“¿Si yo tengo el espacio, el contacto con los artistas, el sonido, vos tenés la cámara, los equpos y la sabiduría, por que no nos asociamos y hacemos algo?”, le planteó Analía Goldberg a Yael Szmulewicz. Goldberg es pianista, compositora y directora de orquesta desde hace años. Szmulewicz tiene su buena trayectoria registrando lo que sucede en el mundillo del tango. Del encuentro entre ambas surgió un primer show por streaming, hace algunos meses. Una experiencia que les mostró el potencial de la idea y llevó a TanGoldberg, un ciclo de conciertos que comenzará hoy vía streaming. Se podrá ver desde la plataforma LivePass.com y las entradas se pueden adquirir en la web del centro cultural que las cobija, el Oliverio Girondo Espacio Cultural, donde Goldberg oficia de gestora.
“Con la pandemia estábamos muy paradas y con ganas de generar cosas, de llegar a la gente, porque tanto artistas como público nos necesitamos”, plantea la pianista. Además de su cuarteto (Pablo Agri en violín, Daniel Falasca en contrabajo y Horacio Romo en bandoneón), el ciclo tendrá invitados consagrados: Lidia Borda, Ligia Piro, el Chino Laborde, Ariel Ardit y Guillermo Fernández, figuras claves de la generación que comenzó la renovación del tango en la década del ’90. Cada uno se sumará al cuarteto de Goldberg y tendrá momentos solistas. También se incluirán pequeñas entrevistas. A sus nombres se suma el escenario del Oliverio Girondo, lugar emblemático en el barrio de Villa Crespo.
La primera experiencia de streaming, cuenta Goldberg a Página/12, les dejó varias enseñanzas. Algunas artísticas, otras de gestión cultural. Así, para sumar calidad a la propuesta optaron por un “falso vivo” para esta ocasión. Es decir: grabaron todo en vivo, pero no será transmitido en directo. “Así hay posibilidad de limpiar detalles y mejora muchísimo la calidad”, explica. Otro aspecto práctico fue apuntar a organizar todo como ciclo, para abaratar costos, un tema que la compositora advierte como crucial para poder destrabar las propuestas artísticas online. “Hacer sólo un vivo tiene un costo muy alto, te quedás corto con lo que recaudás”, agrega. Para Goldberg no se trata sólo de prender una camara, hay una inversión en tecnología profesional y un equipo de trabajo detrás, donde ella toca el piano y produce, pero Romo oficia de director musical y su representante, Cecila Ricciardulli, de productora ejecutiva, además de los técnicos que acompañan a Szmulewicz.
“Esta irrupción de lo virtual tiene pros y contras, por un lado uno de manera independiente puede gestionar su producto e insertarlo en ese supuesto mercado virtual, pero por otro lado la tecnología es cada día más difícl de manejar y uno siempre necesita otra persona que ayude y no todos disponen de los medios para acceder a eso o la plata para comprar el equipamiento: no sólo hay que subir las cosas a las redes, también hay que saber cómo y tener con qué”, reflexiona. Eso sin, aún, meterse en la cuestión del público, que –considera Goldberg- tampoco está muy acostumbrado a comprar y consumir en estas plataformas. “Hay un aprendizaje para hacer por parte de todos”, asegura. “Nos estamos adaptando, pero por ejemplo ahora surgieron plataformas de venta, donde pagás comisión, entonces un poco ya no sos tan independiente como creías ser”.
Con todo, Goldberg ve el streaming integrado a lo presencial en el futuro. “Ya estaba pasando, pero ahora tiene un auge porque es necesario, creo que cuando vuelva lo presencial va a ser una herramienta buenísima”, analiza. La clave, postula, pasa por quiénes y cómo podrán adaptarse: “El tema son los costos de equipamiento, ¡son enormes! ¿Quiénes lo van a poder solventar? Porque una cosa es un estudio de televisión con todo instalado y otra cosa montar un estudio en un lugar sin condiciones de base”.
Ese paso puede ser particularmente difícil para los espacios independientes, como Girondo, que atraviesan una mala situación económica fruto de la cancelación generalizada de shows, y espera apoyo estatal al sector para salir adelante. “La pandemia me pegó con deudas”, reconoce Goldberg. “Esto es global, pero para el sector de la cultura es peor. Por eso apostamos fuerte a este proyecto. Le ponemos todo el amor que se puede y es un equipo de trabajo increíble que se puso la camiseta para levantar este muerto. Hay que revivirlo fuertemente”.