A la hora de empujar la corrida cambiaria para desgastar al gobierno de Alberto Fernández, los economistas ortodoxos no dan tregua poniendo sobre la escena mediática su equipo desestabilizador. 

Desquiciados actores libertarios, ceños fruncidos en grises trajes aparentando responsabilidad y seriedad, jóvenes operadores con alguna noción de finanzas con la arrogancia del que se las sabe todas, exfuncionarios de fracasados gobiernos liberales con esperanza de recobrar algún brillo por contraste con la crisis económica en curso. Todos ellos critican al Gobierno advirtiendo la falta de un ajuste estabilizador que tiene grandes chances de hambrear aún más a la mayoría de la población, pero pocas de frenar al dólar. 

En ese desfile de personajes, aparece el “académico desestabilizador”.

“El economista de Columbia alertó sobre el riesgo del cálculo que hace Martín Guzmán para contabilizar las reservas”, escribió La Nación. La referencia es a Guillermo Calvo, un economista ortodoxo argentino que pese a su recorrido en el mundo académico internacional, lanzó su advertencia ante la delicada situación económica local sin tomarse el trabajo de estimar el nivel de reservas. 

“No hago las cuentas, pero me informo, y yo creo que ya ha tocado cero y puede llegar a ser negativa”, dijo cuando el Banco Central ese día informaba 40.498 millones de dólares de reservas.

“Empatizo con Guzmán” pero “está contando como propias las reservas de los ahorristas en los bancos” y “en cualquier momento puede haber retiro de depósitos”, indicó con declaraciones alarmistas para fogonear una corrida bancaria

Los encajes sobre depósitos en moneda extranjera se guardan en el Banco Central engordando sus reservas, y eso es una regla de la contabilidad de las bancas centrales y no una interpretación de Guzmán. 

Sin embargo, el embate ortodoxo se agarra de esa contabilidad habitual para ficcionar un intento del Gobierno de apoderarse de los depósitos de los ahorristas con el objeto de fogonear retiros de los bancos que deriven en un corralito como el que hizo Domingo Cavallo, con quien Calvo suele reunirse.

Por último, cuestionó el impuesto a las grandes fortunas que busca amortiguar el déficit fiscal que tanto preocupa a Calvo y otros ortodoxos. "Se olvidan de que los ricos son los que invierten", afirmó. 

"Lo que fracasó fue el comunismo", sentenció cerrando las puertas a cualquier intento capitalista con progresividad social.

@AndresAsiain