En un documento que lleva la firma de los miembros de la Comisión Ejecutiva del Episcopado, la jerarquía de la Iglesia Católica se refirió a las tomas de tierras señalando que “en estos días de extrema vulnerabilidad para el cuerpo social que conformamos, se repite con dolorosa frecuencia la toma de tierras, un fenómeno conocido en la Argentina desde los orígenes mismos de nuestra historia” y que “como cristianos nos sentimos interpelados ante toda forma de exclusión que deja a hombres y mujeres sin un techo digno”. Frente a esta realidad los obispos señalan no obstante que “nada justifica la intrusión y la violencia a costa de la vida y los derechos de los demás” y por lo tanto “la Iglesia no avala las tomas” porque “son ocasión de violencia y agitación social, muchas veces incentivadas”.
Tras recordar que “en estas últimas décadas, las distintas ocupaciones de tierras evidenciaron la precaria situación de tantas familias, que han debido procurarse un lugar para vivir”, en el texto se critica también “el oportunismo de quienes se aprovechan de la extrema necesidad de los más pobres para usarlos en función de sus propias ganancias y clientelismo político”.
“Asimismo -–agrega el documento episcopal-- no podemos dejar de expresar también la preocupación por cualquier resolución de estos conflictos que naturalice la violencia y ponga en riesgo la vida de las personas”. Agregan los obispos que “nos conmueve la cantidad de niños implicados, ellos esperan una respuesta seria y rápida de nosotros los adultos”.
Tras recordar que "la pérdida de la concepción de la tierra como don de Dios para el bienestar de todos está en la raíz de toda concentración, apropiación indebida y depredación de los recursos naturales” los obispos de la Comisión Ejecutiva subrayan que “hoy más que nunca se hace necesario un Estado presente que se haga responsable de políticas proactivas en materia de acceso a la vivienda y al trabajo digno”, señalando que “una diligente intervención de la justicia evitaría escaladas de violencia entre las partes”.
En ese sentido la jerarquía católica destaca que “con la autoridad de su mediación se facilitaría el diálogo con las autoridades proponiendo posibles alternativas para las familias pobres que verdaderamente necesiten un lugar para vivir”.
Finaliza el breve documento señalando que “en el arte de la política, siempre necesario, los distintos niveles de gobierno, nacional, provincial y municipal, deben velar por la seguridad de todos los habitantes y trabajar con todas sus energías para desarmar las estrategias de aquellos que sacan ventaja de esta dolorosa situación”.
El comunicado lleva la firma del obispo Oscar V. Ojea, Presidente de la CEA, del cardenal Mario Aurelio Poli, Vicepresidente 1º, del arzobispo Marcelo Colombo, Vicepresidente 2º, y del obispo Carlos H. Malfa, Secretario General.