Son 82 historias más o menos parecidas, todas empiezan y siguen naufragando en la pobreza, y ayer avanzaron hasta el pavimento de la avenida más cercana para hacer visible su marginación. Esas son las familias que desde hace varias semanas –algunas aseguran que desde hace años– ocupan un predio lindero al barrio Gráfico y al campo de deportes del Colegio Cristo Rey. Ayer se manifestaron en Wilde y Mendoza, a metros del Mercado de Concentración de Fisherton, y lograron que por la tarde los atendieran funcionarios de Desarrollo y Hábitat de Municipalidad y Provincia, pero sin las respuestas que esperaban. Mientras tanto, avanza una causa judicial impulsada por el propietario de la parcela y con intenciones de desalojo.
"No logramos nada en concreto todavía porque las autoridades dicen que nada pueden hacer porque la tierra es propiedad privada, que no pueden meterse. Pero el Estado sí puede hacer cargo, sabemos que esa tierra tiene mucha deuda de impuestos. Si los políticos estuvieran del lado de los pobres, sí que podrían hacer algo", protestó Antonela, madre de dos hijos, y con un dejo de voz que connota muchos más que los 21 años que tiene. Además del cirujeo, con su pareja redondean unos pesos magros con la Asignación Universal por Hijo, y la comida que empezaron a elaborar últimamente en el comedor comunitario que montaron.
La movilización hasta tierra firme los vio saliendo ayer de mañana sorteando el barro de Magaldi y Benteveo, un rectángulo baldío sin servicio de agua potable, cloacas ni energía eléctrica, donde asentaron un puñado de casillas con palos, chapas y retazos de polietileno que la tormenta del fin de semana devastó. "La lluvia, el temporal nos dejó sin nada, perdimos casi todo y nadie de los gobiernos nos dan respuesta. El Estado solo nos mandó la amenaza de desalojarnos, fue lo único que recibimos de ahí", señalaron en el mitín.
"Hace más de un mes que estamos con esta protesta, y hasta ahora nadie se acercó a dárnosla. Con el mal tiempo los vecinos perdieron lo poco que tenían. Esta movilización es por el derecho a la vivienda digna. Sabemos que la lucha por la tierra es constante. Hay familias en el predio que viven hace 15 años. Yo hace 4 nomás, pero esto no es de ahora", relató la joven consultada por Rosario/12. Lo curioso es que ante la pregunta, Antonela aseguró que ninguna familia allí ha sido inscripta en estos años en el registro de la Dirección de Vivienda y Urbanismo (DPVyU).
Los manifestantes aseguran que "el dueño abandonó ese predio hace 35 años, y dejó que se formara un basural, nosotros bajamos las montañas de basura, abrimos una calle entre todos y pusimos un comedor solidario. Y ahora viene con que nos quiere desalojar", rechazaron. "Nosotros no usurpamos nada, queremos hacer valer nuestro derecho a vivienda digna, es una necesidad, y vinimos acá porque hace décadas que no se usa. Pedimos que no nos desalojen", exclamaron.
El drama que subyace es el de otro efecto de la pandemia en los sectores más vulnerables de la economía. Además de este, numeroso, hay otros terrenos ocupados en situaciones similares en la ciudad. Según contaron, muchos de los 82 ocupantes del predio tienen oficio cierto. Jardineros que se ganan la vida con los parques y jardines de Fisherton y Funes, albañiles y, sobre todo, cartoneros. "Por la pandemia muchos quedaron sin trabajo, otros no pudieron pagar el alquiler, y así todos terminamos viviendo acá. Nosotros, que cartoneamos, vemos que hay mucha más gente que sale a cirujear que hace 4 o 5 meses atrás. Por eso ahora se van a ver cada vez más porque no tenemos dónde vivir, nos sentimos abandonados por el Estado, desplazados de todo", señaló Antonela, una de las voces cantantes del reclamo.