Un martes a la hora del cóctel, el Centro Cultural Konex ofició de locación amable para la presentación de la colección para el invierno 2017 de Complot. Una sala con luces color carmín y una puesta industrial con el sello de experto Sergio Lacroix proyectó las imágenes del cuadernillo de estilos de la colección apodada “The Eccentrics”. Pudo verse: un vestido donde las flores maximalistas y vintage se dispusieron sobre una tela rosada y por encima, un abrigo de piel con secuencias en negro, rosa y blanco y un plano general por las medias rojas a un jogging en rosa dior con campera al tono portados con el mismo garbo que si se tratase de sastrería, profusión de pantalones oversize, camisas y remeras por debajo de visos. El look book en cuestión se trasladó unos minutos más tarde a una pasarela real, dispuesta en la sala contigua, con antiguos focos para iluminar en cine y ornamentada con papeles plateados. Allí se mostraron en vivo las premisas de las excentricidades de Complot, que según argumentó la firma: “Reinventa la tendencia sporty superponiendo estilos, tonos y texturas, las estampas ofician como amuletos. De panteras, cuervos y talismanes irrumpieron en los tres ejes de la colección más una variante para lo unisex”. Las y los modelos llevaron maquillajes con fulgores de glitter, los vestidos se jactaron de sus estampas retro, asomaron faldas tubo, camisas con jabot, reformulaciones de la chaqueta bomber en tonos picantes y los abrigos de piel falsa con rayas que un rato antes se replicaban en las paredes fabriles del Konex. Otra particularidad residió en que con sensatez y a tono con sus premisas democráticas, la marca extendió buena parte de las invitaciones al show a las usuarias y seguidoras.

Por otro lado y en horario diurno, la firma Portsaid -uno de los pilares del grupo Mazalosa y que contiene además a Desiderata- celebró su lanzamiento de colección en una sala de altos contigua a su remozado local de la calle Cabildo y Sucre. Allí, un ejecutivo de la firma prologó el desfile con referencias a los nuevos modos y el lanzamiento de una revista propia -que sigue una modalidad ya instaurada entre las firmas de pronta moda para guiar e informar a sus clientas. Por los salones en blanco níveo, ornamentados con bancos y con tarimas de madera al ritmo del show con ukelele y voces agudas de la cantante e it girl Connie Isla, transcurrió un desfile de 30 conjuntos. Entre las caminatas de las modelos hubo variaciones sobre el ya instaurado minimalismo, traducido a una colección de abrigos camel que se jactan de sus terminaciones a mano, la ausencia de forrería y de botones como recursos de diseño, los sacos cortos en rosa o rojo y también los trajes tizados y las parkas. Unas y otras llevaban botas cortas en tonos bordó o bien zapatillas o loafers.

Portsaid, que ahora parece dirigir su colección a consumidoras de edades diversas, se rigió por la fórmula del manual de estilismo propio. Los editoriales de moda realizados por Florence Arguello y fotografiados por Cecilia Glick ilustraron modismos sobre “Lo Neutro y lo Natural” y “El homenaje a los 70”.