Miguel Lifschitz eligió el momento para volver a hablar, tras mantener silencio durante varios meses. Después de reunirse con el gobernador Omar Perotti, y con su conocido estilo cuidadoso, criticó la gestión provincial al decir que "se necesita mucha más presencia del estado" y cuestionar que haya un plazo fijo de más de 30 mil millones de pesos. "No parece compatible una provincia rica en recursos acumulados con necesidades sociales y productivas que se reclaman a gritos", alertó. Sobre su futuro político, todavía no definió si será candidato en las elecciones de medio término, pero se atuvo al término "progresista" para definir los --difusos-- límites del Frente que plantea, sin excluir de manera explícita al macrismo.
--¿Por qué el silencio absoluto de todo este tiempo, prácticamente desde que comenzó la cuarentena?
-- Yo no diría silencio absoluto. He hecho declaraciones puntuales sobre algunos temas, pero además he participado cumpliendo con mi función de Presidente de la Cámara de Diputados, en todas la sesiones que hemos desarrollado puntualmente semana por medio durante todos estos meses. Como los jueces "hablan a través de sus sentencias", yo puedo decir que he hablado a través de la tarea legislativa, que además ha sido muy intensa. Pero es verdad que he tratado de mantener un bajo perfil mediático porque me parece que son tiempos muy complejos y cualquier cosa que diga en la provincia puede ser tomada con suspicacias o mal interpretadas y me pareció que había que dejar un tiempo para que el gobierno, tanto de Rosario como el provincial pudieran desarrollar sus tareas sin interferencias.
--¿Cuál es la valoración de la conducción de la pandemia, fundamentalmente desde el gobierno provincial?
--En general, ha sido común el formato en todo el país de la conducción de la pandemia, y tengo la sensación de que la pandemia nos pasó por encima, que nadie estaba preparado para esto, que hubo reacciones correctas al comienzo, ordenadas, planificadas, sobre todo cuando se pensaba que la pandemia iba a durar dos o tres meses cuanto mucho, y luego volvíamos a la normalidad, con las famosas curvas, los picos y el aplanamiento, y nada de eso ocurrió. Llevamos ya ocho meses y seguimos con picos altos, como Santa Fe. Estamos a la mitad del río y ahora hay que ver cómo llegamos a la otra orilla de la mejor manera. Para eso hay que combinar medidas relacionadas con el cuidado de la salud, seguir invirtiendo mucho en el sistema de salud, no solo en respiradores y camas críticas, sino en el personal de la salud que es lo más importante de todo, y que no tiene reemplazo. Y por otro lado ver cómo ponemos en marcha la economía y asistimos a los sectores sociales y empresarios más afectados por la crisis. Hay que hacerlo con mucho pragmatismo, escuchar mucho y trabajar con los sectores involucrados.
--Al comienzo de la gestión hubo mucha tirantez, con acusaciones cruzadas y producto de la pandemia se depusieron actitudes. El Frente Progresista votó la emergencia que pedía el gobierno. Trascurrió más de medio año desde entonces y no había dialogo, pero el jueves se reunieron a solas con Perotti un par de horas. ¿Cómo es ahora la relación?
--Después de algunas hipótesis de confrontación que había establecido el gobierno entrante con el nuestro, cosa que no le reportó ningún beneficio porque impidió una transición más ordenada, conversada y positiva para ellos, la realidad obligó a "bajar los decibeles" y a buscar puntos de contacto. Nosotros siempre fuimos partidarios del dialogo, cuando fuimos gobierno y lo mismo siendo oposición. Esto desde ya no excluye las críticas ni tener diferentes posiciones, de hecho nosotros tenemos grandes diferencias con el gobierno de Perotti, que hemos manifestado, pero la tarea de la legislatura no es oponerse a todo, sino tratar de construir acuerdos. Además, no han habidos grandes iniciativas, más allá de la emergencia que se discutió a comienzo de año. Recién ahora aparece el presupuesto, una ley de "conectividad" que estamos conversando, vamos a aportar nuestra experiencia. La oposición nuestra no es cualquier oposición; está compuesta por un ex-gobernador, cinco ex-ministros, un equipo que ha estado en el gobierno hasta diciembre pasado, y conocemos muy bien la provincia.
--¿Cuáles son esas "grandes diferencias" con el gobierno de Perotti?
--Creo en primer lugar que se necesita mucha más presencia del Estado, no solamente declamada, sino concreta, real. Esto quiere decir mayor cercanía de los ministros y el gobernador en los territorios de la provincia, capacidad de escucha y de dialogo con todos los sectores sociales y dar respuestas más rápidas y efectivas. Paradójicamente, en una economía sumamente golpeada, con cientos de empresarios al borde de la quiebra, o que ya han quebrado, pequeñas empresas o comercios que han cerrado sus puertas, con sectores sociales en situación de pobreza cercanos al 50 por ciento, con barrios populares en situaciones críticas, la provincia tiene más de 30 mil millones de pesos en "plazos fijos". No parece compatible una cosa con la otra, una provincia rica en recursos acumulados con necesidades sociales y productivas que se reclaman a gritos.
--¿Esos 30 mil millones a plazo fijo que explicaciones tienen? ¿Ustedes no hacían eso cuando estaban en el gobierno?
--No, nunca. Algún plazo fijo por pocos días, hasta liquidar obligaciones, pero esto es otra cosa. Esto es un proceso de acumulación de meses, lo cual habla también de que más allá de lo que se dijo al inicio, la situación económica y financiera de la provincia estaba ordenada y prolija y eso le ha permitido al gobierno, a pesar de alguna caída en la recaudación, acumular esa cantidad de recursos, que es una cifra enorme para una provincia como Santa Fe.
--El Gobierno denunció apenas asumió que le habían dejado las cuentas vacías, además del problema grave de inseguridad.
--Siempre es de práctica criticar "la herencia recibida". Yo creo que cuando los ciudadanos eligen un gobierno, lo hacen para que resuelva los programas, no para escuchar comentarios. Uno no elige "comentaristas" ni "diagnosticadores", y se supone que cuando uno asume, se hace cargo de la realidad que le toca heredar y partir de allí tiene que tener propuestas, iniciativas, ideas, para resolver esos problemas. Eso es lo que no hemos visto o no estamos viendo por ahora.
--El otro tema es el de la seguridad, con diagnósticos precisos del ministro Marcelo Sain, pero sin que las estadísticas mejoren.
--No, porque la gestión de la seguridad es uno de los temas más complejos para los gobiernos del siglo XXl, por lo menos para la Argentina y en general para América Latina, lo estamos viendo en Buenos Aires también, y a nivel nacional, y lo vimos con el gobierno anterior, nadie tiene "la receta". Hay que construir políticas de seguridad, esto supone tener una visión integral y no reducirla al tema policial. La policía es parte del problema y también de la solución, pero es una parte. La seguridad tiene que ver con la cuestión social, el tema penitenciario, con el sistema acusatorio y penas; la articulación con las fuerzas federales y la justicia federal y fundamentalmente, la capacidad de dialogo y búsqueda de consensos. Hay que tener una idea clara de lo que se quiere hacer, no hay soluciones mágicas, el slogan "la paz y el orden" puede ser bueno para ganar una elección --y evidentemente lo fue-- pero nadie puede ilusionarse ni hacerle creer a otros que va a lograr "paz y orden" en 6 meses, un año, y ni siquiera en 4. Son procesos largos, y se desechó la experiencia realizada anteriormente, aunque ahora --sin decirlo-- se retomaron algunas de las cosas que nosotros fuimos haciendo. Vi que en estos días el ministro visitó estaciones policiales, unas de las innovaciones que llevamos adelante sin poder culminarla, pero bienvenido que se retomen esas cosas y creo que está por delante el desafío de poner en marcha un verdadero plan de seguridad para el día a día, más allá de las leyes nuevas, de modo de ver si podemos bajar los números al menos a lo que tuvimos en el 2019.
--Sain dice que el problema de las gestiones anteriores más que operativo era de decisión política y repite insistentemente que esta gestión es incómoda para aquellos que no combatieron el delito y sin disimulo hace referencia a ustedes…
--La verdad es que si dice eso, sería bueno que aportara pruebas, elementos claros, una denuncia judicial en todo caso. Si algo podemos exhibir después de gobernar 30 años la ciudad de Rosario y 12 la provincia de Santa Fe, es la absoluta transparencia en nuestro accionar. Pudimos haber cometido errores como cualquiera, hicimos cosas exitosas y otras no tanto, pero no hay una sola sospecha ni denuncia que tenga relación a conductas pocos claras en la función pública, y mucho menos con organizaciones delictivas, a diferencia de lo que ha ocurrido con muchos otros gobiernos.
--Hablando del futuro, esa idea del "frente de frentes" ¿no puede ser el "Caballo de Troya" para que entren el Pro, Juntos por el Cambio, y terminar siendo un armado antiperonista con usted a la cabeza?
--Lo bueno que tenemos los que llevamos años en política es que podemos mostrar nuestra trayectoria. Hemos sido parte de coaliciones progresistas a los largo de 20 o 25 años, en Santa Fe y alguna vez a nivel nacional, y siempre ha sido con el perfil progresista, con acuerdos programáticos y límites claros. Eso no va a cambiar.
--Eso es lo que ha sido. Pero el año que viene hay elecciones. ¿Es posible una lista compartida entre el Frente Progresista y Cambiemos?
--Yo no tengo decidido si seré candidato, pero en cualquier caso será con hombres y mujeres del sector progresista.
--Insisto, José Corral que fue electo intendente por el Frente Progresista, y después, como presidente de la UCR, se llevó el partido al macrismo.
- -Uno tiene que ver lo que es la política. En el peronismo, por ejemplo uno ve a Sergio Berni con Grabois, en el mismo espacio y es difícil entender qué tiene que ver uno con el otro, lo vimos estos días. Son contradicciones de los espacios políticos. Nosotros procuramos no llegar a eso, más allá de la conducta de algún dirigente, la idea es conformar espacios más coherentes.
--Eso lo tomo como un no. ¿Es decir no habrá listas compartidas con dirigentes de Juntos por el Cambio?
-- A ver, la política tiene grises. Lo que le digo es que nosotros vamos a mantener nuestro espacio progresista, esto no quiere decir que gente que estuvo en otros espacios políticos --y no miro solo para ese lado que usted sugiere--, sino para el peronismo y la izquierda democrática, puedan integrarse a nuestro proyecto. De hecho, hemos tenido muchos dirigentes del peronismo, y la idea es seguir construyendo una alternativa independiente a Juntos por el cambio pero también independiente del Frente de Todos.
--¿Cómo es la relación con Pablo Javkin, porque tampoco se los ha visto mucho juntos?
--No, por el mismo motivo que lo que dije de la política provincial, más todavía porque yo he sido intendente durante dos períodos en la ciudad y me pareció que lo mejor era dejarle a Pablo las manos libres y no interferir en la impronta que quería darle a su gobierno. Pero fuera de eso, el diálogo es permanente, reuniones del Frente Progresista, algunas personales y un dialogo telefónico muy fluido.