Las elecciones de Estados Unidos el próximo martes mantienen en vilo a los mercados globales, principalmente a Wall Street. En las últimas jornadas se registró una importante volatilidad en los activos bursátiles con caídas diarias de hasta 10 por ciento en compañías del calibre de Apple o Google.
Los interrogantes apuntan en distintas direcciones. Pero la principal duda tiene que ver con cómo se desarrollará el proceso electoral y si los resultados serán reconocidos rápidamente por ambos candidatos. Algunos analistas aseguran que en algunos escenarios el conteo puede derivar en una ola de acusaciones cruzadas que siga la vía judicial hasta enero.
Economistas de renombre mundial plantean esta incertidumbre respecto de cómo se articularán los hilos del poder en Estados Unidos. Nouriel Roubini es uno de los que advierte que pueden ocurrir episodios impensados para la democracia norteamericana en otros momentos.
“Es inquietante la perspectiva de un resultado controvertido. En el que ambas partes se niegan a ceder mientras libran batallas legales y políticas en los tribunales, medios de comunicación y las calles”. Así lo planteó el economista que tomó fama mundial por adelantar el estallido de la crisis financiera en 2008.
En las elecciones del 2000 se estiró casi un mes y medio la decisión sobre los resultados y finalmente el 12 de diciembre la Corte Suprema de Estados Unidos falló a favor de Bush hijo. Al Gore aceptó esa decisión. En el interludio las bolsas bajaron cerca del 10 por ciento.
“Esta vez la incertidumbre podría durar mucho más. El riesgo es realmente serio para el mercado. La falta de estabilidad política podría desencadenar comportamientos de refugio en un momento en que la economía ya está desacelerando y las perspectivas de un nuevo estímulo fiscal por ahora lucen complicadas”. En un escenario de desorden general Roubini adelanta cuatro consecuencias:
1. Nuevos retroceso de las acciones en Wall Street de más del 10 por ciento.
2. Mayor reducción de la tasa de interés de los bonos, aunque ya están cercanas a cero.
3. Aumento del precio de oro.
4. Mayor debilidad del dólar contra las monedas globales si ocurre un desorden político.
Las elecciones de Estados Unidos -más allá de cómo reaccionen los candidatos al conteo final de los resultados- ocurren en un tiempo sin precedentes. Todo indica que existe una mayor preferencia de los votantes por los demócratas. Pero el comportamiento de la población no puede predecirse con certeza en las encuentras. Cerca del 20 por ciento de los electores hasta hace dos meses no tenía definido por quién iba a inclinarse.
El sistema electoral de Estados Unidos permite ejercer el sufragio a través de tres modalidades. El día de la elección, por correo (voto ausente) o de forma anticipada (early voters). Hasta el momento ya fueron a votar en forma adelantada 30 millones de personas y otras 55 millones lo hicieron a través de la modalidad correo. En total votaron por adelantado el record de más de 85 millones de personas y restarían ir el martes otros 70 u 80 millones.
En Wall Street se especula que una victoria de Trump sería beneficiosa para las bolsas en el corto plazo debido a las propuestas de Biden de subir los impuestos a las ganancias de capital y dividendos. Aunque con una perspectiva de mediano plazo los gobiernos demócratas coincidieron con períodos de mayores rendimientos bursátiles respecto de las administraciones republicanas.
En un documento de la agencia Portfolio Personal se analizaron en detalle esos números. “Desde el primer mandato de Roosevelt en 1932 a la actualidad, el promedio del rendimiento del S&P500 durante todos los gobiernos de presidentes demócratas fue del 40 por ciento, lo que se compara con un rendimiento promedio del 26 por ciento en los años de presidencias republicanas”. Para agregar que “si tomamos los últimos 40 años, dicha diferencia se amplía: los demócratas llevaron a rendimientos del 66 por ciento, mientras que los republicanos mostraron rendimientos del 29 por ciento”.
Los promedios no implican que siempre se cumpla la regla. En el mandato de Trump el S&P acumuló una suba del 64 por ciento frente a 50 por ciento de la segunda presidencia de Obama.