"Soy músico, no soy activista", dice Simón Mejía acerca de la obsesión por el medio ambiente que lo tiene inmerso desde hace rato en una personal forma de hacer música. Esta vez, el fundador y beat master de Bomba Estéreo tiene a Monte como proyecto, y a Mirla, primer disco solista, como punta de flecha para dar a conocer esos procesos de conexión con la naturaleza que desembocan en la música electrónica.
Monte se estuvo gestando durante 2019, y al final del año pasado ya tenía listo el disco. Por entonces, Simón buscaba abrir el espectro de Bomba Estéreo y puso a trabajar los sonidos de la naturaleza que fue acopiando en un archivo durante algunos viajes, como una forma de crear memoria: "Esos sonidos de la naturaleza van a ser distintos, no van a existir, van a cambiar, se van a transformar, no sabemos", dice.
Simón pensó que podía trasladar ese activismo a una expresión artística que estuviera conectada a sus principios, y usó los sonidos de la naturaleza que fue captando en diversos viajes por la jungla del Amazonas o a lo largo del Río Magdalena. Pájaros, grillos, amaneceres, atardeceres y sonidos del agua marcan el beat junto a esa sensación de inmensidad que propone la selva.
"Conectarme a los temas ambientales me llevó a profundizar más y llegar a expresar desde lo artístico esas ideas, y que no se quede en el activismo de redes sociales, que me parece un poco banal y que cae en las modas", dice Mejía desde su estudio en las afueras de Bogotá, en Colombia, donde vive el confinamiento desde que comenzó la cuarentena a fines de marzo.
Yo quisiera ser canario
Desde los inicios con Bomba Estéreo, a mediados del 2000, el músico se planta junto a las causas ecologistas y las transforma en música. Se escuchan desde los susurros ambientales incluidos en el álbum Estalla, de 2008, pasando por el tema Pájaros, de Elegancia tropical, hasta llegar a Raíz, de Amanecer. También, la melodía que canta Liliana Saumet en To my love fue originalmente inspirada por un pájaro que se puede oír con frecuencia en la Costa Caribe.
Pero con Monte, alegoría de un terreno sin urbanizar en el que crece la hierba silvestre, finalmente Simón unió la electrónica con esos ambientes en un disco que es un claro en el desierto, un momento de conexión con un afuera limpio de ecocidio y deforestación. "Son dos mundos que parecían dispares, pero la música y la naturaleza tienen el mismo origen: el hombre tratando de replicar ese sonido de la naturaleza es el nacimiento de la música", explica el artista.
En el disco, que toma el nombre de su tercer track, juegan los ritmos andinos entrecruzados con el dance y la poesía. El viaje empieza con Kaka Hyká, un tributo a las piedras cuyo canto mántrico, escrito en la lengua de la comunidad indígena Muisca, homenajea a las abuelas de la tierra. Junto a los videos de Mirla, basado en la experiencia que tuvo Mejía con un pájaro que visitaba su casa cada mañana al amanecer, y Jungla, componen una trilogía distópica de naturaleza y civilización.
La cuarentena fue el momento ideal para lanzarlo. Es que Simón no se sintió particularmente raro en el encierro junto a sus equipos, sino más bien agradecido por tener un lugar para seguir creando. Cuenta el músico que durante el confín sucedió algo muy lindo que pudo ver a través de las redes: "Como el tráfico terrestre, el aéreo y la polución bajaron, para sorpresa de todos esto fue un respiro para la naturaleza, que comenzó a tomar las espacios que se le habían quitado".
Una bomba en el monte
Independientemente de Monte, Bomba Estéreo sigue. Desde su explosión con Estalla en 2009, la banda colombiana concedió el poder a la cumbia psicodélica y al folclore de sus ancestros. Pero trascendió el paso del tiempo y su obra determinó los propios contextos. Si con Estalla se entregaron a la fiesta, en Elegancia tropical (2012) se adentraron en temas espirituales, en Amanecer (2015) se enamoraron, y con Ayo (2017) volvieron a las raíces con ritmo y sabor.
"Con Bomba Estéreo, afortunadamente, terminamos de hacer el disco antes de la cuarentena. Si no, no hubiéramos podido juntarnos. Vamos a sacar un par de temas antes de que se termine este fatídico año y en enero esperamos tener el disco listo", cuenta a modo de adelanto.
Y también sigue Monte, creciendo como esa hierba silvestre, incondicional al oxígeno y el agua: "Ya tengo más música para sacar. En general todo lo que tenga que ver con medio ambiente, con música de raíz, va ser publicado bajo el nombre Monte".