Las ventas de los shopping centers de la ciudad de Buenos Aires, que volvieron a abrir sus puertas al público hace dos semanas tras siete meses de inactividad, registran aún un nivel de actividad por debajo del que existía antes de la pandemia. "Las ventas están en un 50 ó 60 por ciento de lo que era antes de la pandemia; durante el Día de la Madre hubo comportamientos dispares según el shopping, algunos estuvieron bien, pero ninguno magnífico", aseguró el gerente general de la Cámara Argentina de Shopping Centers, Mario Nirenberg.
Al realizar un balance de la actividad tras la reapertura que se concretó el pasado 14 de octubre, Nirenberg sostuvo que "para los locales comerciales es volver a andar, como siempre que se vuelve a andar, significa que no corremos como antes". "Por lo menos para nosotros es bueno volver a retomar las actividades y para los locatarios es siempre un aliciente", señaló.
En cuanto a la afluencia de público, indicó que "está dentro de lo esperado, la gente también tiene restricciones para moverse" y las visitas "están por debajo de la capacidad que tenían establecida por protocolo".
"Tenemos fundadas esperanzas que podamos ejercer actividades como gastronomía y otras que conforman nuestra oferta de una buena experiencia, como los cines, que tampoco están funcionando", afirmó.
Nirenberg dijo que la tasa de conversión (proporción de visitantes que concretan compras) "es altísima, la gente que concurre a los shoppings concurre a comprar efectivamente porque no hay otras actividades, concurren con clara voluntad de comprar".
Acerca del 25 por ciento de locales que decidieron cerrar durante los siete meses de inactividad en los centros comerciales, afirmó que "ya se perdieron, muchos no van a volver a abrir".
Por su parte, la gerente general de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), Alicia Hernández, dijo que "las ventas vienen flojas, están en un 40 por ciento de lo que hubieran vendido otro mes de octubre".
Hernández indicó que "le va mejor a los que venden ropa de chicos, está con porcentajes más altos de ventas y se vendió mas que la ropa de adultos en todo este período". Dijo que "los shopping están muy bien organizados, están muy bien los protocolos, pero la cantidad de gente está por debajo de lo que se permite".
"Hay poca circulación de gente, la gente está cautelosa por ser un lugar cerrado y gran caída del poder adquisitivo; además no hay eventos, no hay cumpleaños, no hay salidas importantes y esto golpea a ropa como la de fiesta o formal", analizó.
En lo que respecta a la producción, Hernández explicó que "cayeron muchos talleres" que cerraron en los últimos meses, mientras que "los que están funcionando tienen trabajo pero también muchas dificultades para producir".
En este contexto, observó que a partir de la nueva etapa del programa de asistencia al trabajo ATP en su fase siete "quedaron excluidos los comercios, les sacaron el ATP" y afirmó que esto "va a impactar muchísimo" en esos emprendimientos.
A partir de la apertura, los shopping centers funcionan con un protocolo que incluye una capacidad de una persona cada 15 metros cuadrados en los centros comerciales, el uso de alfombras sanitizantes y control de la temperatura de los visitantes con termómetros digitales en el acceso.
El protocolo también establece el uso obligatorio del tapabocas, una permanencia que no supere los 90 minutos y un sentido único de circulación dentro del shopping, ya que se dispuso una sola entrada y una sola salida separadas.
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