El tradicional encuentro anual dedicado al cine documental DocBuenosAires, que este año celebra su vigésimo aniversario, se suma a partir del martes próximo a la lista de festivales de cine que en 2020 tomaron la decisión de desarrollar sus actividades de manera virtual. Una decisión política que elige sostener un espacio cultural en medio de la crisis global provocada por la pandemia de covid-19. La misma prioriza el vínculo con los espectadores y la circulación de sus contenidos, a pesar de las restricciones vigentes que impiden realizar espectáculos masivos como conciertos, proyecciones cinematográficas o funciones de teatro. Para sortear dicha imposibilidad, el Doc -como lo llaman cariñosamente sus seguidores- contará con cuatro salas virtuales. A través de ellas el público podrá acceder gratuitamente a la programación 2020 del festival, que se extenderá hasta el sábado 31 de octubre. Las mismas serán: docbsas.com.ar, dac.org.ar/docudac, ifargentine.com.ar y la nueva Sala Lugones Virtual en la plataforma del Gobierno de la Ciudad (vivamoscultura.buenosaires.gob.ar/ y complejoteatral.gob.ar/)
Esta vigésima edición será además la primera que se realiza sin Marcelo Céspedes, documentalista y productor fallecido el pasado 5 de mayo a los 65 años, que junto a Carmen Guarini (actual Directora General del festival) fue uno de los fundadores del Doc. “Lo conocí en 2018 y dos años de trabajo conjunto me bastaron para saber dos cosas: que era un hombre de acción y un buen hombre”, recordó al ser consultado por Página/12 el crítico Roger Koza, actual Director Artístico del DocBuenosAires. “Confió en mí y jamás cuestionó mis decisiones artísticas, y no era alguien que desconociera nuestra materia”, agregó. El programador recordó que Céspedes produjo films decisivos para la historia reciente del documental, además de hacer sus propias películas, seis de las cuales son parte del foco “Marcelo Céspedes por Siempre” que este año se ocupa de rescatar su filmografía (ver nota aparte). “En su obra se constata que había en él un sentido de urgencia como realizador frente a lo real y una indignación frente a lo que no se debe aceptar, cuya traducción estética era no menos que justa y hermosa. Ya no hay muchos cineastas con ese sentido de urgencia y precisión estética. Sospecho que su hijo, Martín Céspedes, también cineasta, ha heredado justamente esto de su padre”, afirma Koza.
Además, Koza cree que la muerte de Céspedes también marcó el armado de la programación que se verá a partir del martes. “Su ausencia en el comando material y organizacional es lo más parecido a lo que se debe sentir al perder en altamar al capitán”, comparó el Director Artístico. “Él sabía medir la velocidad del navío ante las tormentas o cómo sortear los peligros de la travesía. Yo sé nadar y flotar, pero entiendo poco de la sala de máquinas y otras tareas. Su muerte deja un vacío similar al que se percibe ante la ausencia de un gran dirigente. Porque lo que él sabía se aprende en el oficio y Céspedes lo ejercía desde hacía décadas”, recuerda.
Es difícil pensar en un festival de cine documental en 2020 sin tener presente el complejo escenario de pandemia en el que se realiza. Aunque tal vez sea demasiado pronto para que tales circunstancias se manifiesten en un corpus cinematográfico valioso. Koza coincide con esa idea: “En esta edición no hay películas sobre la pandemia y dudo que por el momento tengamos buenos trabajos sobre el tema”. Aún así, considera que ciertos títulos llegan a rozar la cuestión, como ocurre con Outlandish: Strange Foreing Bodies (2009), en donde el filósofo Jean-Luc Nancy piensa en voz alta acerca de la relación del cuerpo y sus límites. Esa película forma parte, junto a otras cinco, de la retrospectiva que el DocBuenosAires le dedica al británico Phillip Warnell, dentro de la sección “La política de los autores”. En este apartado también habrá espacios consagrados a la obra de otros tres cineastas: la alemana Maya Connors, el francés Florent Marcie y el brasileño Otavio Almeida.
Pero el Director Artístico del Doc recuerda que la pandemia no es lo único que sucede en 2020 y que esa amplitud se refleja en la edición de este año. “Mi propósito al programar consiste en reunir películas que constituyan una glosa de eso que llamamos lo real e incluye fenómenos tan disímiles como el presente de la injusticia, el deseo, la naturaleza, la intimidad, el trabajo, la guerra, el conocimiento”, explica Koza. Pero al mismo tiempo sostiene que nunca dejó de pensar que “la imagen en movimiento tiene un presente o que el cine (que jamás es otra cosa que la sumatoria de muchas películas) atraviesa un período de mutación acelerada”. Como ejemplo menciona El triunfo de Sodoma, último trabajo del argentino Goyo Anchou, que integra la sección “Cineastas de nuestro tiempo” en carácter de estreno mundial. Koza cree que la misma transmite “el (des)orden libidinal que anida en todo el edificio social y se expresa en la famosa marea verde feminista”. Al mismo tiempo, el programador considera que este y otros films pueden ser vistos como “documentos acerca de las texturas, las posibilidades cromáticas y las modalidades de montaje con las que puede desenvolverse un cineasta de hoy”.
Las películas de apertura y clausura son una parte fundamental en cualquier festival de cine, porque expresan de forma inmediata un manifiesto estético que la programación decide destacar. Este año Koza tomó la decisión infrecuente de entregarle esos destacados espacios simbólicos al mismo artista. Se trata de Raúl Perrone, nombre que a partir de una obra prolífica llegó a convertirse en un emblema del cine independiente argentino. Sus trabajos más recientes, 4tro V3int3 y Algunxs Pibxs, serán los encargados de abrir y cerrar el encuentro, respectivamente. La función de apertura tendrá además un doble programa, ya que el film de Perrone se exhibirá junto a la película Otacustas, de Mercedes Gaviria Jaramillo. En ambos casos se trata también de estrenos absolutos.
“Un malicioso colega me dijo en alguna oportunidad que yo era un encubierto agente de prensa de Perrone”, recuerda con humor el programador del Doc.” Reconozco la perspicacia venenosa del comentario que, sin su intención injuriosa, revela muy bien mi apoyo al cineasta más libre e independiente de este país”, continúa. Koza está convencido de que “la poética de Perrone merece ser estudiada a fondo” y que “su modo de apropiarse de lo signos estéticos de la historia del cine y de hacer con esto algo singular y personal” le resultan fascinantes. Sin embargo reconoce que no se trata de un “apoyo ciego” y que no comparte “ni la veneración ni, por supuesto, el menoscabo que se le prodigan en nuestra cultura cinematográfica”. También aclara que eso no le impide expresar a través de textos y propuestas de programación su consideración acerca del hombre de Ituzaingó. “Perrone es uno de los pocos cineastas provenientes de una cultura proletaria que, como pasaba con Leonardo Favio, ha desarrollado una obra coherente, dinámica y admirable. ¿Cómo podría dejar afuera dos películas suyas?”
Durante la edición 2020 se podrán ver además los últimos trabajos de cineastas que ya son clásicos del festival, como el colombiano Luis Ospina, el iraquí Abbas Fahdel, la portuguesa Rita Azevedo Gomes o el francés Jean-Louis Comolli. De igual modo aparecen nombres nuevos que llegan para agrandar la familia, dejando en claro que el DocBuenosAires tiene una tradición propia a la cual respeta, pero en permanente construcción. “Cuando sustituí al director anterior, Luciano Monteagudo (una responsabilidad mayúscula), sentí que el trabajo no habría de ser tan difícil porque lo que yo percibía como la tradición del Doc coincidía con mis convicciones e inquietudes estéticas y políticas”, admite Koza. “Alguna vez, por citar un caso emblemático, Wang Bing no era Wang Bing, pero el DocBuenosAires detectó muy temprano que había en él un cineasta esencial de este siglo. Los maestros de hoy fueron los desconocidos de ayer”, reflexiona el crítico. “La apuesta por cineastas escondidos pero de gran trayectoria, como Warnell y Marcie, o por otros que están al inicio de su camino, como Connors y Almeida, constituye una racionalidad especulativa del festival. Intentar honrarla trae consigo placer y riesgo.”
Toda la programación del DocBuenosAires 2020, que este año incluye casi 40 títulos, se encuentra disponible en: docbsas.com.ar/