En los últimos tiempos, se ha visto una gran cantidad de empresarios Pymes movilizados por la crisis que involucra a casi todos los sectores de la economía. Hubo encuentros en defensa de la producción y el trabajo a nivel nacional con la CGT, con la CTA, encuentros que también se desarrollaron en diferentes territorios del conurbano como Lanús, Morón, San Martin, La Matanza, entre otros. Hubo también declaraciones de emergencias Pymes industriales y comerciales en diferentes municipios del país. Son tiempos en que los empresarios han decidido participar activamente para defender no solo sus empresas sino también los puestos de trabajo que las mismas generan.

Las políticas adoptadas por el gobierno nacional han generado caída del consumo, suba de tarifas y de insumos básicos, apertura de importaciones, etc. Todas estas medidas fueron en detrimento de la producción nacional. Recientemente, la Comisión de Industria del Congreso de la Nación convocó a más de 150 empresarios de diferentes sectores productivos para analizar cuál es la situación real de cada uno de esos sectores y el panorama descripto en el Congreso marca claramente que la mayoría de los sectores productivos se encuentran en situación de crisis. 

Hace dos años todos estos empresarios que hoy se encuentran movilizados no estaban pidiendo emergencias ni salvavidas, estaban en sus fábricas haciendo inversiones, generando nuevos proyectos y creando puestos de trabajo, con lo cual debemos decir que son las medidas adoptadas por el gobierno las que pusieron al empresariado nacional involucrándose activamente en defensa de la producción y el trabajo. 

Si como empresarios nacionales sólo nos planteamos estar unidos junto a los trabajadores en tiempos de emergencia, habremos perdido una oportunidad que quizás sea histórica, que es la constitución del empresario nacional como sujeto político. La política es la única herramienta de transformación que tiene una sociedad, y es importante que el empresario, mas allá de estar en su fábrica, participe activamente en las decisiones que tengan que ver con el desarrollo económico y productivo de nuestro país.

Nos debemos también una discusión para ver cómo se forman los precios en nuestro país. No son las pequeñas y medianas empresas formadoras de precios, y muchas de ellas son rehenes del monopolio de los insumos básicos en el inicio de la cadena de valor y de las cadenas de comercialización en el final de las mismas. Este es un tema importante, porque si no la discusión se salda vía ajuste de salarios y, en ese caso, no sólo pierden los trabajadores sino también las empresas Pymes que viven del consumo que los mismos generan. La presión tributaria, municipal, provincial y nacional también juega un rol importante en el costo final de los productos, como así también los costos de logística y financieros, que es el sector que más ha ganado en los últimos dos años.

Desde la Confederación General Empresaria de la República Argentina (CGERA) venimos impulsando, mas allá de una emergencia, una Ley de Defensa de la Producción y el Trabajo, que involucra, entre otros temas, una segmentación del universo Pyme para redireccionar mejor los incentivos fiscales y crediticios, una categorización Pyme que no sólo tenga que ver con montos de facturación, sino en cómo redistribuye esa empresa por la cantidad de trabajadores que tiene, un consejo de monitoreo de todas las importaciones sobre todo de bienes determinados, entre otros temas.

Estamos encontrando en el poder legislativo una puerta donde plantear temas que vayan más allá de la coyuntura, de las elecciones y de los candidatos. Seguramente la mejor noticia es que el empresariado nacional, el que genera el 80% del empleo ha decidido convertirse en un actor político que sea capaz de decidir qué proyecto productivo queremos para nuestra patria.

* Presidente de CIMA, dirigente de CGERA 

@arielferaguilar