Batwoman con una molotov. El presidente Donald Trump como mero títere del villano Darkseid. El regreso del caballero oscuro: el niño prodigio levantó polvareda cuando se publicó por primera vez hacia fines de 2019. Dejó a muchos fans exilarantes ante la potencia de un Frank Miller que –acompañado esta vez por el brasileño Rafael Grampá- se mantenía vigente. A otros los indignó y los confundió parte de la lectura política de esta nueva entrega de la saga, uno de los hitos que pusieron a Miller en la primera línea de la historieta mundial. La edición local de OvniPress resulta una excusa ideal para (re)encontrarse con la saga.

Al momento de El niño prodigio, la línea temporal que propone Miller está bastante avanzada. Si en El regreso original Batman era un veterano que volvía para contarle a varios cuántos pares eran tres botas, acá ya ni se asoma. La acción la llevan su sucesora y los dos hijos de Superman: Lara y Jonathan. Ambos protegen a la humanidad, la primera con desprecio, el segundo –genuino héroe- con empatía y cariño. El escenario es una Gotham convulsionada (como siempre) donde el gobierno de turno permite que los matones del Joker ataquen a quienes manifiestan contra el gobierno de Donald Trump, que aspira a su reelección.

El relato puede dividirse en dos partes. En la primera el lector sigue las manifestaciones callejeras, la postura de la mujer murciélago y las discusiones filiales kryptonianas. Es el pasaje más “político” del relato y en términos simbólicos el más interesante. El segundo es más tradicional como historieta de género. Aquí los héroes llevan la lucha contra Darkseid, encarnación de la maldad y el dolor en el universo DC. Y se dan roscazos de los buenos, como pide la tribuna.

El primer pasaje fue acaso el más polémico. Primero, por la portada alternativa que hizo Grampá y que se convirtió en una suerte de póster de las protestas callejeras de Hong Kong contra el gobierno chino. Una lectura atenta del número, sin embargo, permite encontrar referencias a cantidad de otras protestas callejeras previas y es muy probable que Grampá se haya inspirado en cualquier marcha contra el neoliberalismo globalizador que se haya dado en los países centrales antes que con las hongkonesas, muy cercanas al momento de lanzamiento del título.

Por otro lado, algunas posibles lecturas de El niño prodigio desconcertaron a quienes tienen encasillado a Miller como un conservador y reaccionario –categorías apropiadas si sólo se lee su Holy terror-. Aunque lo primero es seguro, lo segundo no es tan lineal. Por lo pronto, aquí hay críticas contra Trump y el circo mediático y persuasivo que lo llevó al poder de Estados Unidos, con algunas líneas de diálogo que permiten entrever alguna complejidad en la ideología del autor.

Finalmente, palabras –y elogios- para el trabajo de Grampá –habitué de las convenciones argentinas, desde su primera visita a la rosarin Crack Bang Boom hace nueve años-. Aquí el dibujante hace un esfuerzo consciente por fusionar su estilo con el de Miller (el entintado recuerda tanto al de Miller que es difícil no confundirlo), algo que desdibuja un poco su personalidad, pero que resulta en un trabajo poderosísimo. Grampa –con el coloreado de Jordie Bellaire- ofrece páginas de altísimo vuelo. A la altura de la leyenda que acompaña.

 


Lanzamientos

Una de vampiros (Agustín Paillet / Maten al mensajero)

¿Niños que actúan como vampiros? ¿Niños que actúan como adultos, pero que siguen siendo niños? ¿Y que aprenden sobre la amistad, los recitales y el pararse codo a codo contra la vida? Paillet propone eso en una serie de –extrañas- historias cortas centradas en torno a dos pequeñines de cinco años. El autor narra con buen ritmo, dibuja con gracia y, sobre todo, hace que el lector se interese por esos dos mocosos que quieren conseguir una barrita de chocolate en Halloween como sea.

HOY (Varios autores / Zinerama)

Hay tantos modos de describir el presente de la historieta argentina como lectores, pero el de los compiladores Julián Oubliña Castro y Sergio Schiavinato es particularmente completo. El mastodónico volumen reúne más de cincuenta autores, la mayoría de ellos jóvenes y una variedad de estilos difícil de abarcar. Hoy no pretende ser un canon ni un mapa para recorrer, como otras antologías de su tipo, sino una topografía que capta todos los picos del sector. Indispensable.

MEGA (Salvador Sanz / OvniPress)

Salvador Sanz vuelve aquí a lo que mejor le sale y, además, conjugando sus yeites habituales: bichos sobrenaturales (¡gigantes, encima!) que irrumpen en lavida cotidiana, un ambiente inquietantemente familiar (la díada Montevideo-Buenos Aires), un misterio y aires que van de lo lovecraftiano a Godzilla. En lo gráfico, no afloja en ningún momento. Cualquier lector adicto de su obra se encontrará aquí satisfecho. Sanz mantiene la línea que lo volvió referente de su generación.

Welcome to the machine (Juan Bertazzi y Gabriel Rearte / Buen Gusto)

Pese a lo que el nombre sugiere, el libro es historieta hecha en, por y para Argentina. Bertazzi y Rearte miran los discursos de la tecnocracia y la meritocracia a través de un mundo post-apocalíptico, donde primero una I.A. manda a la humanidad a vivir como en el siglo XIX y luego centrándose en una ciudad gobernada por una casta de notables. La propuesta no es optimista. Desde lo gráfico es una propuesta muy clásica y correcta, pero que no descolla.


Viñetas

Angoulême recuerda a Quino

El Festival Internacional de la Bande-dessinnée de Angoulême homenajeó a Quino en su partida. Desde su sitio web, el FIBD reconoció al creador de Mafalda, de quien señaló que era “uno de los historietistas de habla hispana más leídos del mundo” y que en 2014 el Festival le había dedicado una exposición excepcional a su “heroína emblemática”, en ocasión de su 50 aniversario. “Al darle voz a una niña, Quino se permitió cuestionar la desigualdad social, la corrupción, las dictaduras y la condición femenina”. Sobre la exposición de 2014, el comunicado oficial del Festival destaca que el público se acercó en gran número a “admirar los dibujos originales” y que poco antes del encuentro, el embajador francés en la Argentina había otorgado al dibujante la Legión de Honor francesa, que por su estado de salud debió recibirlo “Mafalda”. El FIBD también señala que muchos de los últimos años el nombre de Quino sonaba para recibir el Grand Prix del festival, “muestra del fuerte reconocimiento de parte de muchos autores y autoras hacia su trabajo”.

Manara, en subasta

En 2014 el historietista italiano Milo Manara realizó una portada para Spider-woman que generó gran polémica por la “excesiva sexualización” de Jessica Drew, protagonista del cómic. Se le criticó hasta la corrección anatómica de la pose, que se señaló como “imposible”. Era Manara haciendo de Manara y hurgando en su larga trayectoria como autor de cómics eróticos. Con el tiempo la polémica cedió paso a otras, pero ahora esa portada volvió a las noticias: se subastó en más de 37.000 dólares en un encuentro de cómic europeo.

Dark Horse digital y gratis
Dark Horse Comics anunció el lanzamiento de numerosos primeros números de cómics centrados en el terror en ocasión de Halloween. La editorial del caballito ofrecerá a quienes se registren en su página acceso a títulos como Hellboy, Count Crowley: reluctant midnight monster hunter, Harrow County, y she could fly, entre otros.