Bajo el título “Recomenzar la Argentina y la Patria Grande” la Comisión de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina realizó durante toda la semana anterior un encuentro que tuvo poca repercusión mediática a pesar de haber contado con la asistencia de importantes personalidades políticas nacionales y latinoamericanas, incluyendo la del presidente Alberto Fernández en la jornada del cierre. Desde el título, reforzado por el subtítulo “El camino del encuentro: por el trabajo, la igualdad y la integración”, el equipo liderado por el obispo de Lomas de Zamora, Jorge Lugones, sigue poniendo de manifiesto la intención de contribuir, desde su particular lugar, a generar un clima de diálogo social como modo de responder a una preocupación que atraviesa al conjunto de la jerarquía católica: la división entre los argentinos.
La pretensión de Lugones y los suyos apunta claramente a tender una mesa para el diálogo en la diferencia y, de esta manera, generar puentes para conectar miradas, sumar esfuerzos, aunar voluntades. Pero también se insiste en recuperar la idea de la “Patria Grande” como propuesta para la región. De ambos propósitos dio cuenta también la lista de los participantes del encuentro realizado en forma virtual.
Entre los invitados estuvieron gobernadores de diferentes signos políticos, desde el salteño Gustavo Saenz, hasta el santafesino Omar Perotti, el correntino Gustavo Valdez y la rionegrina Anabella Carreras. Desde América Latina se escucharon las voces de los expresidentes Tabaré Vázquez (Uruguay), Dilma Rousseff (Brasil), Ernesto Samper (Colombia) y de la ex presidenta de Chile y actual Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet. En otro momento participaron Ricardo Peidró (Secr. Gral de la CTA), José Marins (Presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires), Emilio Pérsico (Secretario General del Movimiento Evita y Secretario de Economía Social de la Nación), José Urtubey de la Unión Industrial Argentina y la Vicejefa de Gabinete de la Presidencia, Cecilia Todesca Bocco.
El presidente Alberto Fernández estuvo en la jornada de cierre, antecedido en el uso de la palabra por el senador de Juntos por el Cambio, Martín Lousteau, y el Secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, Gustavo Béliz, también parte de la Academia Pontificia de Ciencias.
Además de Lugones y los restantes obispos de la Comisión de Pastoral Social, también se hizo presente el presidente de la Conferencia Episcopal, Oscar Ojea, quien al darle la bienvenida a Alberto Fernández pidió “soñar juntos” a partir de “ver que el otro es un hermano, reserva de esperanza”.
En coincidencia con la perspectiva del papa Francisco en su reciente encíclica Fratelli tutti, el presidente de Pastoral Social, Jorge Lugones, rescató el valor de la política e hizo un duro diagnóstico de la situación social en la Argentina. “Hay, en nuestra sociedad, más teléfonos inteligentes que habitantes, pero la mitad de los niños y niñas no pueden asistir a clase vía internet en medio de la pandemia”, dijo. Y agregó que “Argentina venía de una situación económica y social muy delicada, con problemas críticos previos a la pandemia y agudizados por ésta”, señalando como indicadores de ello la desindustrialización, la caída del empleo, el aumento de la pobreza, el hacinamiento en los barrios carenciados; secuelas de violencia y deformación de las ondiciones de vida en los barrios periféricos”.
“En este complejo escenario -–dijo Lugones-- Francisco desde Fratelli Tutti, nos propone recomenzar”. Para ello “debemos trabajar desde abajo, desde lo local hasta el último rincón de nuestra patria grande”, insistió.
En el mismo escenario, Alberto Fernández afirmó que para recomenzar la Patria Grande la pandemia nos exige otra lógica, y se preguntó “¿A qué normalidad queremos volver? ¿A la normalidad del desamparo de millones de personas? Yo no quiero esa normalidad”, afirmó.
Según el Presidente es una gran idea construir algo nuevo, porque lo que ocurrió para que esa “normalidad” imperara no hay que repetirlo y explicó que, dentro del capitalismo, cambió la lógica ya que decidieron priorizar lo financiero ante lo productivo.
“Se dieron cuenta que especular era mejor que producir” dijo Alberto Fernández ante el auditorio de Pastoral Social y afirmó que “yo rescato el capitalismo de Ford, que quiso que sus automóviles pudieran ser adquiridos por sus trabajadores”. “Necesitamos de esa ética, en la que todos nos realicemos”, afirmó el mandatario.
“Es mal negocio el odio” dijo el Presidente señalando que en nuestra democracia no pudimos superar el odio y la división. Y agregó que “debemos remar todos para el mismo lado” para lograr un desarrollo que además sea con equilibrio ecológico. Para Alberto Fernández “nuestro reto es lograr el pacto en el que todos debemos participar, siempre respetando el diálogo; es lo que quiero y en lo que creo”.