Sufrió duras pérdidas familiares y vio a sus aspiraciones presidenciales desvanecerse dos veces, pero para Joe Biden la tercera fue la vencida. Viejo lobo de la política estadounidense, Biden fue senador por más de 30 años y dos veces vicepresidente durante el gobierno de su amigo Barack Obama. Luego de que su candidatura presidencial fuera prácticamente dada por muerta en las primarias demócratas, Biden resurgió de las cenizas, arrasó en el llamado Supermartes en los estados del sur del país y finalmente derrotó a Donald Trump.
La derrota de Biden hubiera significado el punto final de un extenso camino recorrido. Sus orígenes modestos de Biden y su tono mesurado se oponen a la personalidad exultante de Donald Trump, un hombre de negocios nacido y criado entre privilegios de clase que le deja un país muy golpeado por la pandemia de coronavirus que está dejando más muertos que en ninguna otra parte.
Joseph Robinette Biden Jr. nació el 20 de noviembre de 1942 en la ciudad de Scranton, Pensilvania, siendo el mayor de cuatro hermanos. Su madre se dedicó a criarlos mientras su padre vendía autos. Siendo apenas un niño logró superar el tartamudeo del que fuera objeto de burla. "Mi padre siempre decía: 'Campeón, cuando te golpeen, te tenés que poner de pie de inmediato", contó quien muchos años después se convirtió en la esperanza demócrata.
Biden cursó estudios en historia y ciencias políticas en la Universidad de Delaware, para luego recibirse de abogado en la Universidad de Syracuse. "Durante mis años de adolescencia y universidad, hombres y mujeres fueron cambiando el país: Martin Luther King, Jr., John F. Kennedy, Robert Kennedy, y fui arrastrado por la convicción y el auténtico tamaño de sus sueños", asegura el candidato demócrata desde su sitio web.
Fruto de sus inquietudes sociales, Biden se convirtió rápidamente en una joven promesa del partido demócrata: a los 27 años fue electo concejal de la ciudad de New Castle, y dos años más tarde se convirtió en uno de los senadores más jóvenes del país. Apenas unas semanas después de esa elección, su esposa Neilia Hunter y su beba de un año murieron en un accidente de tránsito. No fue la única tragedia familiar que lo persiguió. Su hijo Beau, quien llegó a ser fiscal general de Delaware, falleció por un fulminante cáncer cerebral en 2015, cuando tenía apenas 46 años.
La tercera, la vencida
Hacia 1987, cuando se acercaba el final de los dos mandatos del republicano Ronald Reagan, Joe Biden representaba la renovación que los demócratas necesitaban. Pero su campaña presidencial no duró mucho: seis meses antes del inicio de las primarias, la prensa reveló que había plagiado un discurso del laborista británico Neil Kinnock.
En 2008, luego de abandonar su segundo intento de llegar a la Casa Blanca, se convirtió en el compañero de fórmula de Barack Obama. Con 66 años, Biden tenía lo que le faltaba a Obama: contactos estrechos con el universo político de Washington y experiencia en política exterior, fruto de su paso como integrante y luego presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado.
En 2020, Biden volvió a fantasear con la presidencia de Estados Unidos. Su tono conciliador hizo mella en una buena parte del electorado cansado de la estrategia de confrontacion permanente de Trump. El exvice de Obama tuvo cintura política al incluir entre sus propuestas de campaña ideas provenientes de Bernie Sanders, como la reforma del sistema de salud o el aumento del salario mínimo. Otro acierto fue la histórica elección de Kamala Harris, primera mujer afroamericana y de ascendencia asiática en ser candidata a la vicepresidencia.
"Con demasiada frecuencia hemos permitido que nuestras diferencias prevalezcan entre nosotros. Con demasiada frecuencia hemos permitido que los hombres ambiciosos enfrenten esas diferencias para obtener beneficios políticos. Con demasiada frecuencia nos escondemos tras nuestras diferencias, en vez de ir más allá de ellas", dijo Biden en 1972, cuando daba sus primeros pasos en la política. Casi 50 años después, llegó a la Casa Blanca bajo la misma premisa: unir a un país dividido por la retórica incendiaria de Trump.