“El teatro tiene el sabor del encuentro”. La prolífica actriz, directora y dramaturga Maruja Bustamante escoge esas palabras para describir al ritual escénico que se paralizó por la pandemia, pero que logró reinventarse. En ese contexto, la reconocida artista del circuito independiente también adaptó su rutina al contexto y hasta organizó formalmente su propio espacio de formación.
“Al principio de la pandemia, agradecí parar de trabajar porque estaba muy cansada. Pero después me fue agarrando la incertidumbre, y traté de ver qué podía hacer mientras, como escribir y dar clases. Entonces en este tiempo decidí poner especial atención a la tarea docente”, explica Bustamante, quien dicta distintos talleres virtuales de dramaturgia, y en ese marco también ofrece un ciclo de conferencias en torno al Posdrama, todos los lunes de noviembre, a las 20, con invitados especiales como Vivi Tellas (2/11), Rafael Spregelburd (9/11), Beatriz Trastoy (16/11), Alejandro Tantanian (23/11) y Mariana Oberztern (30/11). “Armé mi propio Dream Team”, celebra al respecto.
De manera impensada, en un tiempo de crisis inédita para el gremio artístico, proyectos no le faltaron. “Me llevó un tiempo pensar qué quería hacer y si quería usar los medios electrónicos. Y poco después participé de una experiencia de radioteatro muy linda, en la AM 750, donde se leyó mi obra Paraná Porá, interpretada por Iride Mockert y Laura López Moyano. Y luego, recientemente, actué en el Galpón de Guevara, junto con Diego Velázquez, en la obra Verme Platelminto, que hicimos por streaming, con dirección de Gustavo Tarrío. Ahí me di cuenta de que estaba extrañando un poco el teatro y me dio una saudade”, cuenta la intérprete que ideó Experiencia Aventura, un ciclo de obras performáticas que puede verse en la web del Centro Cultural Rojas (www.rojas.uba.ar/).
“Lo que vivimos es un límite y la gente que desea mucho hacer cosas, como me sucede a mí, que soy una deseante, piensa qué hace con ese límite”, explica Bustamante, que terminó de grabar su participación en Muy Bodas de sangre - proyecto dirigido por Vivi Tellas, que forma parte del ciclo Modos híbridos, del Complejo Teatral de Buenos Aires, y se estrenará a fines de noviembre- y se prepara para subir al escenario del Teatro Cervantes, en el verano, con Reinas Abolladas, obra de Victoria Varas y dirección de Azul Lombardía.
-¿Por qué decidiste abrir tu propia escuela de teatro en este contexto?
-Vengo dando talleres hace 12 años y hace un tiempo quería organizar eso de alguna forma, entonces empecé a pensar la docencia. Eso coincidió con el hecho de que concursé las horas que dejó libres Mauricio Kartun en su curso de dramaturgia, luego de jubilarse de la EMAD (Escuela Metropolitana de Arte Dramático), y quedé seleccionada para ser la profesora de ese taller. Eso me dio más confianza para pensar que podía armar mi escuela y organizar también conferencias como estas que abordan el posdrama, que es un tema que, si bien atraviesa de forma muy contemporánea la escena de Buenos Aires, en este momento nos da bastantes herramientas para encarar la virtualidad.
-¿Cómo se define el posdrama?
-El posdrama pone en valor el hecho de que la obra de teatro no nace en el texto sino que es una combinatoria entre el texto, la escena y la actuación, y además busca romper con las narrativas tradicionales. A su vez, les intérpretes son vistos como creadores más allá del personaje y el espacio se piensa ya no como una mera escenografía para poder contar la historia que se escribió sino como un elemento que narra en sí mismo. Y me parecía que estaba bueno que hubiera un ciclo de conferencias donde aparecieran artistas que han desarrollado su obra tomando el posdrama como referencia.
-¿Podría enmarcarse a la actualidad de las artes escénicas dentro de ese paradigma?
-Creo que algunas herramientas que el posdrama va tomando sirven para poder encarar esta nueva forma de hacer en las artes escénicas que no es algo teatral pero tampoco es algo estrictamente audiovisual. Creo que lo que tiene de especial esto que estamos viviendo es que la pandemia nos obliga a que tengamos que romper con las formas tradicionales de hacer teatro, pero eso no es algo que parta de un deseo artístico. Los problemas, como este que atravesamos, siempre son oportunidades, así que en este caso tenemos la oportunidad de investigar qué pasa con lo virtual y qué hacemos con eso.
-¿Y cómo definirías estos nuevos modos de realización escénica?
-No me arriesgaría a ponerle un nombre. En las experiencias que se han hecho está, por un lado, lo audiovisual, pero también lo teatral, que impacta en los modos de actuación, y también algunos guiños que permite internet, como el tiempo, porque el material no puede durar mucho. Entonces, cada uno de esos géneros impone sus límites. Creo que sería bueno que continúen estas formas de hacer y que se profundicen.
-En este tiempo hubo un pronunciamiento fuerte por parte de la comunidad artística reclamando la reapertura de los teatros. ¿Cuál es tu posición en este aspecto?
-Estoy muy en línea con el reclamo de pedir que se declare la emergencia cultural porque tengo compañeres que están cerrando teatros. El Estado tiene que ocuparse del teatro independiente. Hace poco el Gobierno de la Ciudad salió a decir que se podían dar clases de teatro al aire libre y eso no es verdad porque es algo que no está reglamentado. Y con la apertura de los teatros tampoco se soluciona todo, porque no todos los teatros van a poder encarar esta situación. Por otro lado, porque tuve Covid y sé que no es una simple gripe, pienso que hay que seguir cuidándose. Si nos cuidamos, volver a los teatros es posible.
*Más información sobre el ciclo Posdrama en: marujabustamante.com/escuela