Era de esperarse: al presidente norteamericano Donald Trump no le gustó mucho su aparición en el hit Borat Subsequent Moviefilm, que el increíble humorista Sacha Baron Cohen acaba de lanzar en todo el mundo a través de la plataforma Amazon Prime. Trump, quizás el presidente norteamericano con menos pruritos a la hora de las declaraciones públicas en la historia del país, acusó a Baron Cohen de ser un “creep” y un “phoney guy”. Es decir, de “repugnante” y “falluto”. El humorista respondió con sus latigazos verbales: “tampoco lo considero gracioso a usted”, arrancó, y remató definiendo al presidente como “un bufón racista”.
“Donald: aprecio la publicidad gratuita para Borat! Lo admito: tampoco lo considero gracioso a usted. Aún así, el mundo entero se ríe de usted”, twiteó el humorista británico. La escalada entre ambos obedece a una escena del nuevo film, en que Baron Cohen, caracterizado como un excéntrico periodista kasajo, expuso a Rudy Giuliani, abogado de Trump. En la escena en cuestión se lo ve a Giuliani intentando seducir a la “hija” de Borat... de 15 años. “Siempre estoy buscando gente que actúe de bufones racistas, y necesitarás un trabajo después del 20 de enero. ¡Hablemos!”, disparó el británico, aludiendo a las inminentes elecciones presidenciales de los Estados Unidos, en las que Trump aspira a renovar su mandato en la Casa Blanca.
No es el primer encontronazo de Trump con Baron Cohen. En 2003, cuando el británico tenía el programa Da Ali G Show, intentó entrevistarlo, pero Trump se fue del set al minuto. Al recordar ese episodio, el ahora presidente declaró que “Años atrás intentó engañarme, y yo fui el único que dijo: ni a palos, este tipo es cualquiera, no lo encuentro gracioso, para mí es repugnante”. Sobre la escena que involucra a su abogado, sin embargo, Trump asegura no saber qué sucedió.
El propio Giuliani, en tanto, aseguró por Twitter –el medio de preferencia de esta administración estadounidense- que había “llamado a la policía”, que Baron Cohen es un “mentiroso” y que el video “es una completa fabricación” en la que sólo se estaba poniendo la camisa dentro del pantalón. Es que en la pantalla se lo ve tirado en la cama con su mano bajo sus pantalones después de que la joven “Tutar” lo ayuda a quitarse su equipo de grabación.
En un momento álgido de la escena política estadounidense, Baron Cohen acierta en un tema: la furia de Trump y su entorno le agrega publicidad a su película. Algo que el humorista maneja muy, muy bien. Por ejemplo, en Londres lanzó un “Borat” inflable gigante que fluyó Thames abajo. En la Argentina, organizó una “entrevista” con su colega local Guillermo Aquino. Y en el Twitter oficial de la película, un video de la actriz búlgara Maria Bakalova, quien interpreta a Tutar, aparece “en la Casa Blanca”. Allí aparece “sin necesidad de chequeos de seguridad ni test de covid, que son aburridos”, destaca el video. No es un tema menor en el gigante del norte: Estados Unidos avanza hacia su segunda ola de contagios de coronavirus, una enfermedad que el propio Trump contrajo. La crítica cinematográfica, entre tanto, amó esta secuela de Borat. Parece que el humorista tiene razón: se ríen de Trump.