La vacuna contra el coronavirus desarrollada por la Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca -que se producirá en Argentina- genera una fuerte respuesta inmune entre los adultos mayores, uno de los grupos de riesgo.
Los ensayos de esta vacuna se encuentran en fase 3, la cual permitirá conocer la seguridad y si podrá proteger a la población. Después, los reguladores deberán dar su visto bueno antes de que se proceda a vacunar masivamente a la población.
Según publicó el Financial Times, la vacuna genera anticuerpos en los adultos mayores que participaron de los estudios, así como también células T, cuyo principal propósito es identificar y matar patógenos invasores o células infectadas.
"Si tienen datos que muestran que la vacuna genera una buena inmunidad, medida en el laboratorio, en el grupo de más de 55 años, y que incluye una buena respuesta en gente que es mucho mayor, creo que es una señal prometedora", señaló al diario Jonathan Ball, profesor de virología de la Universidad inglesa de Nottingham.
Los investigadores, según el Financial Times, están entusiasmados por la respuesta inmune que genera la vacuna entre las personas mayores. La edad es uno de los principales factores de riesgo de coronavirus, debido a que el sistema inmunológico se debilita con el paso del tiempo.
En julio se habían publicado los primeros resultados de las pruebas clínicas de la vacuna de Oxford y ya en ese momento se había encontrado que genera anticuerpos y células T.
En agosto, AstraZeneca comenzó a firmar contratos para producir dosis de la vacuna en distintos países y uno de ellos es Argentina. “El Laboratorio AstraZeneca ha firmado un acuerdo con la fundación Slim para producir entre 150 y 250 millones de vacunas destinadas a toda Latinoamérica con excepción de Brasil. Estarán disponibles para el primer semestre de 2021 y será distribuida equitativamente entre los países que así lo demanden”, había anunciado en ese momento el presidente Alberto Fernández.
Los ensayos de la fase 3, sin embargo, no estuvieron exentos de problemas. En septiembre, las pruebas se frenaron por un tiempo debido a la reacción adversa que había sufrido una voluntaria. Además, en Brasil falleció otro voluntario, aunque aseguraron que esta persona habría recibido un placebo.