Un fortísimo viento que se abatió sobre las comunidades del Pueblo Wichí Misión Salim, Misión Salim 2 y La Esperanza, en jurisdicción del municipio de Embarcación, en el norte salteño, dejó una estela de destrozos en viviendas, chacras y árboles. La tormenta, que comenzó a la 1.30 de la madrugada del sábado último y se prolongó por unas dos horas, fue tan violenta que provocó gran temor en los habitantes, que a esas horas, en la oscuridad, se afanaron en tratar de poner a salvo sus pertenencias y a ellos mismos.
"La gente está asustada", insistió ayer Leonardo Simplicio, cacique de Misión Salim 2. Detalló que "8 casas se fueron abajo en Misión Salim 2" y en Misión Salim, hay "20 casas sin techo. Se mojaron los colchones, las zapatillas. Toda la ropa".
"Ha caído granizo, viento y agua, dos horas más o menos", contó el cacique que dijo que la lluvia fue abundante “las cañadas están llenas de agua”, describió para graficar que tuvo que haber caído mucha agua para que se juntara en las cañadas que vienen de una sequía prolongada. Simplicio dijo que hubo cortes de la energía eléctrica, debido a que un gran árbol tumbado por el viento cortó un cable.
Según el cacique, y otros referentes de ambas comunidades, si bien recibieron visitas de técnicos de la provincia, la Nación y la Municipalidad de Embarcación, hasta la víspera seguían sin recibir ayuda para paliar la situación de urgencia de las familias que perdieron sus viviendas y gran parte de sus pertenencias.
Al parecer, los primeros en llegar fueron funcionarios del propio municipio, encabezados por la coordinadora de Desarrollo Humano, Mónica Goicochea. Pero Simplicio dijo que les informaron que no tenían disponibilidad de darles una ayuda inmediata y que la Municipalidad, a cargo de Carlos Funes, iba gestionar ante la Nación y la provincia los colchones, chapas y otras ayudas que necesitan. "Con el intendente todo compromiso nomás. Ha venido el concejal David Benítez, y el concejal Carlos, pero han venido a ver nomás, han sacado fotos y se han ido. Y han dicho que hay que gestionar, pedir a la Nación, a la Provincia", lamentó el cacique en comunicación con Salta/12.
También hubo contactos de técnicos provinciales, y de organismos del Estado Nacional, entre otros, los visitó el técnico Javier Pinto, del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), se informó que con el propósito de otorgar ayudas a las familias afectadas.
La organización de segundo grado Nueva Integridad, que reúne a referentes de comunidades indígenas del Chaco salteño, también denunció la falta de atención a la emergencia planteada por el fenómeno climático, que calificó de tornado, y lanzó una campaña para recolectar colchones, ropa de cama, vestimenta, calzados y mercadería para los damnificados.
"Hemos sido perjudicados con este temporal. Destrozó todo aquí en en Misión Salim", fue como un tornado que "pasó por toda la comunidad", contó el vecino Lisandro Gallardo. "Ha sido un desastre, árboles caídos, techos que volaban por los aires, algunas casas están destruidas, caídas, casas de adobe. Nosotros tenemos casitas, digamos precarias, de techo de adobe, barro y envuelto con nylon", describió. "Somos varios los afectados aquí", añadió Felipe Fernández.
Chapas que parecen niños envueltos
"Ahora nuestras casas están un desastre, las chapas todo están dobladas, y el viento que estaba demás fuerte y el granizo, fuerte. Todo está un solo desastre, no se puede arreglar, porque las chapas que salen estos tiempos parece que son de aluminio no sé de qué será pero el viento las ha hecho un desastre, las ha hecho como a niño envuelto a las chapas", describió Elba Argamaza, de Misión Salim.
Cuando la mujer habló con Salta/12 era ya domingo y las cosas no se habían solucionado para las familias más afectadas por el temporal. "Estamos aquí con un poco de miedo por el susto de anoche", contó.
"Lo más importante que nos hace falta es una vivienda, una casa digna, para vivir bien, vivir tranquilas", añadió. Contó que su padre es ya "bien ancianito", está ciego y vive con un nieto. La madrugada de la tormenta el joven "se colgó del tiraje para que no se vuelen las chapas y el abuelo estaba paradito en la esquinita, porque tenía miedo que lo voltee un palo. (El temporal) ha hecho un desastre. Hay mujeres que lloran, han perdido hasta los papeles de los chicos, los documentos", relató.
Elba es una de las mujeres que se ocupa, por turnos, del comedor comunitario que funciona en esa Comunidad. “El tema de la comida estamos organizando con las mujeres que estamos aquí en nuestra comunidad", contó. Los menús diarios están organizados con rigurosidad: "el lunes hacemos un guiso de fideo con postre de arroz con leche, y el martes hacemos un guiso de arroz con lentejas y anchi de postre, y el miércoles hacemos polenta con dulce de postre, el jueves hacemos arroz otra vez y el viernes hacemos fideos otra vez con arroz con leche”.
Ahora que no hay escuelas, el comedor recibe a gran cantidad de chicos, y como hay pandemia y poco trabajo en las fincas, también recibe a adultos.