La estrategia de la dulzura maternal fue el as bajo la manga, el relato que le permitió al movimiento por la reforma de la ley de drogas un “avance histórico”, “un freno a la estigmatización”, “un cambio de paradigma”, “creatividad y flexibilidad”. Las referentes de Mamá Cultiva, las más mediáticas de ese movimiento, lo grafican así: pasaron de recorrer los pasillos de los hospitales a los del Congreso. Apelaron al derecho a la salud, a la familia, a las terapias alternativas, al paliativo de síntomas durísimos padecidos por sus hijxs. Estuvieron en el último ENM; allí, la incansable Valeria Salech contó que siguen las huellas de las Madres contra el gatillo fácil, las de Ituzaingo, las de la Plaza de Mayo. Además de exponer su causa y su caso, la Mamá Cultiva se despidió de las mujeres presentes -consumidoras recreativas, autocultivadoras, familiares de personas enfermas- hasta el 23 de noviembre. La cita, en el Congreso de la Nación para ponerle el cuerpo al tratamiento del proyecto que acaba de convertirse en ley, que entonces se debatía en Diputados.
Esta nueva ley autoriza el uso medicinal del aceite de cáñamo y otros derivados del cannabis, compromete al Estado a garantizar su acceso gratuito, crea un instituto científico para investigar su uso, decide producir la medicina a través de laboratorios públicos y mediante cultivos coordinados por el Conicet y el INTA. Mientras el stock propio crezca, se importará el remedio a la industria farmacéutica de Estados Unidos.
Afectos & efectos
“Como estrategia, lograron algo que hasta ahora no se había podido. Pero esta no es solo una labor de las madres, hay muchas agrupaciones abocadas al estudio de los beneficios terapéuticos del cannabis y derivados”, cuenta Gretel desde AREC (Asociación Rosarina de Estudios Culturales). Y avisa: “Hay una gran contradicción: se sanciona la ley y se incrementan los allanamientos a los cultivadores que proveen la medicina a muchas madres. Es alarmante, es paradójico. Cada día nos enteramos de casos nuevos. Son allanados, detenidos y enjuiciados, las causas quedan abiertas y con el riesgo de ir presxs con penas de 4 a 15 años. Están Adriana Funaro, denunciada por un vecino el 20/2, continúa en prisión domiciliaria; Lautaro Ferraro, allanado el 6/3, está por ser trasladado a un penal; Nancy Farrias, de Lamadrid, detenida un mes y medio por una sola planta; Eric y Nico, de Córdoba, detenidos. Y también está el caso de mi papá, Alcides, jubilado metalúrgico allanado y 7 días detenido, en 2014.”
AREC se sumó, en febrero de este año, a la creación del colectivo FOCA, Frente de Agrupaciones Cannabicas Argentinas. Son más de 20 organizaciones que están en contacto diario y, entre otros intercambios, visibilizan allanamientos. Uno de sus logros fue participar en una reunión con las comisiones de Salud, de Ciencia y Tecnología y de Presupuesto y Hacienda del Senado previa a la sanción de la ley. “Esperamos que el Ministerio de Salud, INTA y demás organismos involucrados en su reglamentación nos convoquen como ente consultor. ¡Queremos participar activamente!”, agrega Gretel.
En líneas generales, Argentina se alinea con la jurisprudencia moderna implementada en 20 países europeos, algunos estados norteamericanos, Canadá, Colombia, Chile y Uruguay. Y a nivel país, vuelve federal políticas de salud pública que desde el 2016 hasta hoy ya habían sido aprobadas en Santa Fe, Mendoza, Chubut, Salta, Neuquén.
Hablando de Uruguay
“En Uruguay hace tres años se reguló el uso de cannabis tanto en el plano recreativo como medicinal, pero estamos estancados en la implementación de esta última por las burocracias y la falta de transparencia -cuenta, desde Montevideo, Emilia Pérez Espinosa, integrante de Proderechos-. Las familias aún tienen que recurrir al mercado ilegal. Muchxs pacientes están importando aceite pero resulta muy costoso, y el Ministerio de Salud no habilita la producción local porque se maneja como si no existiera la ley 19.172. Que la ley argentina establezca un Programa nacional es bueno y tendrán que estar atentxs a que se nutra de personal actualizado y afín al desarrollo de endocannabinología. Mama cultiva ha hecho un excelente trabajo en esta campaña, saludamos su lucha con entusiasmo. La necesidad de visibilizar a las mujeres organizadas en el terreno de la política de drogas es importante. A la vez, también son ellas las que sufren las peores consecuencias de la prohibición por participar cada vez más en delitos vinculados a drogas que se convierten en delitos de género, ya que se asocian a los mismos desde sus roles familiares o sentimentales.”
Los memes del Senado
Parece la página web de un club social canábico, pero no: son las redes sociales del Senado. Fecha: 29 de marzo de 2017; tipo memes, con foto y texto, recorta fragmentos de los debates librados el día que se aprobó la ley. Declamaciones de voluntades políticas que ojalá no sean futuro banquete de Las Patas de la Mentira.
Algunas citas: “Más allá de buscar lo ideal debemos resolver lo urgente porque estamos demorados con este tema y hay familias que están sufriendo”; Jaime Linares, senador por Buenos Aires. “Me hubiera gustado una ley que abarque temas como el autocultivo y no deje personas expuestas a la violencia institucional. Si bien esta ley es un avance ya nace vieja al ver otros casos en Latinoamérica”; Anabel Fernández Sagasti, mendocina. “Los legisladores debemos ejercer lo posible para que quienes generan el autocultivo no sean considerados delincuentes”; Alfredo Martínez, Santa Cruz. “Hemos colocado el debate en el marco del derecho a la salud y no en el del Código Penal, ahora espero que el Ejecutivo comprenda que esto hay que reglamentarlo rápidamente”; Alfredo Luenzo, Chubut.