El presidente de EE.UU., Donald Trump, recibió ayer a su homólogo chino, Xi Jinping, en su residencia y club privado de Mar-a-Lago (Florida) para dar inicio a su primera cumbre, marcada por el contencioso nuclear de Corea del Norte y el comercio.
Trump y la primera dama, Melania, dieron la bienvenida a Xi y su esposa, Peng Liyuan, en la mansión de West Palm Beach, adonde la pareja china llegó en una limusina negra entre un pasillo de militares. Xi había aterrizado en el aeropuerto Internacional de Palm Beach a las 13.40 hora local, donde él y su esposa fueron recibidos al pie de la escalinata de un avión de Air China por el secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson. Aproximadamente una hora después, llegó Trump a bordo del famoso avión presidencial Air Force One, de donde descendió en compañía de la primera dama.
Las actividades de los líderes de las dos mayores economías del mundo, que durarán unas 24 horas, comienzan hoy por la tarde, con la degustación de un té para conocer a sus equipos previo a una cena en honor del mandatario chino. La parte formal de la cita se desarrollará hoy, con una serie de reuniones que concluirán con un almuerzo de trabajo y de las que se informará a través de comunicados. Antes de partir hacia su club privado, Trump afirmó ayer en Washington que “nadie sabe realmente” qué puede salir de la cumbre con Xi, que se celebra entre fuertes medidas de seguridad. El magnate volvió a denunciar que China no ha sido justa con EE.UU. en el plano comercial y que Corea del Norte supone un problema muy grande.
“Va a ser muy interesante. Nadie sabe realmente qué ocurrirá”, señaló el mandatario estadounidense. “No nos han tratado de forma justa en lo relativo al comercio durante muchos, muchos años. Ningún presidente se ha hecho cargo de eso como deberían haberlo hecho, y tenemos un gran problema con Corea del Norte, así que veremos qué ocurre”, añadió Trump en una breve entrevista con la cadena conservadora Fox. Preguntado por si su objetivo es conseguir que China presione más a Corea del Norte, el presidente se limitó a indicar que “ya se verá lo que ocurre”, que él planteará su argumento a Xi y que cree que le irá muy bien.
Trump afirmó este domingo al diario The Financial Times que está totalmente dispuesto a actuar unilateralmente ante las amenazas de Pyongyang, al asegurar que “si China no va a resolver el problema de Corea del Norte, nosotros lo haremos”. Por tanto, el mandatario republicano advertirá a Xi que “se ha agotado el tiempo” para la paciencia en las gestiones diplomáticas, y Washington tiene ahora “todas las opciones sobre la mesa”, según adelantó un funcionario de la Casa Blanca, que pidió el anonimato.
En concreto, Trump presionará para que China “implemente estrictamente las sanciones y resoluciones de la ONU” contra Corea del Norte, dado que alrededor del 90 por ciento del comercio exterior de Pyongyang se produce con Beijing, según la misma fuente.
A ese respecto, Tillerson utilizó ayer un lenguaje más suave y afirmó que EE.UU. espera “que China encuentre vías para ejercer influencia sobre las acciones de Corea del Norte para desmantelar sus armas nucleares y sus programas de tecnología de misiles”. Para Tillerson, “ya sea usando su autoridad en el Consejo de Seguridad de la ONU o nuevas palancas de poder, China puede ser parte de una nueva estrategia para acabar con el comportamiento temerario de Corea del Norte y asegurar la seguridad, estabilidad y prosperidad en el noreste de Asia”.
Se espera que el comercio sea el otro gran tema de la cumbre, donde Trump insistirá en su denuncia de la falta de equilibrio en la balanza comercial entre Estados Unidos y China, uno de sus grandes temas de la campaña electoral del año pasado. “Hemos sido tratados injustamente y hemos tenido acuerdos comerciales terribles con China durante muchos años. Esa es una de las cosas de las que vamos a hablar”, declaró Trump a los periodistas a bordo del Air Force One.
No obstante, la Casa Blanca no ha aclarado si el líder estadounidense ejercerá algún tipo de presión sobre Xi para que detenga la manipulación de divisas.