Como venía amenazando, el Gobierno ayer se mostró mucho más duro frente a las protestas. Por orden de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, efectivos de la Gendarmería reprimieron a manifestantes de izquierda que por la mañana cortaron la Panamericana, a la altura de la ruta 197, con camiones hidrantes y gas pimienta. Como saldo de esa acción quedaron cuatro personas heridas y hubo seis detenidos. Según dejó trascender Presidencia, Mauricio Macri felicitó a Bullrich.
“Se les ha advertido a los manifestantes que queremos que liberen la Panamericana, que dejen circular a la gente, y ahora se pone en marcha el protocolo de la Gendarmería y, si no responden, actuarán. Actuar significa desalojar para que la gente pueda trasladarse no solo por las vías laterales sino por la vía central”, advirtió Bullrich. La orden de desalojar la Panamericana fue impartida por la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado, la ex mujer del fiscal Alberto Nisman. A las 8, la Gendarmería activó el protocolo. Los efectivos hicieron un primer avance y quedaron cara a cara con los manifestantes. En ese momento se registraron forcejeos y empujones, en medio de gritos contra la Gendarmería y el Gobierno. Como consecuencia de ese primer movimiento, fue despejado un carril en la mano con dirección hacia Buenos Aires, donde estaba la mayoría de los manifestantes. Con el correr de los minutos el carril en sentido norte quedó totalmente liberado.
Al rato llegó el subsecretario de Seguridad, Eugenio Burzaco, quien ratificó la intención del Gobierno de no tolerar los cortes. Dijo que la expectativa era que, de a poco, los manifestantes, a quienes Gendarmería tenía acorralados contra el guardrail, fueran dejando libre el resto de los carriles. Pero poco después el acceso volvió a estar cortado, por lo que la Gendarmería inició la represión para lo que utilizaron carros y gases. Se produjeron corridas, enfrentamientos y detenciones. La tensión se trasladó a la colectora.
Desde temprano, los gendarmes se había ocupado de fotografiar las patentes de los autos que participaron del piquete, lo mismo que a sus ocupantes, antes de dejarlos retomar la circulación. El secretario de Seguridad Interior, Gerardo Milman, había advertido que se filmaba todo “para judicializarlo” ya que se acusa a los manifestantes de impedir la libre circulación.
“Los efectivos de gendarmería rompieron vidrios de autos estacionados y golpearon sobre un cordón de mujeres. Hay detenciones”, denunciaron desde la prensa del Partido Obrero. Una maestra de San Martín, que se identificó como Sofía, dijo que fue detenida con una colega y otro hombre, a bordo de un Volkswagen Gol de color negro, del que no podían salir ya que el auto quedó secuestrado. En un video que emitían los noticieros, se podía apreciar cómo un gendarme golpeaba en la cara al conductor del vehículo.
Pero el de la Panamericana no fue el único piquete. Los cortes organizados por agrupaciones y sectores sindicales de izquierda comenzaron poco después de las seis de la mañana. A los puntos iniciales de corte se sumaron otros.
En el Puente Pueyrredón también se montó un fuerte operativo de seguridad. Los manifestantes bloquearon el ingreso desde la avenida Mitre, pero no así desde la avenida Hipólito Yrigoyen. Efectivos de Prefectura montaron un cordón para impedir que avanzaran sobre el puente intención era avanzar.
En la mayoría de los casos, ante la fuerte presencia de efectivos de fuerza de seguridad los manifestantes optaron por liberar carriles para permitir aunque se mínimamente el paso de vehículos y adelantar los actos previstos en los piquetes. Luego las agrupaciones de la izquierda se juntaron en una manifestación en el Obelisco y repudiaron los hechos de violencia.