En algunos artistas, el sentimiento de desesperación ante las salas cerradas no inhibe nuevas búsquedas. Hay quienes se reconocen ya "hartos" de las pantallas. "Creo que mientras pedimos que las salas se abran tenemos que pasar a otra cosa. Pensar posibilidades y grises", expresa a Página/12 Matías Milanese, uno de los artistas que formará parte de "Experiencia Aventura". Se trata de un ciclo ideado por Maruja Bustamante para el Centro Cultural Rojas, "una experiencia telemática/ online/ virtual/ real". "Estamos en emergencia cultural pero tenemos que conservar nuestro lugar. No podemos perder el deseo de imaginar", manifiesta Bustamante.
La grilla está compuesta por tres obras: La verbena, con Bustamante, Sofía Gala y Virginia Garófalo; Perritos de porcelana, de la compañía LosPipis; y Sentime, con dirección de Fabricio Gambatese y Romina Almirón. En cada caso, elementos analógicos intervendrán en la construcción de un recorrido "virtual, vivencial, emocional". Los participantes asistirán en principio a una videollamada y luego recibirán claves, llaves, estímulos durante una semana, a la manera de un "elige tu propia aventura". La información sobre el ciclo se puede encontrar en la página del Rojas, www.rojas.uba.ar.
"Hacía un tiempo que quería hacer esto, desde antes de la pandemia. Pensaba en una historia que se fuera armando en diferentes dispositivos, utilizando el hipervínculo no sólo de forma virtual, sino también en el convivio. Por ejemplo, encargarle al espectador que subiera a un árbol y escribiera un poema. Esa era la primera idea: algo participativo. Una especie de recorrido real y virtual", cuenta Bustamante. "No me aceptaban la idea; les parecía un lío. Pero ahora que pasa esto (la pandemia) les parece el mejor proyecto del mundo. Sin obligar a la gente a que rompa con el aislamiento, quien se anime, pueda y quiera, podrá acercarse a algunos puntos en vivo", agrega la directora. En esos puntos se completará la experiencia que tiene el puntapié en Zoom.
Por ejemplo, en el caso de La verbena, el epílogo sucederá en la terraza de la casa de Maruja: el público podrá espiar la escena desde abajo. La idea de la obra (o la aventura) surgió de un comentario de Virginia Garófalo. "Me contó que un día se vistió, se maquilló, se puso música, abrió un vino y se hizo una fiesta para ella misma. El concepto es que te puedas armar tu autofiesta, que no se pierda el ritual de celebrar aunque estemos aislados. Va a haber ejercicios, disparadores, propuestas por WhatsApp para que hagan en casa o con distancia en la calle", detalla Bustamante. A la vez, la obra se nutrirá de la "interacción" con los espectadores, de sus devoluciones.
"En medio de la cuarentena, Maruja nos dio un objetivo y un motivo. Estrenamos varias cosas vía Zoom y streaming, pero esto nos permitió rompernos la cabeza para pensar diferente. Fue un desafío pensar cómo sacar a la gente de su casa sin perjudicarla", dice Milanese, actor de Perritos de orcelana. Federico
Lehmann, el director, destaca "el ingenio" que se plasma en el "formato aventuresco" de la propuesta. "Es un evento lúdico, vinculado con la infancia, con esos juegos en que había que seguir pistas. Busca conectar con el goce, el disfrute de la ficción y de los actores y actrices, que quedaron medio golpeados en este proceso."
Con Esteban
Lamothe como guía, Perritos... tiene tres episodios que se pueden apreciar aisladamente o como una serie. Pone en escena a un grupo de amigues en una ciudad "tomada por el desastre, observándolo todo desde sus ventanas, hablando con las estatuas que quedaron solas en las plazas", anticipa la sinopsis. Según los integrantes de LosPipis, remite no tanto al encierro pandémico sino al "autoencierro de una generación". La ficción tendrá su "clímax" en Mu Trinchera Boutique, donde Susy Shock viene ofreciendo espectáculos para una sola persona ubicada detrás de un ventanal. Allí, el grupo brindará un recital.
"En cada episodio el espectador puede conocer la historia de cada personaje. Para conocerla hasta el final tiene que acceder a los mensajes que Lamothe le va a enviar a su teléfono. Serán audios, fotos y locaciones. Y para conocer el final tendrá que ir a un lugar de la ciudad y escanear un código QR para acceder a un audio de Spotify en el que está el final del episodio", precisan Milanese y Lehmann. "Es una versión para la gente que vive en la ciudad de Buenos Aires, pero hay otra para la de las provincias o el conurbano", aclaran. Y concluyen: "Esta es una oportunidad grandiosa para experimentar y ponernos a crear con plataformas. Ver qué se traslada a ellas de la ficción y empezar a pensar cómo va a ser la vuelta al teatro, revisar qué implica sensible y políticamente un cuerpo en un espacio teatral".
Por último, Romina Almirón, autora y codirectora de Sentime, adelanta que este trabajo construye un futuro distópico, en el siglo XXV, en el cual una mutación genética obliga a parte de la humanidad a mudarse al océano. "Es una obra de cruce de disciplinas. Trabajamos con estímulos sensoriales, auditivos, táctiles, animación, música. Propone en principio un instructivo de cómo avanzar y después un mapa, brindando autonomía a cada espectador. Cada capítulo tiene ciertas consignas, acciones que proponemos con objetos que están en la casa", describe. En este caso, a diferencia de los otros dos materiales, la acción no se traslada a algún punto de la Ciudad.
La directora destaca la participación de Juan Minujín en el proyecto: "Es de otro circuito, no lo conocía, y muy amablemente aceptó la invitación. Tiene que ver con esta pandemia: algunas cosas antes impensadas se volvieron más accesibles. Y a los artistas algo nos une, nos iguala en esta situación".
"Les artistas no damos más", dice Bustamante. "No estamos pudiendo trabajar. No nos ven como trabajadores y tampoco nos quieren ayudar de alguna forma. Muches vivimos de ser artistas; es nuestro trabajo. Llegó el momento de empoderarnos. No se está haciendo nada por los teatros independientes. ¿A dónde van a ir a parar?"
Maruja, quien tuvo coronavirus y ya está recuperada -aunque le queda el residuo del cansancio corporal-, sintetiza así el espíritu de "Experiencia Aventura": "Para que transcurra una aventura hay que moverse. Se tiene que mover la cabeza, la mente; no quedar en un pensamiento fijo. A los artistas les pedí que volaran, que se divirtieran para salir de la quietud mental. Además de que no podemos mover el cuerpo estamos en general con un pensamiento rumiante de incertidumbre. En este momento me parece lindo disparar movimiento, dar ganas de pensar e imaginar".