Mujeres de la Comunidad del Pueblo Wichí Misión Carboncito marcharon el lunes y el miércoles últimos en reclamo de que se atiendan las problemáticas de alcoholismo y consumo de droga. También señalan que hubo suicidios, casos de violencia de género, abusos sexuales, no tienen asistencia médica y no cuentan con agua potable. La protesta fue dirigida a las autoridades estatales de los tres niveles.
La referenta de Misión Carboncito, Patricia Ferreyra, contó a Salta/12 que con un grupo de madres se organizaron para manifestarse ante el problema del alcoholismo y el consumo de droga en la Comunidad. Reclaman a las autoridades legales de la Misión, al Concejo Deliberante y al intendente de Embarcación, Carlos Funes, que les brinden apoyo.
Misión Carboncito está en jurisdicción del municipio de Embarcación en el departamento General San Martín, en la región del Chaco salteño.
Ferreyra dijo que volverán a marchar el sábado. Sostuvo que hay niños que consumen alcohol o drogas desde los 8 años y responsabilizó por ello a comerciantes locales (indígenas y criollos), que les venden bebidas alcohólicas e incluso dijo que hay un grupo de criollos que les dan drogas.
La mujer asoció el alcoholismo a otras problemáticas, como las peleas entre "paisanos" y las denuncias que se hacen entre ellos. Contó que en su Comunidad dos personas se suicidaron este año, que hay casos de violencia de género, que hubo abusos sexuales, y dijo que frente a esto reclaman ayuda y respuestas de las autoridades municipales, de la Provincia y la Nación.
"Esta es una Comunidad muy chica para que no puedan sujetar la venta de bebida y de droga. Ya tenemos las pruebas de la venta de pipa. Son criollos los que venden droga. Les dan a niños de 8, 10,12. Quiero poner fin a esto porque después va a ir más allá", sostuvo. Contó que hay gente que trabaja "solo para comprar bebida". "Como madres, estamos cansadas de luchar contra estas cosas, quiero que las autoridades nos apoyen", aseveró y dijo que no tienen apoyo de la Policía.
Agua negra
En Mision Carboncito vienen soportando la escasez de agua, lo que se exacerba en el contexto de la pandemia. Ferreyra señaló que no tienen una bomba propia, se abastecen del pozo de una escuela y desde la emergencia sociosanitaria declarada en el verano pasado (por la muerte de niños, sobre todo del Pueblo Wichí) el Ejército les estuvo llevando agua. "Sufrimos por la falta de agua, por ahí tenemos, a veces sale negra", describió.
Ferreyra también dijo que les faltan especialistas médicos, y que las personas que van al Hospital en Embarcación o al de Tartagal "vuelven en cajón", por lo que "tenemos miedo de mandar gente al Hospital", expresó.
En otro orden, contó que trató de incentivar a los chicos para que practiquen fútbol como forma de esparcimiento y para intentar que salgan del consumo de alcohol y drogas, y si bien consiguió un lugar y una pelota, dijo que faltan recursos para incentivar la práctica de deportes. "Los niños no tienen maldad, el consejo de un adulto les ayuda", sostuvo Ferreyra.
El pastor Pablo Rodríguez, encargado de la Iglesia Anglicana en la Comunidad, sostuvo que no hay control sobre la venta de bebidas a los chicos y chicas. Y destacó que son alrededor de 40 mujeres las que se manifiestan reclamando la intervención estatal para frenar estos flagelos mientras que los varones son muy pocos.
Otro miembro de la Comundidad y también integrante de la Iglesia Anglicana, Daniel González, indicó que las mujeres están recibiendo amenazas por "los que venden bebidas alcohólicas". "El 911 no va a la zona, demoran mucho. Las ambulancias también demoran mucho", agregó.
Misión Carboncito tiene alrededor de 200 familias. Ferreyra pidió que la jefa de Policía los apoye. "Como madres estamos cansadas", insistió.