El Frente de Izquierda Unidad rechazó en una conferencia de prensa las acusaciones del ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, quien había asegurado que los gases lacrimógenos lanzados durante el desalojo de Guernica fueron tirados por "grupos radicalizados de izquierda".

Durante la conferencia, Myriam Bregman y Nicolás del Caño, junto a otros referentes del espacio, repudiaron que "desde el violento desalojo del día jueves estamos recibiendo un permanente ataque macartista de un ministro del Estado de la provincia de Buenos Aires gobernada por Axel Kicillof".

"Ninguno de los gases lacrimógenos que se vieron en el desalojo fue tirado por nosotros. Todos provenían de grupos más radicalizados de izquierda que tenían no solamente esos gases sino también las máscaras antigases", sostuvo Berni. Tras el operativo, el Cels y el Serpaj presentaron una denuncia por "desproporción en el uso de la fuerza" en la que solicitaron, entre otras cosas, que "se investigue si existió un uso abusivo de los de gases lacrimógenos".

Las acusaciones del ministro, denunciaron los referentes de izquierda, "tienen un tinte payasesco" pero "no dejan de ser graves y peligrosas, ya que nos acusa de tener en nuestro poder armas como gases lacrimógenos, lo que podría habilitar allanamientos u otras medidas persecutorias".

Por ello, Bregman y Del Caño exigieron "que Berni haga públicas las pruebas que sustentan sus acusaciones sobre que poseemos un arsenal de gases o que la propia gente quemó sus casillas donde perdieron sus pocas pertenencias. Sabemos que no las tiene, se demostrará que miente y tomaremos las medidas legales que correspondan".

Según consideraron, "el gobierno de Kicillof y sus ministros actúan así porque hay un intento de encubrir lo que se vio por cadena nacional: una gran represión contra familias y sus hijos que pedían un lugar para vivir". 

De acuerdo al partido de izquierda, unos días antes del desalojo el censo certificado por el SERPAJ y el CELS daba cuenta de que había 1400 familias en el predio, "por eso necesitan un chivo expiatorio y quieren convertir a la izquierda en eso".