La semana comenzó con bajas en el tipo de cambio paralelo. La cotización cerró en 190 pesos con un retroceso de 5 pesos en la jornada. El contado con liquidación retrocedió 4 pesos y terminó en 165,11 pesos. Acumula una baja de 16 pesos contra el pico del jueves pasado.
Los bonos en moneda extranjera registraron una fuerte disminución de hasta 7 por ciento. El resultado fue que el riesgo país subió a 1446 puntos. Se trata de un aumento de 21 unidades. Este efecto estuvo potenciado por un clima financiero internacional de mayor incertidumbre.
En las bolsas de Estados Unidos hubo grandes empresas norteamericanas que perdieron más del 4 por ciento en la jornada. Entre los inversores circulan con fuerza dos elementos que generan desconfianza sobre el futuro de los mercados: el rebrote del coronavirus en países desarrollados y la probabilidad de estancamiento productivo.
Hoja de ruta
En el Ministerio de Economía continúan con la hoja de ruta señalada la semana pasada. Este lunes lanzaron al mercado un bono atado a la cotización del tipo de cambio. En la jerga de los economistas se lo conoce como bono dólar linked.
La emisión se hará este martes por el equivalente a 1000 millones de dólares y tendrá vencimientos en abril de 2022. El objetivo del Palacio de Hacienda es darle un instrumento de inversión alternativa a los fondos para moderar las presiones de dolarización a través del mercado bursátil (es decir con operaciones en el contado con liquidación).
La lectura del ministro Martín Guzmán es que la brecha cambiaria entre el tipo de cambio mayorista en 78 pesos y el dólar financiero por encima de los 165 pesos no permite estabilizar el mercado interno, genera expectativas de devaluación y potencia la caída de las reservas.
En el Gobierno aseguran que todas las medidas que se implementan tienen un objetivo básico: evitar que los dólares financieros suban para luego comenzar a bajarlos. Actualmente existe una brecha cambiaria del 110 por ciento, que genera dificultades para incentivar a exportadores a que liquiden la cosecha y acelera la demanda de dólares de los importadores.
Reservas internacionales
Entre las principales tensiones para reducir las expectativas de devaluación se encuentra la caída constante de las reservas internacionales. En el mercado estimaron que este lunes hubo nuevas intervenciones por 50 millones de dólares. En lo que va del mes las ventas acumulan 750 millones de dólares (un promedio mayor a 40 millones diarios).
Las reservas terminaron este lunes en 40.260 millones de dólares. Se trata de un retroceso de 239 millones de dólares en la jornada. El ritmo de retroceso causa preocupación entra analistas. El viernes pasado habían caído otros 170 millones. Algunos analistas aseguran que activar en parte el swap con China podría ser una opción para fortalecer el nivel de divisas disponibles de la autoridad monetaria para intervenir en el mercado.
Las acciones de la bolsa porteña marcaron una caída de 5,6 por ciento. Hubo empresas con bajas de 8 por ciento. En Nueva York las acciones argentinas también marcaron pérdidas de hasta 7 por ciento. Este retroceso estuvo incentivado por el clima global de volatilidad. La disminución del precio de los activos fue generalizada este lunes en las bolsas del mundo.
Lectura del mercado
En el Gobierno tienen que enfrentar tanto las conductas especulativas de inversores con activos en el mercado interno como el pesimismo financiero a nivel local e internacional.
“Aún se dificulta ver una salida aceptable en el corto plazo para la crisis actual, con un cambio de tendencia y de expectativas. No hay señales ni drivers en el corto plazo que lleven a que eso suceda, más allá de alguna sorpresa”. Con estas palabras resumen la lectura del mercado la agencia de bolsa Portfolio Personal de la city porteña.
La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner publicó un extenso texto este lunes con su mirada sobre la necesidad de alcanzar concensos básicos para poder enfrentar el problema del bimonetarismo argentino.
Planteó que más allá de las visiones del mercado se necesita coordinar una estrategia que englobe a todos los actores para superar la restricción externa, en un país donde el peso se usa para transacciones y el dólar para ahorro.