Desde Londres.El Coronavirus está mostrando las fracturas del Reino Unido, esa peculiar unión entre tres naciones – Inglaterra, Escocia y Gales – y una conflictiva provincia de otro país – Irlanda del Norte.
Ante el creciente número de contagios y el temor a un desborde de la capacidad hospitalaria, Gales, Escocia e Irlanda del Norte están adoptando variantes de la estrategia del “circuit breaker”, una interrupción de la interacción social de corto plazo para todo el territorio autonómico.
Inglaterra está siguiendo el camino opuesto – la vía regional - que ha enfrentado al norte del país con Westminster, el corazón político de la capital inglesa. El norte acusa al gobierno de centralismo, de tomar decisiones para todo el país, pensadas por y para Londres. El Reino Unido hoy aparece fragmentado, más desunido que nunca.
La estrategia de Boris Johnson, anunciada hace 10 días, ha sido la partición de Inglaterra en tres segmentos, según el nivel de peligro medido por el número de contagios: a mayor peligro, más restricciones para la interacción social. Según el gobierno en grandes urbes norteñas como Manchester el sistema de salud se quedará sin camas para terapia intensiva el 12 de noviembre. En Liverpool el número de pacientes tratados con Covid ya superó el pico de la primera ola en abril.
En la última semana los líderes del norte forcejearon con el gobierno central para evitar su encuadramiento en el nivel 3 de máxima restricción a la actividad o aceptarlo pero a cambio de una compensación financiera que evite un derrumbe económico-social. En este nivel 3 hay cierre de bares, pubs, restaurantes y toda la industria del entretenimiento y prohibición de reuniones en las casas y las calles entre gente que no conviva en el mismo lugar. Bajo intensa presión y a regañadientes Liverpool, Sheffield, South Yorkshire y otras localidades del norte aceptaron un confinamiento de 28 días: la ayuda que obtuvieron es menor a la que habían solicitado.
Con Manchester no hubo pipa de la paz. Ante la falta de acuerdo, el primer ministro Boris Johnson anunció que impondría el nivel 3 en la ciudad a partir de este jueves a medianoche en medio de las airadas protestas, tanto de laboristas como de conservadores de la ciudad. El anuncio del ministro de finanzas Runi Shanak de medidas adicionales de apoyo para las empresas que se encuentren en el nivel dos de alerta, la mayoría en Londres y Birmingham, añadió leña al fuego. “No lo puedo creer”, respondió el alcalde de Manchester Andy Burnham, “hace semanas que estamos bajo un confinamiento parcial similar al nivel dos pidiendo asistencia financiera y no recibimos nada”.
El centralismo inglés
En el norte querían un Circuit breaker de dos o tres semanas en toda Inglaterra. El Circuit Breaker es un confinamiento casi total que coincide con una tradicional vacación escolar, el half term, entre la semana próxima y mediados de noviembre. Esta estrategia fue ideada por los expertos científicos que asesoran al gobierno de Johnson y cuenta con el apoyo del Partido Laborista y de los sindicatos de la educación y los trabajadores de la salud.
El norte ya lleva entre uno y tres meses de confinamiento parcial que no dio resultado. En ese período 19 de las 20 localidades aumentaron el número de casos. Una de las razones para este aumento es la apretada geografía social de un país pequeño donde la distancia entre localidades con distintos niveles de casos es mínima y la posibilidad de interacción de una zona con otra es un viaje de minutos en un coche.
El gobierno no ha descartado el "circuit breaker" a nivel nacional, pero quiere evitarlo en la medida de lo posible. Entre los solitarios apoyos que cuenta en la comunidad científica, el número dos del equipo de asesores científicos, Jonathan Van Tam, señaló ayer que era muy difícil justificar una medida nacional en zonas que tenían niveles más bajos de casos. “No me parece apropiado en insistir con medidas duras de confinamiento en zonas del sudoeste de Inglaterra donde los niveles son mucho más bajos”, dijo Van Tam.
La realidad es que el número de contagios está creciendo en todo el país. La Tasa R promedio en Inglaterra se encuentra entre el 1,3 y el 1,5: la recomendada es 1. El miércoles hubo 26.688 nuevos casos confirmados.
Escocia, Gales, Irlanda del Norte
A diferencia de las distintas regiones de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte gozan de altos niveles de autonomía gubernamental en la política de servicios públicos y en el aspecto tributario que debe financiarlos. En los tres convive la misma desconfianza respecto a las intervenciones del gobierno central que se ha caracterizado por reaccionar tarde en todos los estadios de la pandemia, tanto cuando supuestamente era un “fenómeno asiático” (enero) como cuando se desplazó al continente europeo (febrero hasta mediados de marzo) o en la actual segunda oleada.
El gobierno de Gales anunció un confinamiento a partir del viernes 23 hasta el 9 de noviembre que incluye el cierre de pubs, restaurantes, gimnasios, peluquerías y otros negocios “no esenciales”. Desde el viernes pasado rige una prohibición de ingreso para los visitantes de Inglaterra que provienen de zonas de alto y muy alto riesgo, y que también abarca a los de Irlanda del Norte y del llamado "central belt" de Escocia, las áreas de mayor densidad de ese país, como Glasgow o Edimburgo.
En Escocia regirá un sistema de cinco niveles a partir del dos de noviembre, muy similar al “circuit breaker” para las localidades de más casos. En Irlanda del Norte, con un rápido aumento de casos y un 83% de las camas en terapia intensiva ocupadas, la autonomía provincial comenzó el “circuit breaker” el viernes pasado. El plan de cuatro semanas incluye el cierre de bares, restaurantes y negocios no esenciales, la prohibición de reuniones sociales y la recomendación de trabajar desde las casas.
En septiembre las autoridades científicas gubernamentales no se anduvieron con vueltas al proyectar que, a menos que se adoptaran medidas urgentes, habría decenas de miles de contagios y 200 muertos diarios para mediados de noviembre, un salto abismal si se considera que el 21 de septiembre hubo solo cinco decesos. En las próximas semanas los números dirán cuál de los dos sistemas - el regional o el "circuit breaker" - es más exitoso. O dirán algo peor: que ambos fracasaron y que el Reino Unido deberá adoptar, una vez más, un confinamiento total.