dice uno de los entrevistados, el padre franciscano Michael Perry.
El director optó por una película "que pueda ser vista por jóvenes y mayores, por diferentes grupos sociales, creyentes y no. Traté de crear una historia cinematográfica que puede se entendida por gente sencilla y gente muy cultivada, algo que pueda quedar después de nosotros y pueda educar a la gente".
Curiosamente, la elección del argentino Jorge Bergoglio como Papa en marzo de 2013 aparece casi al final. "Tradicionalmente, todas las películas sobre el Papa empiezan por su nombramiento, pero yo quiero enfatizar que no hago un filme sobre el Papa, quería mostrar ese contraste", empezando con la plaza vacía en junio de 2020 y la plaza abarrotada en marzo de 2013, para hacer pensar al espectador acerca de todo lo que sucedió.
La cinta cuenta con entrevistas con el papa emérito Benedicto XVI, el cardenal filipino Tagle, el presidente Sarkissian de Armenia -donde Francisco habló de genocidio causando el enfado de Turquía- entre otras.