Desde que se decretó la cuarentena por la covid-19, en el mes de marzo, el Gobierno porteño “no cumplió con su responsabilidad de proteger a personas sin techo en la pandemia”. La denuncia fue realizada ante la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires por la Asociación Miguel Bru y la organización Ciudad Sin Techo, que realizaron tres relevamientos entre personas que sobreviven en el bajo autopista de la 25 de Mayo, entre Constitución y Plaza de los Virreyes.
El informe presentado ante la Defensoría, al que tuvo acceso Página/12, deja una vez más al desnudo “el desamparo de casi cien personas que sobreviven” en condiciones de total precariedad, sin la alimentación necesaria, salvo los aportes de las organizaciones humanitarias o de vecinos y vecinas que se solidarizan con esa población.
Los resultados de los relevamientos fueron presentados ante la situación que atraviesan “personas que sobreviven en las calles de la Ciudad más rica del país”. Aunque esas personas ya se encontraban antes en situación de calle su problema “empeoró por la falta de atención” de las autoridades del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta.
Las personas viven bajo la autopista 25 de Mayo, en los ocho kilómetros que van desde la calle Lima, en Constitución, hasta la calle Manco Capac, cerca de Plaza de los Virreyes.
El primer censo se hizo en abril y reportó que “había 105 personas debajo de los puentes”. El segundo se realizó en junio, cuando el número bajó a 62, pero en el tercero, que se hizo en agosto, la cifra marcó “un crecimiento de más del 30 por ciento”, dado que un total de “94 personas dormían bajo la autopista”.
Lucas Mac Guire, referente de la Bru, explicó que cuando el gobierno nacional decretó la cuarentena el 20 de marzo “empezamos a pensar de qué manera continuar nuestro trabajo de asistencia para no dejarlas solas a las personas vulneradas y sobre todo a las que viven en la calle”.
Mac Guire se desempeña en la Casa de Cultura y Oficios de la Bru en Parque Patricios, que hizo el relevamiento en conjunto con la organización solidaria Ciudad Sin Techo. Además del análisis cuantitativo, se recabó información sobre “los datos cualitativos para poder asistir a las personas y visibilizar las carencias en el acceso a la salud y alimentación”.
Parte de la ayuda fue darles información sobre el acceso a planes sociales o subsidios estatales; así como para obtener el DNI y el acceso a un celular y/o conexión a internet, algo de lo que carecen prácticamente todos.
Los tres relevamientos se hicieron en fines de semana y en las primeras horas de la noche porque “es el momento en el que las personas buscan refugio para dormir, en especial en los meses de frío”.
En ese horario, además, las organizaciones distribuyen “los platos de comida caliente, agua o café”, señaló Claudia Enrich, presidenta de Ciudad Sin Techo. Si bien el drama de los sin techo es un fenómeno que ocurre no sólo en Buenos Aires, sino también en los grandes centros urbanos del mundo, la situación es particularmente grave en la capital argentina.
En ese marco “hemos constatado la desidia y el desamparo de las autoridades de la Ciudad” que “no sólo continuó como antes de la pandemia, sino que empeoró en el contexto del aislamiento social preventivo y obligatorio”.
La asistencia que sólo dan las organizaciones
Las dos organizaciones reclaman al gobierno de Rodríguez Larreta que “proporcione la mínima asistencia como entrega de agua, alimentos, lavandina, alcohol, baños químicos, habilitación de baños públicos existentes en parques y duchas” dado que la ayuda que les llega a los sin techo proviene “eventualmente de ciudadanos/as y transeúntes”.
Como aporte, la Asociación Miguel Bru, que dispone de esas instalaciones, las puso a disposición para implementar su uso. Al margen de eso, le recordaron al gobierno porteño que “ debe cumplir con la ley 3706 de Protección y garantía integral de las personas en situación de calle y riesgo de situación de calle”.
Las organizaciones señalaron la necesidad de “agilizar de manera urgente la entrega de la tarjeta alimentaria Ciudadanía Porteña” y de los subsidios habitacionales, con el respaldo del otorgamiento “mediante el trámite judicial que garantice la suma real del valor del alquiler de una habitación”.
Otra demanda es que el servicio Buenos Aires Presente (BAP) se brinde junto con “personal sanitario que visite diariamente a estas personas para monitorear posibles síntomas de contagio y resolver urgencias”.
Qué dicen los censos
Estos son los resultados del relevamiento presentado ante la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires:
--La mayoría de la población en situación de calle se compone de varones, con un promedio de edad de 40 a 53 años, aunque en las “ranchadas” hay también adulto/as mayores.
--Algunos de ellos manifestaron padecer enfermedades como HIV y TBC, entre otras afecciones y en algunos casos consumo problemático de sustancias.
--Seis de las mujeres entrevistadas refirieron estar embarazadas.
--No se constató presencia de niños, niñas y adolescentes, salvo en la tercera salida de agosto, en la que se relevaron tres niños en compañía de sus padres.
--Aunque tienen información sobre la covid-19, sólo un 5 por ciento indicó tomar medidas de prevención mínimas, como tener y usar un barbijo o contar con lavandina. Todos refirieron carencia de espacios de higiene y acceso al agua potable, lo cual agrava su situación.
--Poco más del 50 por ciento de la población relevada refirió no consumir alimentos en forma regular. No reciben asistencia alimentaria en forma diaria. Los fines de semana son los días más críticos en este sentido.
--Se constató la colaboración de vecinos/as solidarios/as.
--Los entrevistados dijeron que hacen recorridos a pie con el fin de conseguir alimentos cocidos y/o para cocinar, formando filas en los lugares de expendio de comida, pero muchos de ellos permanecen cerrados por el aislamiento social.
--La situación de desamparo los expone aún más al peligro de contagios.
--El tiempo en el que se encuentran en situación de calle varía entre cinco meses y 15 años, de acuerdo con lo referido por los encuestados. Los que han caído en esta situación desde hace algunos meses, es porque fueron desalojados de los hoteles donde residían contando con el subsidio habitacional otorgado por el Decreto 690/2016 del Gobierno porteño. Otros dejaron esos lugares en forma voluntaria, por no contar con el dinero necesario para afrontar el pago, ni siquiera para permanecer sentados en el hall del hotel, sin acceso a una habitación o cama.
Los días 11 y 12 de abril, la población censada se conformaba por 92 hombres y 8 mujeres. El 27 y 28 de junio la población de hombres y mujeres baja, pero el 8 y 9 de agosto creció el número de mujeres. Son bajos los índices de personas que tienen en su poder documentos de identidad.
Durante el primer relevamiento se obtuvo mayor número respuestas positivas, casi un 24 por ciento, el número desciende en junio poco más del 12 por ciento, pero en el tercer relevamiento salta a casi un 16 por ciento. Sin DNI no pueden acceder a los subsidios ni ingresar a un hotel.
La mayoría de las personas encuestadas no cobran ningún tipo de subsidio. En la salida de abril solo el 17 por ciento manifestó recibir ayuda estatal. Ese mismo indicador cae al 8 por ciento en junio, pero en agosto sube a casi el 45 por ciento.
Se destaca el acceso al Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), pero solo algunos casos en el relevamiento de agosto dan cuenta de acceso a la tarjeta alimentaria Ciudadanía Porteña y/o subsidio habitacional. Los tres chicos reportados recibían la Ayuda Universal por Hijo.
Como es de prever, la inmensa mayoría, por no decir todos, no tienen acceso a un dispositivo celular con servicio telefónico o de internet. En abril, no llegaban al uno por ciento.