Fue la poesía de la mirada, del reojo, lo que produjo el efecto. El estallido sutil, la fuerza del momento milimétrico del descubrir algo por primera vez. Fue el azar de una cotidianidad institucional, la suerte que se puede tener durante una convivencia universitaria, la que puso a Matías Milanese y a Federico Lehmann en ese preciso instante, en ese sector puntual de las escaleras de la Universidad Nacional de las Artes. Habrá sido el argumento del clima, de verse actuar en obras lo que devino en alguna cerveza. Y fue, una vez más, una cerveza el inicio de una historia. Y de varias más.

Desde hace más de cuatro años Matías Milanese y Federico Lehmann son novios. Conviven con la euforia de haber coincidido y también con el componente pasional de sus oficios: los dos son actores y directores. La rutina de una vida joven y manija, dedicada a crear, les multiplicó los motivos para encontrarse haciendo. Por eso, cuando el Festival El Porvenir, en su edición 2018, propició que Federico Lehmann desplegara su dramaturgia, ocurrió nuevamente. En evidencia a la evolución orgánica de un proyecto quizás tácito, Federico dirigió y escribió para Matías en la obra Lo único épico aquí lo hemos robado (La guerra de las Galaxias).

Esta obra, que interpretó Matías Milanese junto a Pamela Adomaitis, trascendió el marco del festival de directores sub-30, y sostuvo dos temporadas pre-covid durante el año pasado en los teatros Timbre 4 y Espacio Roseti. Ya en fase covid, ganó el concurso de actividades performáticas del Instituto Nacional del Teatro y, entonces, tuvo también su modalidad online. Todo este proceso y su experiencia les devolvió una nueva alianza. Una nueva clave para reconocerse jugando. A partir de este envión fundaron LosPipis Teatro.

Contarán ellos mismos que el ejercicio del debate los había hecho crecer. Que cuando se metían de lleno en la crítica de lo que miraban a raíz de las carteleras, llegaban a lugares distintos, que en sus puntos de vistas solían no coincidir. “Siempre, o chocaban o iban para lados diferentes, y realmente pudimos encontrar una potencia en cómo podían convivir esas dos formas de ver el teatro, el cine, el arte.”

PIPIPALOOZA

La siempre activa carrera de esta compañía tiene un año y medio de historia. Un lapso suficiente para haber montado otra obra, Esta historia está re buena; y junto con el Club Cultural Matienzo motorizaron el taller de dramaturgia Todo por crear. También, van por la edición 27 del Pipipalooza, un ciclo de música y lecturas que se transmite por las redes de Timbre 4 y por el que ya pasaron María Oneto, Alejandro Tantanian, Santiago Loza y Mariela Asensio, entre un centenar de artistas más.

Como a casi toda la humanidad, esta nueva época les significó un desafío creativo. Y ahí fueron. LosPipis Teatro estrenan Perritos de porcelana, su nueva aventura. Mañana sábado 24 de octubre será el primer episodio de un viaje que incluye otras dos veladas más, y en donde conviven nuevas maneras de transitar una obra, a través de múltiples formatos que han venido a reinventar la presencialidad.

Perritos de porcelana surge de un primer texto que llegó a ser presentado en el Centro Cultural Rojas. Parece otro siglo, pero fue en febrero de este año cuando fueron seleccionados con ese monólogo para participar del Festival Internacional de Nuevas Dramaturgias, pero la historia se comió todo. Durante la cuarentena decidieron ampliarlo, darle más expansión al universo contenido en la propuesta, dotarle de nuevos personajes, de otros mundos.

Para Federico Lehmann, “el proceso creativo fue muy lindo, si bien al principio comenzó como un monólogo más teatral, con todo esto de que los teatros no están abiertos, repensar las plataformas, ver en dónde lo encausábamos, se terminó transformando en esta especie de aventura porque si bien en un principio fue teatral, en el proceso de escritura viró para novela, cuento, relatos. Fue pasando por muchas plataformas y creo que ahora encontró la mejor versión.”

LA ÑATA CONTRA EL VIDRIO

Se trata de un espectáculo que, puede decirse, dura tres semanas consecutivas. Curado por Maruja Bustamente, consta de tres episodios semanales, pautados con fecha y hora, los cuales se ramifican en otras experiencias que le huyen al streaming. Lxs espectadorxs transitarán sus aventuras singulares dispuestas en consignas, tales como encontrar un código QR en alguna parte de la ciudad, escuchar un audio en el rincón de una plaza céntrica, asistir a un recital emitido desde un gran ventanal, vidriera y distancia mediante.

En el tratamiento de la obra subyace una intención por defender la materialidad que puede ofrecer cada plataforma. De ahí la búsqueda artística en cómo ponerlas a disposición para que el relato ficcional se potencie. “Nuestra cabeza ya está un poco compartimentada entre un montón de plataformas con diferentes reglas, con diferentes estéticas, con diferentes características. Entonces, hay algo de llevar la teatralidad -porque no me atrevería a decir que es teatro-, de llevar una ficción y que el espectador pueda acceder a la totalidad de ella. Teniendo que surfear estas plataformas es una manera también de retratar un poco nuestra realidad, al menos la realidad más actual” dice Matías Milanese. Con Federico, su compañero, han complementado la escritura y la dirección de la puesta, aunque Matías es también unx de lxs intérpretes junto a Federico Pezet y Camila Marino Alfonsín.

Llamarla aventura le aporta una nueva fórmula a la experiencia. Por un lado, una suerte de redistribución, “de correr el eje de la responsabilidad de lo teatral solo al director y al actor”. Se produce un llamado a la subjetividad del espectadorx para que gestione su propio dispositivo. Pero también, le suma un nuevo rasgo a la nostalgia más actual de todas, la del encuentro. “Surcar cada aventura, cada plataforma con la esperanza de dar con ese momento teatral como se lo conocía. El encuentro con otres, con el actor, con el aquí y ahora”.

Podría ser que Perritos de porcelana se defina como un “concierto de piano marica con música de Lady Gaga”. Lo cierto es que a la propuesta la envuelve el desafío lúdico, un guiño a jugar, a buscar, a rellenar la escena con ficciones, ciertamente maricas. Se ponen en juego algunos de los tantos sistemas de representación que operaron durante cualquier adolescencia con inquietudes de coreografía. Somos una generación completa de maricones, cuyas ficciones biográficas han forjado en nuestra melancolía ser una estrella pop desde nuestras habitaciones.

Hay mucho de la estética pipi que se pronuncia en este nuevo proyecto: la sonoridad de Lady Gaga del año 2000, el atravesamiento pop traducido a formatos que la pandemia permite, la disputa al tiempo. También, la desolemnización del teatro, la frescura como abordaje, el aspecto etario y generacional. Matías Milanese retoma a la Lady Gaga de “Born this way” para resumir este cuadro en sus líneas artísticas de tiempo: “planea ser ella misma y respetar su juventud”.

Para las reservas de Perritos de porcelana visitar el Instragam de @lospipisteatro.