El gobierno nacional se prepara para lanzar, esta semana, un paquete de obras de urbanización temprana en barrios populares. Son proyectos con ocupación de mano de obra intensiva, destinados a resolver temas como la entrada de agua potable, veredas o iluminación de los asentamientos y villas. La secretaria de Integración Socio Urbana, Fernanda Miño, confirmó a PáginaI12 que está aprobado el inicio de estas obras en 86 barrios, que se sumarán a otros 25 donde los trabajos ya están en curso,  con la idea de que antes de fin de mayo haya en marcha obras en un centenar de barrios populares. Aseguró además que el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, quiere sumarle a la urbanización una línea de acceso a lotes con servicios.

La urbanización de los barrios populares es un proyecto reclamado por los movimientos sociales desde 2016, cuando hicieron junto al gobierno de Mauricio Macri un primer relevamiento que puso en el mapa la existencia de 4400 villas y asentamientos. Abrieron así un mecanismo de entendimiento con el Estado para resolver parte de los crecientes conflictos por el acceso a la vivienda, tema que estalló este año con las ocupaciones. Las demoras en avanzar en esa vía de trabajo muestran cómo la inacción de los gobiernos ha ido de la mano del agravamiento de los conflictos.

En octubre de 2018, tras dos años de movilizaciones, el Congreso sancionó una ley que frenó los desalojos en los asentamientos censados  --en gran proporción están sobre  predios tomados--  y comprometió al estado nacional a integrarlos al tejido urbano, dotándolos de agua potable, electricidad y cloacas. La gestión macrista hizo campaña con la sanción de la ley, pero nunca puso el presupuesto para hacer las obras.

Con la asunción del gobierno de Alberto Fernández fue creado un fondo para realizar los trabajos, con 8 mil millones de pesos provenientes de una parte del impuesto a la compra de dólares ahorro. Sin embargo, el inicio de las obras quedó frenado por la pandemia. Cuando se fueron retomando los trabajos en la construcción, las obras también continuaron en el limbo. A fines de septiembre, entre fuertes críticas a la indecisión de la ministra de Desarrollo Territorial y Hábitat, María Eugenia Bielsa, la Casa Rosada decidió pasar el programa de urbanización al ministerio de Desarrollo Social y ponerlo a cargo de Arroyo. Hasta ese momento, por trabas en el uso del presupuesto, sólo se habían iniciado obras tempranas en 25 barrios.

Ahora se le agregarán 86 proyectos que permanecían a la espera. “Son obras de baja complejidad que nos permiten mejorar el barrio y al mismo tiempo ir convocando a los compañeros”, definió Miño. Los proyectos están financiados con un presupuesto propio de su secretaría, de 186 millones de pesos. El dato auspicioso es que a partir del 15 noviembre quedará habilitado el uso del fondo fiduciario para los proyectos de mayor desarrollo. 

La estimación de la secretaria de Urbanización Socio Urbana es que estas obras más complejas, por las que se apunta a urbanizar 400 barrios por año, podrían comenzar a se realizadas entre fin de año y principios del año próximo, ya que cada proyecto requiere de ser armado localmente, con los intendentes y organizaciones barriales, evaluado y aprobado.

En el caso de la tanda de obras tempranas en 115 barrios populares, en cambio, los proyectos ya fueron aprobados y en muchos lugares hay gente esperando para empezar a trabajar.

La presentación de las obras se realizará, posiblemente en La Matanza, durante esta semana. También está previsto un lanzamiento en la provincia de Chaco. Miño aseguró que "el ministro fue muy claro en que que quiere que la urbanización sea un eje de la política de Desarrollo Social, no solamente con la integración de los barrios sino la creación de lotes con servicios". Aunque en esta segunda línea de trabajo, que requiere de acuerdos con otros organismos como la Agencia de Administración de Bienes del Estado, está aún en etapas iniciales.