Desde Washington DC
Se lo conoce como el eterno estado en disputa. En los últimos 50 años, Florida acompañó siempre al ganador de las elecciones presidenciales, a excepción de 1992. Hoy las encuestas muestran todavía un empate entre el republicano Donald Trump y el demócrata Joseph Biden. Pero este martes, tanto la campaña republicana como la demócrata mirarán de cerca este estado para buscar un indicador temprano, ante la posibilidad de que los resultados generales se demoren.
Hasta mediados del siglo XX, a Florida le correspondían apenas ocho integrantes del Colegio Electoral. Hoy empata a Nueva York con 29 en el tercer lugar de los estados con mayor cantidad de electores. Pero mientras que el de la Gran Manzana es un lugar seguro para los demócratas, el llamado “estado del Sol”, cambia según la elección. Eso lo convierte en uno de los objetivos más codiciados de todas las campañas presidenciales.
Pero este año cobra una relevancia fundamental: se espera que los resultados en Florida estén disponibles la misma noche de la elección, algo que no se prevé para otros estados clave. Aunque los distintos análisis den a Pensilvania el mayor protagonismo de este ciclo electoral, las chances de Trump de lograr la reelección se reducirían dramáticamente si no consiguiera un triunfo en este estado del sur. Una encuesta reciente de ABC News y el Washington Post ubica al presidente por encima del candidato opositor por apenas dos puntos y dentro del margen de error. Es decir, empatados.
Dentro de un estado clave también hay puntos decisivos, condados que permiten a campañas y analistas saber por dónde irá el voto final. En Florida, son tres.
Ubicado al sur de Orlando, Osceola reúne a jubilados conservadores y a miles de puertorriqueños. Votó mayoritariamente por Barack Obama y Hillary Clinton en las últimas tres elecciones presidenciales, pero todavía está en duda si la participación de los demócratas será alta esta vez.
También está Pinellas, considerado una pequeña muestra de la diversidad de Florida. Es el que mirará, por ejemplo, David Axelrod, antiguo jefe de campaña de Obama. En una entrevista reciente con elDiario.es, el analista político dijo que será clave ver lo que pasa en este condado que en 2008 y 2012 votó por el Partido Demócrata pero en la última elección prefirió a Trump. Si eso se repite, podría ser una señal de que el estado este año repetirá su apoyo de 2016.
El tercero es Miami-Dade, un bastión demócrata en el que una mayor participación representará más votos para Biden, pero en el que también podría haber un aumento del voto de cubano-estadounidenses que apoyan a Trump. En un condado en el que la población latina es del 70 por ciento, este voto es clave, pero las comunidades latinas no son todas iguales y no votan de la misma forma.
“Hemos visto que el voto estuvo un poco deprimido en Miami pero hay muchas organizaciones que están tocando puertas de manera responsable, haciendo llamadas, mandando textos”, contó a PáginaI12 Tomás Kennedy, el coordinador de la organización de jóvenes inmigrantes United We Dream en Miami. Todos estos esfuerzos están orientados a “incitar el voto y tratar de que la gente tome responsabilidad cívica y vaya a votar en estas elecciones tan importantes”.
Tanto republicanos como demócratas están parejos en la cantidad de voto anticipado en este condado. “Tenemos dos días más y vamos a ver el martes cómo termina la cosa”, agregó Kennedy. No se trata solo de una comparación con lo que pasa en otros estados como Texas, en los que la participación este año explotó y ya superó el total de los votos emitidos en todo el ciclo de 2016 incluso antes de llegar el día de la elección. “Estamos específicamente hablando de Miami-Dade. En otras partes del estado como en el centro de la Florida, en Pinellas, en Alachua, hay muchos demócratas que han salido a votar”, aclaró.
Kennedy tiene ya la experiencia de haber trabajado en la campaña de Bernie Sanders y, como parte de la organización más grande de jóvenes inmigrantes del país, sabe la importancia de este grupo etario para la votación. “Creo que es un gran papel que los jóvenes pueden tener para ganar protagonismo. No solo en ir a votar sino en organizar a sus familias también. Hemos visto que ha habido mucha participación de los jóvenes en esta elección. Más que nunca”, sostuvo.
El protagonismo de Pensilvania
Con la posibilidad de alcanzar la mayoría en el colegio electoral incluso sin ganar Florida, la campaña de Biden prefirió la estrategia de recuperar los estados que tenían una tradición de voto demócrata pero que eligieron a Trump en 2016. El foco principal estuvo puesto entonces durante los últimos meses en Michigan, Pensilvania y Wisconsin. En las encuestas de Michigan y Wisconsin, Biden mantuvo su ventaja hasta ahora. Este panorama más estable le da a pensar al Partido Demócrata que no se repetirán las sorpresas de la última elección. En Pensilvania, en cambio, su intención de voto cayó dos puntos.
Biden pasó el domingo en Filadelfia, la mayor ciudad del estado y la clave para ganar los electores que da. “Mi mensaje es simple: Pensilvania es crítica para esta elección”, dijo el candidato demócrata en un acto al que los participantes pudieron asistir desde su auto, como si fuera un autocine. Para Biden, ganar este estado también es una cuestión de orgullo personal: nació en Scranton, una ciudad al noroeste de Pensilvania y esa referencia fue un pilar de su campaña para enfrentar dos modelos: el industrial y “el de Wall Street” que le adjudica a su rival.
Tanto el candidato demócrata como su esposa Jill Biden pasarán el lunes recorriendo el estado y concluirán su gira con Lady Gaga en un acto en Pittsburgh, al que también las personas podrán asistir en auto. En Estados Unidos no hay veda, por lo que incluso el día anterior a la elección hay actividades de campaña. También estarán en Pensilvania la candidata a vicepresidenta Kamala Harris y su esposo Doug Emhoff. Ellos cerrarán la campaña en Filadelfia con un show junto a John Legend.
Cierre maratónico
Trump, en cambio, puso en su agenda una seguidilla de 10 actos en distintos estados del este y del centro del país para las últimas 48 horas de campaña. Todos bajo el lema de 2016 “Make America Great Again” (hacer a Estados Unidos grande otra vez, en inglés).
Durante el domingo, visitó Iowa, Carolina del Norte, Georgia y Florida. En los primeros tres, la campaña del presidente estaba confiada en ganar sin mucho esfuerzo hasta hace poco. Estados tradicionalmente republicanos, hoy los tres son terrenos de batalla con diferencias dentro del margen de error en las encuestas. Estos sondeos ponen a Carolina del Norte levemente inclinado hacia el lado de Biden. Esta nueva situación obligó a extender la estrategia y organizar actos para llevar al magnate para motivar a sus seguidores a salir a votar el martes.
Este lunes, el presidente empezará en la mañana en Carolina del Norte e irá después del mediodía a Scranton en Pensilvania, ciudad natal de su rival. De ahí lo esperan los dos estados del norte del Midwest que todavía espera llevarse, aunque en las encuestas esté debajo de Biden por varios puntos, Michigan y Wisconsin.
Primero tendrá una parada en el primero, en Traverse City. Luego irá a Kenosha, Wisconsin. En esa ciudad a fines de agosto, la Policía mató a un hombre afroestadounidense de 29 años, un caso que reavivó las protestas por brutalidad policial después del caso de George Floyd, también asesinado por fuerzas de seguridad en Minnesota a fines de mayo.
Trump cerrará su campaña en Grand Rapids, Michigan, con la intención de achicar la brecha en las encuestas que actualmente lo muestran, en promedio, unos seis puntos debajo de su rival demócrata.