El Ministerio de Seguridad de la provincia modificó, en parte, los costos que deben asumir los clubes para los operativos de seguridad en los partidos de fútbol. Para las instituciones es más la inversión que deben hacer en seguridad. Con la vuelta del fútbol, aunque sea sin público, estalló el primer conflicto. Unión no quiso pagar 12 adicionales y el partido con Arsenal, el pasado domingo, no se suspendió por la mediación de la Liga Profesional. El malestar, además, se expande por la discrecionalidad de los funcionarios provinciales para determinar el número de agentes que debe contratar el club.

El presidente de Unión, Luis Spahn, no quiso pagar el servicio de seguridad de 12 uniformados para realizar el partido con Arsenal y la Secretaría de Seguridad de la provincia le suspendió el partido. Se jugó, finalmente, porque el dinero lo acercó la Liga Profesional. La situación vivida recrea la discusión que se silenció por la suspensión del fútbol a causa de la pandemia y tiene en el foco de la crítica el decreto 49/2020 que regula los servicios de policía adicional.

“Unión no incumplió el pago del operativo dado que el mismo se realizaría el día lunes post partido, tal cual se efectivizó el pago el viernes (un día después del partido) correspondiente al partido jugado el jueves por Copa Sudamericana. En la mayoría de las veces se paga al día siguiente del partido”, explicó ayer la dirigencia de Unión. En su defensa, el club explicó: “Para los partidos amistosos que disputó Unión y que fueron televisados se abonaron 12 efectivos policiales. Estos encuentros se jugaron por protocolo sanitario con un máximo de 220 personas dentro del estadio. Se había sugerido en la reunión de seguridad del día lunes 26 de octubre de repetir los 12 efectivos policiales para el partido con Arsenal. Además se debía realizar la reunión de partido el día viernes que finalmente no se concretó por razones ajenas a Unión. El partido con Arsenal se disputó con el mismo protocolo sanitario que los partidos amistosos, es decir con un máximo de 220 personas pero se duplicó la cantidad de efectivos policiales (de 12 a 24). A los partidos sólo asisten: planteles de ambos equipos, trabajadores de televisión y grupo mínimo de dirigentes. No hay espectadores. Para un partido con público de aproximadamente 15.000 personas Unión paga 240 efectivos policiales, es decir 1 policía cada 62 personas (espectadores). Para el partido con Arsenal, Unión pagó 24 agentes policiales para 220 personas, es decir 1 policía cada 9 personas (que no son espectadores) y donde el riesgo de incidentes es casi inexistente con todo el estadio cerrado”.