El gran encuentro pendiente sucedió en la virtualidad. El escritor británico Michael John Harrison conversó con Mariana Enriquez en el 12° Filba Internacional. Desde Yorkshire, un pequeño pueblo cerca de Iron Bridge -donde comenzó la revolución industrial-, Harrison advirtió que “como consumidores de noticias estamos perdiendo permanentemente el sentido de lo que es real y lo que es ficción”. “Los periodistas utilizan el término historia de tal modo que se está volviendo muy próximo al concepto de historia que usamos como escritores de ficción. En lugar de pensar en el contenido, si es verdad o no, piensan si es una buena historia, no en si es una historia verdadera. ¿Es una buena historia o buen artículo? Eso me asusta realmente”, confesó el autor de El curso del corazón (Sigilo), una de sus novelas más celebradas, y los cuentos de Preparativos del viaje (Interzona).
Harrison estuvo en el Filba el año pasado. Quería conocer a Enriquez porque había leído la traducción al inglés de los cuentos Las cosas que perdimos en el fuego. Pero la escritora y editora de Radar entonces estaba de viaje. “La ciencia ficción siempre está asociada a las profecías. Si siempre estuvimos profetizando desastres en los últimos cuarenta años de nuestras carreras, ¿sobre qué vamos a escribir cuando nos demos cuenta de que el desastre realmente ocurrió? ¿Qué debería hacer un escritor en estas circunstancias? ¿Cuál es la postura del escritor en el mundo? Si no podés ser un profeta, ¿cuál es tu función ahora? Estuve tratando de examinar mi propia postura como escritor. No se trata de ser un periodista o de mantenerse al día con lo que sucede”, afirmó Harrison, grandísimo escritor de una sencillez apabullante.
Enriquez definió a The Sunken Land Begins to Rise Again (La tierra hundida comienza a levantarse nuevamente), una novela todavía no traducida al español, como “un clásico” de Harrison, donde los eventos principales están en un segundo plano y las personas saben que algo se está moviendo en la realidad, pero no pueden comprenderla. “El Brexit fue una especie de shock para nosotros -admitió Harrison-. La broma oculta del libro es que se puede decodificar no tanto como una novela del Brexit, sino como un conjunto de referencias sobre cómo nos ocurrió el Brexit y cómo le sucedió a la clase liberal en Gran Bretaña. Esto fue una sorpresa total: un minuto era la vida tal como la conocíamos, al otro estábamos cayendo al Brexit. La izquierda estaba muy sorprendida y se volvió cada vez más claro que todo estaba sucediendo en un segundo plano. Un movimiento político había sido ignorado, porque eso fue lo que sucedió; estábamos en negación de una situación que podía suceder. Quizá lo más atemorizante que viví en mi vida fue descubrir eso, porque siempre nos preguntamos cómo no se dieron cuenta de lo que estaba pasando en Alemania en los años '30. Nosotros tampoco nos dimos cuenta de que estaba ocurriendo el Brexit”, comparó el escritor británico.
Entonces Enriquez aportó “el giro latinoamericano” cuando se refirió al actual gobierno de Brasil. “Brasil está siendo gobernado por un loco y yo nunca lo vi venir. De pronto está Bolsonaro, un fascista clásico. Se volvió un país ultra religioso también de un día para el otro”, planteó la escritora. “Esto demuestra que no importa cuán cuidadoso seas, se tiende a vivir en una burbuja, a ver lo que querés ver y precisamente no ves aquellas cosas que no querés ver. Si no querés ver algo, realmente no lo ves”, agregó Harrison que escribe artículos y reflexiones en un blog desde 2007. Para la autora de Los peligros de fumar en la cama un tema que tuvo influencia en ella tiene que ver con las personas que desaparecen en las historias del escritor británico, que ahora está escribiendo un libro de no ficción con algunas de las entradas de su blog.
“He intentado comprender por qué desaparecí de mi propia vida. No hay ninguna respuesta a eso; parece que desde una temprana edad me interesó no estar allí y al mismo tiempo me asustaba no estar. Quién sabe lo que significa esto desde el punto de vista psicológico o emocional. ‘Almacenamiento de objetos personales’ suelo utilizarlo como un índice de la desaparición de la persona como ser humano. ¿Por qué esto me fascina? No lo sé, pero creo que lo voy a poder analizar escribiendo ese libro. Me interesan las imágenes fragmentadas que parpadean al lector. Ya no son más mis recuerdos, sino imágenes que parpadean. Creo que es fascinante tener 75 años y darte cuenta de que no te acordás de la mayor parte de tu vida, incluso cuando escribiste gran parte de esa vida”, explicó el escritor británico.
El tratamiento de las desapariciones en la obra de Enriquez es diferente. “Los fantasmas tienen la edad de mis padres porque la mayoría de las personas que fueron desaparecidas son de la generación de mis padres”, aclaró la escritora. “Somos los hijos de los fantasmas. ¿Por qué hablar de fantasmas cuando las personas fueron asesinadas? Mi manera de superar este tipo de trauma fue a través de la ficción, que me ayudó a entender mi fascinación por ciertas cosas oscuras, y cómo el poder político puede crear algo así. Cuando comencé a ir a las marchas, los desaparecidos tenían mi edad. Ahora podrían ser mis hijos. Eso es lo que son los fantasmas: algo que se repite todo el tiempo y todo el tiempo te dice 'esta injusticia me sucedió, ayudame'… la injusticia sucedió en otro plano, en otra realidad, y ahora no podés solucionarlo”, reflexionó Enriquez.
Harrison dijo que cuando leyó los cuentos de Enriquez se emocionó: “entendí que también estabas usando el concepto de liminalidad para observar la realidad; es el camino a seguir para el tipo de ficción con el que estamos asociados”, precisó el escritor británico. Y agregó que le interesan la metodología de las historias de Robert Aickman por el “fracaso de la epistemología”: “ya no sabemos cómo obtener conocimiento sobre nuestro mundo”. “La situación es muy mala en Gran Bretaña; hay personas que todavía no comprendieron lo que hace un virus así –aseguró el escritor sobre la pandemia de Covid-19-. Lo que me sorprende más de las circunstancias del Reino Unido es cómo un gobierno puede ser tan incompetente. Uno percibe que ellos tuvieron esta idea de inmunidad de rebaño, que sirvió perfectamente a su ideología. Todo lo que han hecho ha sido una farsa en cuanto al manejo de la situación, porque lo que realmente querían es que el virus circulara. Querían que la pandemia circulara en la población hasta agotarse. Pero no lo admiten”.