Tras ser imputado en seis causas por amenazas, acoso, desobediencia y hostigamientos contra su expareja, Nicolás R. sumó una nueva acusación fiscal por incumplir la orden de prohibición de contacto con la víctima: la llamó desde el lugar donde está detenido. Hace dos meses, cuando el acusado de amedrentarla infinidad de veces fue puesto en prisión preventiva, Melisa se esperanzó con "poder dormir tranquila". Sin embargo, encontrándose detenido en la Alcaidía Regional de Rosario, el agresor se comunicó al celular de la joven e incumplió la orden de cese de hostigamiento. El hecho constituyó un nuevo delito y el imputado volvió a ser llevado a audiencia, donde la fiscal María Teresa Granato expuso el suceso y la jueza Valeria Pedrana resolvió prorrogar la prisión preventiva, esta vez por el plazo de ley.
"Paz, tranquilidad, alegría. Por fin siento que el esfuerzo valió la pena. Como corresponde, está pagando todo el daño que hizo", expresó la víctima en su Facebook después de las audiencia del jueves por la tarde, donde fue acompañada por organizaciones y espacios de género de clubes. Además, esta semana se constituyó en querellante de la causa con la abogada del Centro de Asistencia Judicial, Juliana Tagliati.
La mujer de 33 años, cuyo padecimiento generó una movilización en Tribunales en agosto pasado, con la idea de "prevenir femicidios", tuvo un nuevo capítulo en la Justicia luego de que el imputado volviera a amedrentarla y sumar una séptima imputación en la causa que contiene unas 120 situaciones de amenazas, acoso y hostigamientos. Con las evidencias de un nuevo hecho de incumplimiento a la orden judicial, cometido el 24 de septiembre a las 12 de la noche, la fiscal Granato solicitó una nueva audiencia y pidió que se extienda la prisión preventiva que en septiembre se otorgó por 60 días y ahora será hasta la audiencia previa al juicio.
Para quienes acompañan a Melisa el caso es preocupante y desde que tomaron conocimiento reclamaron la detención del acusado al recordar que tiene antecedentes violentos: en 2017 fue imputado por hechos cometidos contra otra mujer de la ciudad de Pérez, que terminó internada con el 25 por ciento del cuerpo quemado.
El caso de Melisa se conoció cuando hizo un descargo desesperado por redes sociales, que fue compartido más de 120 mil veces, en el que relató el calvario: huevazos en su ventana, obstáculos para entrar o salir de su casa, cortes de luz hasta seis veces por día, más de 60 llamados en un día, molestia a sus familiares, amigas y compañeras de trabajo, mensajes e insultos por redes sociales, entre otros episodios que la llevaron a hablar.
La denuncia fue presentada en junio pasado, pero el acusado estuvo en libertad hasta fines de agosto, incumpliendo una orden judicial y acosándola. La detención de R. fue determinante ante un hecho de fines de agosto en el que la víctima temió por su vida: mientras manejaba hacia Villa Gobernador Gálvez la interceptó y arrojó piedras al vehículo.