El registro de fallecidos durante la pandemia implica un conflicto para todos los países del mundo. Por eso, la OMS encomendó a los países a evitar subregistros y atrasos en el conteo de las muertes por coronavirus. En Argentina se advierten dos estrategias claras: mientras el gobierno bonaerense optó en septiembre por triangular bases de datos y resolver el problema a través del reporte de 3523 defunciones que no se habían identificado, la CABA fue por otra vía para evitar el impacto mediático. En concreto, lo que varios especialistas observaron es que el gobierno porteño actualiza por “goteo” las muertes causadas por la covid. De hecho, ya empieza noviembre y la cartera liderada por Fernán Quirós continúa actualizando los fallecidos de mayo, junio, julio y agosto. Entre septiembre y octubre cargaron 899 decesos con varios meses de retraso. De ese total, 598 fallecieron antes del 1° de agosto y 301 antes del 1° de septiembre. Y las actualizaciones de las cifras podrían continuar.
Este viernes se informó en los medios que la Ciudad había sumado 749 muertos que no había contabilizado. La diferencia con los 899 es que, posiblemente, no se estén contemplando los fallecidos anteriores a julio que se agregaron. Desde el Ministerio de Salud porteño confirmaron a Página/12 que no se realizó ningún anuncio oficial al respecto.
“Cuando la provincia de Buenos Aires anunció el subregistro que habían detectado, CABA decidió no hacer ninguna comunicación al respecto pero viene cargando muertes en pequeñas cantidades todas las jornadas. Van de a poquito, como si suministraran la información con un gotero. Hay fallecidos de mayo que cargaron el lunes pasado. Es increíble, se trata de un blanqueo encubierto”, apunta Soledad Retamar, docente investigadora de la UTN Regional Concepción del Uruguay. Después continúa: “La carga de a poquito no es casual, se hace para que nadie se dé cuenta. Desde mi opinión, es una estrategia muy marcada. El problema es que como no sabemos si vieron el problema del subregistro y lo están corrigiendo, no tenemos muy en claro si la actitud continuará de cara al futuro”, indica.
En concreto, como no se sabe cómo CABA cuenta a sus ciudadanos muertos resulta imposible saber si se les van a seguir escapando. “Todas las noches vengo colocando en mis reportes los fallecidos que corresponden a meses anteriores. Muchas provincias lo hacen, pero la jurisdicción que despunta es CABA, que sigue cargando defunciones que incluso corresponden a mayo”, señala el físico Jorge Aliaga. Para describir lo que sucede, el exdecano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA apela a un ejemplo: “Cuando vos tenés un fenómeno natural existen fluctuaciones. Supongamos que la media es 15, algún día se registrará 18, otro 21, otro 8 y así. Ahora bien, si nosotros vemos que todos los días la Ciudad ingresa entre 18 y 22 fallecidos demorados y la fluctuación nunca se dispara demasiado, nos suena más a que existe una persona que está encargada de ir subiendo los casos de a poco. Evidentemente los van actualizando de manera dosificada”. De hecho, cuando se atacó a la provincia por el subregistro, el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, afirmó que la Ciudad también tenía demoras y que había puesto a personal a cargar lo que faltaba.
“Viene pasando hace mucho y hace bastante lo venimos publicando por redes. Para entenderlo fácil: están cargando muertes viejas, muy viejas. Lo que molesta es el trato diferente que hizo provincia y Ciudad. Justo cuando Buenos Aires anunció que había encontrado un montón de fallecidos que estaban por fuera del registro, Ciudad empezó un proceso de carga lenta pero constante de defunciones de hace dos meses y más”, explica Santiago Olszevicki, analista de datos. Siguiendo con este razonamiento, completa: “En el caso de CABA no me gusta hablar de demora porque me parece, más bien, que son fallecidos que no estaban contemplados y recién se cargan ahora. Hace más de un mes están ingresando entre 20 y 30 muertos por día, que son de julio y de agosto”.
Desde esta perspectiva, plantea Aliaga: “Existe una curva de demora de lo que carga CABA que es muy llamativa. Uno lo que podría esperar es que haya muchos casos con poca demora y una cola --una curva suave y larga-- con demorados. Bueno, la curva de la Ciudad tiene más casos con demora de 75 días que de 50. Es atípico, no hay razón por la cual tarden más en cargarse a aquellas personas que fallecieron antes”, destaca Aliaga. Al ocultamiento, en algunas ocasiones, se suma la saturación administrativa. Cuando una persona fallece, el acta de defunción es firmada por un profesional de la salud que certifica tal estado, pasa por el registro civil y luego, si fue por covid, se carga en SISA (Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentino). “Toda persona fallecida con diagnóstico positivo de Covid se terminará blanqueando. Pienso que muchas veces existe una especie de saturación administrativa, de modo que el trámite se suspende en algún eslabón determinado y se retrasa todo. Puede haber cierta intención de CABA, pero también puede haber ineficiencia por cansancio”, comenta Retamar.
La diferencia con la provincia
A fines de septiembre, la provincia de Buenos Aires sumó 3523 muertos y la oposición salió al cruce. "Prorrogaron la cuarentena una y otra vez, hasta dijeron que dominábamos al virus. Tras 6 meses nos enteramos que hay 3523 nuevos bonaerenses fallecidos. ¿Así tomaron decisiones? Han hecho un desastre en salud, economía, educación y libertad. Profundizaron todos los problemas", había lanzado Patricia Bullrich desde Twitter. También, en aquel entonces, había opinado el diputado Fernando Iglesias por la misma vía: "Dicen los muchachos de Cuarentena o Muerte que son 3500 muertos más en la provincia que gobierna Kicillof. Muertos más, muertos menos". Mediante el trabajo diario de especialistas como Jorge Aliaga, Soledad Retamar y Nicolás Olszevicki, en el presente se sabe que en CABA ocurría lo mismo, solo que decidían no transparentarlo.
Con el objetivo de recabar la información de una manera más eficiente y evitar el subregistro, el gobierno bonaerense decidió triangular datos de tres fuentes distintas y presentó una nueva estrategia para la gestión de la información sobre coronavirus. De esta manera, optó por emplear los datos suministrados por el Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentino (SISA), el Sistema de Gestión Camas (SIGEC) y el Registro Provincial de las Personas. Con esto, según se espera, lograrán minimizar el subregistro y el atraso en el conteo de los decesos por el virus.
“Es notorio si uno toma las bases de datos previas a que Buenos Aires realice el anuncio y si se analizan después de esa fecha. Se advierte muy fácil las diferencias en los tiempos de demora en la carga de fallecidos. Pareciera como si en CABA hubieran dicho: ya que lo anunció provincia, aprovechemos y hagamos lo nuestro, pero sin levantar demasiado la perdiz. Pienso que deberían haber hecho un anuncio público”, sostiene Retamar. Desde aquí, comenta Olszevicki: “El goteo es tal que las muertes de julio se incrementaron en un 50% y las de agosto ya van por el 40%. Estamos terminando octubre y se informan muertos de julio, es ridículo. No brindan explicaciones, no sabemos a ciencia cierta si establecieron como en provincia un mecanismo de triangulación, si utilizan los certificados de defunción. No se sabe de dónde obtienen los datos”, comenta Olszevicki.
¿Cómo se contaban los casos y los fallecidos previamente a la emergencia de este nuevo método? La provincia, del mismo modo en que lo hace todo el país, recurría solamente al SISA. Sin embargo, se incorporaron dos fuentes más. Por un lado, el Sistema de Gestión de Camas (Sigec), que unifica la información provista del sector público y privado, identificando ingresos y egresos en tiempo real; y, por otra parte, se incluye la digitalización de los certificados y actas de defunción del Registro Provincial de las Personas. La metodología de trabajo, a partir de ese momento, consiste en cruzar las tres fuentes de información y llegar a los datos más precisos obtenidos de todas las bases existentes. Como corolario, a partir de esta nueva herramienta, el gobierno provincial rediseñó la Sala de Situación de la Provincia y su sitio web para analizar en tiempo real las estadísticas completas de la propagación del patógeno por el territorio.
Un problema mundial
A contramano de lo que en muchos casos se quiere hacer creer desde los medios hegemónicos de comunicación, el subregistro no es un problema privativo del Latinoamérica sino global. Históricamente, el reporte de fallecidos durante las pandemias ha reflejado poco lo que en realidad ocurría. Atenta a ello, la Organización Mundial de la Salud, instó a todas las naciones del planeta a gestionar acciones, con el objetivo de sistematizar el conteo.
Estados como Reino Unido y Francia han confirmado un reporte de muertes muy por debajo de lo que efectivamente ocurrió porque, en los inicios de la pandemia, sus sistemas sanitarios solo contemplaban los fallecimientos en hospitales. En abril, recién, comenzaron a incorporar a aquellas defunciones por Covid que ocurrían en geriátricos y otros centros de salud. Algo similar sucedió en Nueva York, una de las ciudades más golpeadas por la epidemia. Como solo contaban lo que sucedía en hospitales, cuando consideraron aquello que sucedía en otras instituciones, sus registros de personas muertas se incrementaron en 3.700 en un solo día. “Hay lugares de Europa o Nueva York en los que, probablemente, nos enteremos el año que viene de lo que pasó. Muchas personas que murieron en sus casas sin razón aparente no fueron cargadas como Covid. El año que viene, las instituciones advertirán que en 2020 existió una cantidad muy superior de fallecimientos a la de los años anteriores y en las causas figurarán paros cardio-respiratorios. Esa diferencia importante en la cantidad de defunciones, tendrá que ver con la Covid”, dice Aliaga.